PARA CRECER NECESITAS ESPACIO


EL NO SABER GARANTIZA ESPACIO DE SOBRA

Hola, amiga(o) pensante:
Por lo general, a las personas no les gustan las ropas holgadas que no definan su figura. En cierto modo, así se siente la personalidad: ajustada, sin vacíos, colmada de ideas, pensamientos y registros de toda la experiencia vivida.
Hay quienes tienen una personalidad tan ceñida que ni bolsillos usan, y a la hora de guardar algo, no tienen dónde colocarlo. La mente está llena; no hay lugar para lo nuevo, así que lo único que queda es hacer una síntesis con las hipótesis o datos que ya ocupan espacios seguros — apenas se modifican un poco.

Ante esta estrechez mental, algunos piden tener la mente abierta, pero aunque lo reconocen, no saben cómo abrir espacio en su mente, o ni siquiera perciben si lo están logrando.
Cada vez que se establece un sueño, un objetivo o una meta, se abre espacio en la mente... y en la personalidad.

Los trabajos rutinarios pueden volverse asfixiantes si no se complementan con actividades que presenten nuevos retos, desafíos que impulsen la búsqueda de conocimiento.
El no saber —cuando se vive como una idea consciente y constante, con la que uno se identifica— garantiza espacio permanente en todas las direcciones.

Ese tan anhelado crecimiento personal, incluso lo que llaman “reinventarse”, requiere espacio. No unos centímetros ni unos pocos metros —¡no sean pichirres consigo mismos!
Lo recomendable es reflexionar o meditar sobre la condición natural del no saber. Ese “no saber” es la Nada; se asemeja al concepto del cero: todo comienza desde cero y se extiende al infinito, en todas direcciones.

Cuando se acepta con una comprensión amplificada la importancia del no saber, el conocimiento invierte su flujo hacia uno. El conocimiento viene a ti —no hay que perseguirlo a la carrera.

Ama el no saber, disfrútalo y ríe con él. Hazte su amigo, quieras o no siempre te acompaña para garantizarte que puedas experimentar la vida.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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