SACANDO BRILLO AL PODER CREATIVO

 


DESCUBRE LAS MANCHAS QUE PUEDEN ESTAR OCULTANDO TU PODER

  Hola amiga(o) pensante e inspirador. Preguntar de donde sale la inspiración, las ideas novedosas, el estilo personal, el talento o la inteligencia; es para hablar de la “fuente”.

  El poder creativo yace en esta fuente. El proceso de parir y poner a fluir ideas o pensamientos está a cargo de esta fuente. Esto significa que se debe tener una idea previa de quien o que es esa fuente.

  No basta con responder; “yo”. ¿A que se refiere el pensante cuando da esta respuesta?

  Aquellos que consideran que se produce por el poder de su cerebro, al que también llaman mente, se enfocan en desarrollar ese poder cerebral, considerando que en el reside el “Yo” con el que se refiere a él como fuente creativa.

  Existen algunos con ideas ambiguas, creen que en esencia son de una naturaleza distinta a la física, pero la identificación con el cuerpo es tal, que no hay manera de desligarse de él.

  Y por supuesto los hay, quienes no le prestan atención a este asunto de identificación y se dedican a trabajar, a estudiar, a ejercitar y desarrollar sus habilidades.

  Aquellos que conocen artistas consagrados, personas de elevada creatividad, coinciden en observar que poseen una profunda filosofía pragmática, que los separa de lo físico o material y los coloca en un plano espiritual.

  La sensibilidad que poseen no es una sensibilidad física, sus ideas o pensamientos no son producto de lo que puede observar o percibir con los órganos de los sentidos del cuerpo y procesados por el sistema nervioso central. Estas personas puedan que no tengan nombre para identificar quienes se sienten ser en verdad, pero si están seguro que no son una masa encefálica o cerebro.

  La autocorrección genética es muy diferente a la autocorrección de ideas o creencias.

  Un organismo tiene la capacidad de auto regeneración, él se ocupa de hacer todos los cálculos que haya que hacer para mantener los sistemas funcionando con normalidad, siempre y cuando se le suministren los elementos necesarios.

  Pero no se le puede suministrar ideas para que cicatrice, o mantenga las plaquetas o los glóbulos rojos en su justa cantidad o nivel óptimo. El cerebro como parte del organismo tiene esa capacidad regenerativa, pero no puede evaluar la data o conocimiento adquirido para hacer correcciones psicológicas.

  Las ideas o pensamientos novedosos no provienen del cerebro. Al organismo le lleva mucho tiempo para adaptarse o hacer modificaciones nuevas en la estructura. En cambio, el verdadero pensante sufre de constantes epifanías, inspiraciones o ideas novedosas que logran cambiar su vida por completo.

  Hay patrones de comportamientos que un cuerpo ha desarrollado en su proceso evolutivo, y que se transmiten por los genes, sobre todo los de este cuerpo humano, formando parte de la personalidad, o son atribuidos a la psiquis: como posturas, manera de caminar, gestos, etc. Y esto causa la tendencia a considerar que toda la personalidad; conductas, emociones o sentimientos; son producidos por el organismo.

  La inteligencia o capacidad para discernir, reflexionar o analizar se efectúa con la presencia de un observador. Ese observador es el que debe concluir, debe aprobar y tomar la decisión de poner en uso o circulación esa idea que ha producido.

  El proceso de pensar puede ser tan breve, tan instantáneo que pareciera no haberse efectuado algún tipo de análisis. Por ejemplo; las improvisaciones geniales o de buen resultado que se efectúan sobre la marcha o durante el desarrollo de una obra, muestran la capacidad creativa que puede lograr la fuente o el pensador con la práctica y el conocimiento de las herramientas que usa para expresarse.

  Los sentimientos indican el tipo de ideas que tiene en uso la fuente. El estilo personal de un creador es inseparable de los sentimientos, por lo tanto, de las ideas fundamentales en las que se apoya la personalidad.

  Pero ya existe un problema, así como la persona considera que sus sentimientos provienen del corazón, dando como un hecho que esta es la verdad, así cree que su cerebro es la fuente de las ideas.

  Si se pudiera trasplantar un cerebro de una persona a otra como se hace con el corazón, se podrá comprobar que no hay cambios fundamentales en la personalidad.

  Ya está comprobado que los sentimientos no los produce el corazón, y es metafórico seguir usándolo como figura retórica para embellecer la comunicación. Pero ya nadie anda por ahí con el mal entendido.

  Aquel que quiere sacarle brillo a su talento, debe meditar acerca de estos malos entendidos. Quizás insista en mantener firme sus creencias, es libre de hacerlo. Pero no estaría de más hacer la prueba y observar los resultados.

  Ha sido un placer. Buen provecho dándole luz a tu genialidad. Nos vemos inspiradores.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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