SOQUETE ES SOQUETE HASTA QUE SE MUERA
SOQUETE ES SOQUETE HASTA QUE SE MUERA
POEMA
Vine a decirte adiós; si ya sé que esta es la
tercera vez que me despido. No me mires de esa manera despectiva, esta vez no
te voy a dar el gusto de volver a verme entrar por esa puerta como un soquete a
pedirte disculpas. Te encanta sentirte la imprescindible. Pero me he dado
cuenta que he sido yo quien te ha convertido en un ser con los sentimientos oprimidos
por un ego fatídico que alimenté y que ha destrozado tu vida y la mía. Si, tu
vida también ha sufrido daño. La niña tierna y dulce que empalagó mi corazón de
ternura, la he envenenado. He causado que ese parasito que ha usurpado tu alma,
se apodere de tu corazón y haga de nuestro amor esta bazofia de relación que
estamos llevando. Quien iba a saber que en lo más profundo de tu inconsciente
se escondía esa serpiente ególatra, alimentándose de la melaza que se producía
de nuestra intimidad amorosa. Mientras se consumía la mujer de franqueza e
inocencia de niña, crecía ese monstruo en el que te has convertido. Está bien, lo
único que falta es que sueltes la carcajada. Estoy seguro que cuando me vaya,
vas a contar hasta tres, y me esperarás parada en el centro de la sala con las
piernas abiertas mostrándome el piso para que me arrastre hasta tus pies. Pero pensándolo
bien, mejor te pido disculpa de una vez. La poca valentía que había estado
amontonando para decirte esto, la gaste antes de terminar de irme. Lo lamento
cariño, no es tu ego quien me tiene así, es el soquete que llevo por dentro que
me hace hacer el ridículo y quedar mal contigo. Perdóname mi amor te lo suplico.
Hoy el olor de tus pies está como para pasar todo el día aquí doblado en el
piso.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
jajaja, jajaja, todavía me estoy riendo de la sorpresa que se van a llevar. Si quieren poemas; en Facebook
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