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EL YO QUE SE ANDA BUSCANDO|

Prosa poética ¿Sabes… o crees saber? ¿Confías tanto en lo que crees de ti, que vivirías solo atento al mundo que te rodea? ¿O aún estás intentando conocerte? La certeza no se parece en nada a un “yo creo”. Conducimos la vida con un mando de creencias, y de ellas extraemos confianza… y la fe en los milagros. Preparar café con la borra de la última colada calma la ansiedad y el dolor de cabeza, pero sacrifica la pureza de la certeza. Nacimos sin saber cómo edificar nuestra personalidad. Nos rodearon de instrucciones, nos dieron materiales, pero el lugar donde nos construimos permanece vedado a los demás. Y en soledad, sin experiencia, levantamos el yo que hoy somos. Hoy, confundido, me debato entre “sé quién soy… pero no me entiendo”, “me conozco… pero no soy quien quiero ser”. Es urgente llamar a quien me construyó. Pero, para mi sorpresa, el encargado fui yo. Un yo que abandoné para convertirme en ciudadano. La sociedad exigía vestirme con lo permitido, y com...

LA VIDA, PRECIADO TESORO

POEMA El incongruente ser humano, cuando se enoja con la vida, quiere perderla. Cuando está a punto de perderla, suplica por retenerla… y olvida que es la vida quien lo lleva de la mano. Distraído entre quehaceres, sueños, ambigüedades, usa la vida con indiferencia, como si fuera una más de sus propiedades. Se cree dueño de la vida, cree que esta debe obedecerle… hasta que lo sacude el susto de la muerte: al ver partir a un ser querido, o sentir la amenaza en carne propia, y descubrir que es impotente. No es dueño de la vida: solo vino a experimentarla. Tiene el privilegio de elegir lo que ama, pero rara vez saborea lo mejor que le pasa. La vida no tiene sentido, olor ni significado, a menos que tú los pongas: que hagas vibrar tu corazón y te atrevas… a vivirla enamorado. Autor: Emilio R. Fernández Ramos