NADIE TIENE INTENCIÓN DE HACERSE DAÑO


CORRIGE EL PROCEDIMIENTO Y VERAS QUE TODO CAMBIA

Hola amiga(o) pensante. Ser como no se quiere ser, encierra una seria contradicción.

Lo que a una persona no le gusta de sí mismo en su manera de ser, se sostiene con la base de que él no tiene nada que ver con ser así. Se considera inocente o víctima de algo o alguien.

Pueda que no veamos cuando el sol se oculta, pero si está oscuro, es obvio que se ocultó.

Hasta que la persona no se convenza por experiencia propia que puede causar sus comportamientos, actitudes, y aspectos de su personalidad, no encontrara un camino viable para resolver esa manera de ser que no le gusta, y que quisiera poder cambiar.

La idea de ser uno mismo quien provoca esas crisis emocionales, estados psicológicos desagradables y conductas que se reconocen que no benefician; es una idea de; “No puede ser”. ¿Por qué quería yo hacerme daño?

Si te cae la saliva que escupes en la cara; es obvio que estás escupiendo para arriba.

Si tu mente y tus pensamientos parecen estar contra ti; es obvio que estas escupiendo o ejecutando la acción de pensar de una manera que no debes.

Debe haber una mejor manera de llevar a cabo la actividad pensativa que no provoque que la mente y los pensamientos se reviertan contra el que los produce.

Pero al pensante se le presenta la gran dificultad, que no puede hacer consciencia o no puede entender que quiera hacerse daño. Y de paso no se puede ver pensando pensamientos malos, deseándose enfermar, o pasar la vida sufriendo.

Hasta para sembrar y cuidar una mata que eche bellas flores, o buenos frutos, hay una mejor manera de hacerlo.

Si tu jardín es el más desastroso de la cuadra, a pesar que lo atiendes con esmero como hacen los vecinos con los de ellos; tu método o manera de ejecutar el proceso de siembra y cuidado no es el mejor.  

No tiene nada que ver con buena o mala intención en lo que haces. Basta que el proceso llevado a cabo sea hecho de mala manera.  

La culpabilidad o menospreciarse por sentirse incompetente, incapaz o inútil, es una manera despreciable de tratarse uno mismo, producto de la ignorancia.

Los pensantes no andan produciendo ideas para no beneficiarse o para fracasar en sus objetivos. No existe esa intención, pero con seguridad su procedimiento no es al mejor: Ahí tiene los resultados de los cuales se queja.

No se necesita ver al sol ocultándose, ves el efecto, así como ves el efecto de estar llevando a cabo el acto de pensar, de una manera que produce esos efectos.

Ahora, si el pensante esta aferrado a la creencia de que le están haciendo brujerías, que el cerebro se le echó a perder, mala suerte, su destino, o que es así de nacimiento. Pues, no le queda otra que disfrutar su infelicidad.

Yo le recomendaría que: revise como ejecuta su acto de pensar. Observe toda la actividad mental que ocurre dentro de su cabeza y preste atención al rol que usted como pensante desempeña mientras esto ocurre. Empezará a darse cuenta de su comportamiento como pensante.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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