LA RESILIENCIA Y EL CONTROL DEL ACTO DE PENSAR
LA EXPERIENCIA QUE OBTIENE EL RESILIENTE: VALE ORO.
Hola amiga(o) pensante. Días sin vernos;
¿motivo? racionamiento eléctrico en el municipio y sin internet. Cosas que ya
se han vuelto normales en nuestro país.
Situaciones que provocan pensar sin dirección alguna, sin control o con
un claro objetivo solucionador.
Para el que está desesperado, molesto, o es gravemente afectado por una
situación como esta, que no depende de su voluntad o acciones para resolver lo
que está pasando; las soluciones que necesita deben ser inmediatas, o a muy
corto plazo. Por lo general, estas soluciones no se encuentran a la mano y el
tiempo se convierte en un fuerte enemigo de la paciencia, de la tranquilidad o
serenidad.
Momentos excelentes para poner a prueba el
control de la actividad pensativa. Son estos tipos de hechos o circunstancia
donde el pensante verifica si ha estado haciendo un buen trabajo con el control
del acto de pensar.
Imposibilitado para soluciones inmediatas o imprevistas, y afectado en
sus proyectos o actividades, debe mantenerse incólume, recibiendo el chaparrón
y sin quejarse.
Aquel pensante que tenga la experiencia de mantener su mundo interno en
calma, mientras en el exterior caen rayos y centellas, sabe de lo que le estoy
hablando.
Y
sabe que esa calma solo se logra si se tiene control del acto de pensar.
Esta calma no se logra evitando ver la
realidad, mientras se usa la imaginación para disfrazarse de “no me importa”; o
esconderse con el manto de invisibilidad de la resignación.
La
resiliencia es producto de un pensante que puede llevar la calma y la paz a su
mundo interior, mientras sobrevive a hechos que tratan de destruir su mundo o
hasta acabar con su vida o sus sueños.
Nadie
está a salvo de pasar por situaciones apremiantes, y la magnitud de sus efectos
van a depender de las condiciones de control que ese pensante posea.
Ser feliz, saludable y exitoso materialmente, son las motivaciones prevalentes
que encabezan los objetivos. Las acciones están encaminadas a prepararse para
ganar.
Sin embargo, aunque se sabe que el éxito no viene en bandeja de plata;
servido, sin que el interesado derrame una gota de sudor o sangre, el empeño es
no considerar la posibilidad de perder o de tener una dolorosa caída.
Estos
quince días y los que faltan para disponer del servicio eléctrico y las
consecuencias que acarrean estas fallas, puedo decir: “¿qué es una raya más
para un tigre”?
Ser
un resiliente, es ser invulnerable, con la suficiente fortaleza para no ser
obligado a convertir los pensamientos en armas para autodestruirse.
Caminar por la vida no es igual que caminar por la “alfombra roja”,
usada para la ruta que deben recorrer las celebridades. Despierta amiga(o).
Ha
sido un placer. Buen provecho con tu paz interna. Nos vemos pensante
Autor:
Emilio R. Fernández Ramos
Hola Emilio, me encanta como sacas provecho para enseñarnos con ejemplos ese control del acto de pensar, pues como dices, la resiliencia va de la mano de la calma y la serenidad interior, y estas solo se logran si se está en control del acto de pensar.
ResponderBorrarGracias amigo pensante, un placer leerte.
Gracias amiga. Saludos
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