MURIENDO LENTAMENTE
Hola amiga(o)
pensante. Mientras médicos con batas blancas y tapabocas atienden a las
personas contagiadas con el coronavirus, otros médicos de flux, corbata y un
celular en la mano, atienden a las divisas que sufren del mismo mal.
Hasta el día
de hoy no se ha declarado muerta alguna de las divisas. Muchas están todavía,
con fiebre alta, fuertes dolores de cabeza, cansancio y empieza a fallarle la
respiración.
De hecho, ya
algunas fueron conectadas a respiradores artificiales para evitar males
mayores. El USD se esta gastando un respirador de varios billones de dólares.
Hay otros que no cuentan con los instrumentos adecuados y están recurriendo al
sacrificio de sus reservas y usando los muebles de la casa para sacar madera
para echarle a la caldera del tren para que no se detenga.
Hay otras
divisas que están “pidiendo cacao”, es decir, doblegando su orgullo para que
les echen una mano, y sus aliados se hacen los sordos.
Los pobres del
planeta son tan humanos como los ricos, los reyes, los gobernantes, los dueños
de las riquezas del mundo, a todos les duele perder.
Me sospecho
que lo que ha ocurrido, es que el arma conque se pretende asesinar a otros, les
ha explotado en la cara. Se les escapo de las manos, no fue suficiente las
guardarrayas para evitar que la pandemia se propagara más allá de donde se
pensaba.
Ha ocurrido,
como ocurrió con la bomba atómica, que muchos de los promotores después de
darse cuenta que los devastadores efectos no solo causaban daños al objetivo, se
orinaron los pantalones al ver que ni ellos tenían para donde huir.
Como van a
explotar recursos en un planeta radiactivo que tardara milenios en recuperar
condiciones para poder vivir. No es una solución viable a sus aspiraciones.
Y eso creo
que esta pasando en gran medida a muchos socios, alcahuetas y serviles que se han
prestado para la hegemonía de un imperio que imponga su determinación en todo
el mundo.
A muchos de
ellos la reculada del arma utilizada por sus amigos, les golpeo en el pecho y
ahora saben lo que es quedar sin aire, sin oxígeno. Ahora saben que ese amor
que le profesaban no era del todo sincero, ahora han comprobado que, a la hora
de la verdad, cada quien que se salve como pueda.
El venezolano
y todos aquellos extranjeros que echaron raíces en esta patria, tienen décadas viendo
morir devaluada la moneda, (el bolívar).
La inflación llego
a la magnitud de un globo aerostático ante la indiferencia y la crueldad de los
responsables de defender la moneda. No les importo, ni les importa que las
victimas tengan los mismos derechos que ellos de disfrutar las riquezas del
país.
Parece
contradictorio, pero nos ha favorecido que ha sido una muerte lenta, que a
pesar de que el sufrimiento ha sido continuo, que no ha menguado en ningún
momento por décadas, ha dado tiempo para ir poco a poco asimilando los golpes, aprendiendo
a sobrevivir mientras se reduce el poder adquisitivo, pero con consciencia, que
seguimos empeorando y que no se ven señales de esperanza de salir de esta
crisis.
Ese mundo
indiferente, esos voceros extranjeros y venezolanos que dicen desear lo mejor
para el pueblo víctima de la enfermedad de depresión económica. Son tan
contradictorios, tan buitres que ni siquiera se ponen de acuerdo para
repartirse el cadáver y terminar de una vez por toda de consumar el genocidio.
Quizás muchos
pueblos del mundo, viviendo en carne propia la amenaza que pesa sobre su
economía, y las graves consecuencia que les caerá a todos encima, comprendan
que la mejor manera de producir cambios en el país no es manteniéndonos en la
ruina. Manteniendo al país con la cabeza sumergida en el agua hasta que deje de
respirar.
Y si no lo
han pensado, yo se los digo; los ricos, los que han hecho fortuna
aprovechándose de las riquezas del país, no pasan hambre, no les falta recursos
para resolver sus problemas, muere el ultimo venezolano honesto y las alimañas
se van a vivir y a disfrutar con otras alimañas en algún paraíso del planeta.
El
coronavirus nos puso la cabeza en la guillotina a todo el pueblo venezolano.
Incluyendo a los que se vieron forzados abandonar el país. La debacle económica
mundial no va a dejar ni migajas en el suelo para que recojan los arrimados,
los indocumentados, o con permisos de permanencia temporales.
Si existía
algún tipo de recurso económico para atenderlos, ya existen otras prioridades
nacionales y no pueden regalar lo que a ellos les esta haciendo falta. Pero te
digo algo en secreto.
Los
mandatarios venezolanos son los seres más excepcionales, solidarios y bondadosos
que existen en el mundo. Ellos regalaron, financiaron, despilfarraron, o
compartieron recursos con sus aliados para propósitos ocultos, mientras su
pueblo o parte de su pueblo sufría cualquier clase de necesidad.
La marca de
los políticos de ahora es, la hipocresía, la mentira, la falsedad. Entre ellos
lo saben, pero…” todo sea por el amor a su pueblo”.
Yo no
les creo, ¿y tú? …Ha sido un placer.
Buen provecho preparando las defensas. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio
R. Fernandez Ramos
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