LA INCLUSION Y LA HUMILDAD


NO SE PUEDE INCLUIR AL CREADOR EN NUESTRAS VIDAS SIN INCLUIR SU CREACIÓN

Hola amiga(o) pensante. Todavía en la humanidad se mantiene la lucha por la igualdad y los derechos humanos. En teoría, todos reconocen que la exclusión manifestada en forma de xenofobia, racismo, intolerancia, discriminación en todos los aspectos, son comportamientos que obstaculizan el progreso y promueven guerras y choques violentos entre las personas. Pero en la práctica se les escapan los demonios y la intolerancia los impulsa a destruir o desaparecer a todo aquel que “no entre en razón” o se vuelva uno de ellos.

Los cambios de creencias, de ideas, o puntos de vistas a veces tienen un aliviadero, debido a que la persona puede ser convencida y cambiar, pero hay transformaciones físicas imposibles, como por ejemplo; un negro volverse blanco, el género y la sexualidad. Constitucionalmente se logran hacer cambios, pero aquellos que llevan el germen de la intolerancia en su mente, no pueden bajarse de su pedestal de superioridad y ser humildes.   

Eso; “de amar al prójimo como a ti mismo”. Que en la práctica es incluir a todos en el amor que profesamos; es lo más difícil de cumplir para los seguidores del Cristianismo. No sabemos si es por mal entendido, pero cuando se les pide humildad, patean el piso en protesta. Es como si les estuvieran diciendo débiles, cobardes o despectivamente pobres y no quiere admitir que sus dones, virtudes o talentos son bendiciones del Creador. Su súper Ego no admite tal debilidad.

Pero lo peor que le puede suceder a una persona es excluirse a sí misma, y por lo general lo hace sin darse cuenta.  No practica la suficiente humildad para aceptarse tal como es y la realidad de su modo de vida. Los deseos de ser como otras personas, hacer lo que otros hacen o pueden hacer, o tener lo que otros tienen o poseen, son los avisos luminiscentes de su intolerancia y no aceptación de sí mismo.

La humildad es una virtud y se encuentra en el nivel más elevado de aceptación, y sin aceptación no hay inclusión. Inclusive, para incluir al Creador en tu vida debes aceptarlo.

En la práctica del perdón, acción reconocida por los beneficios que aporta a quien necesite hacerlo; el único bien que  se le está haciendo a la persona perdonada es dejar de ser un peligro para ellos por nuestro rencor, odio y mala intención. El que se está curando de ese envenenamiento causado por uno mismo, es uno mismo.

La humildad es crecimiento mental y espiritual, y ambas son resultado de practicar la inclusión. Hay quienes dicen haber incluido al Creador en sus vidas, pero algunas personas o cosas que forman parte de su obra o creación, no las aceptan.

Ten la seguridad que tus limitaciones están demarcadas por hitos de creencias o ideas producidas por ti, que especifican que cosas te permites estén en ti o en tu espacio, y que cosas no aceptas.

La empatía (“ponerse en los zapatos de otro”) de un excluyente, solo está disponible para aquello o aquellos que le simpatizan, solamente le hacen un favor o auxilian a quienes ya conocen y están incluidos en su libro de notas; como merecedores.

La limitada inclusión que padecen muchos seres humanos, se evidencia por el modo que tratan a la naturaleza o al ecosistema en general. Ellos son privilegiados seres humanos, y un animal, un insecto o una planta, no se puede comparar con ellos. No hay manera que reconozca la importancia que tienen para su propia existencia, aunque los oigamos hablando “pajas”.

El impulso psicológico de los seres humanos, es siempre el progreso, ser más de los que son, hacer más y mejor lo que hacen, producir más, abarcar más, tener más, alcanzar más. Son sueños loables, pero que requieren mucho espacio mental y espiritual. Pero el muy excluyente hijo de su mamá, es tan mezquino consigo mismo que vive encerrado, el espacio que dispone es solo para sus cosas favoritas.

Va por la vida indispuesto. Dice que está dispuesto a crecer, a prosperar, a alcanzar el Nirvana, o el nivel más elevado de consciencia que pueda lograr un ser humano, pero no puede practicar la humildad. Su súper Ego desprecia casi la totalidad de la creación y vive molesto y sufriendo por que las cosas no le suceden como el exige, quiere y desea que le sucedan,   (¿Dónde estarán los diablos para echarles la culpa?)  

Tanto hablar de inclusión, y no hemos respondido y resaltado que es lo que causa que una persona se encierre y no pueda expandirse. ¿Ya lo sabes? Está bien, confío en ti.

Para concluir, les voy a decir un secreto. “Son los significados de los pensamientos que produce la persona los que se convierten en los muros donde se queda encerrado”. No se lo digan a nadie.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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