EL INTERÉS Y LA ATENCIÓN

  


TE GARANTIZO QUE TE VUELVES MÁS INTELIGENTE SI ENTIENDES ESTA RELACIÓN

La falta de poder para concentrarse o enfocarse es producto de la falta de control de la atención. Y como consecuencia, la inteligencia pierde fuerza y penetración.

Toda persona está obligada a tomar una gran cantidad de decisiones diarias de distintos grados de importancia. Muchas de ellas pueden significar la vida o la muerte, el éxito o el fracaso, o el bienestar o el sufrimiento.

No es ninguna tontería tomar una decisión. No es algo para hacerlo a la ligera. Pero se desarrolla el hábito de decidir y hacer planes sin ninguna reflexión o análisis que brinde claridad para aumentar las probabilidades de un mejor resultado.

Cualquier persona puede mirar hacia atrás en su vida y puede constatar que lo que ha pasado en su vida y las condiciones en que se encuentra en este momento han sido producto de sus decisiones.    

A lo hora de examinar, analizar o reflexionar antes de tomar una decisión de importancia, se necesita luz o claridad para ver mejor, pero esa iluminación depende, de cuanto se pueda mantener enfocada la atención.

Si observan con atención, verán que solo pueden hacer consciencia de aquello que le prestan atención. Pueden tener los ojos abiertos recibiendo una cantidad de imágenes, pero solo a aquello que le presten atención les produce una consciencia selectiva de esa cosa, y el resto de las imágenes de difuminan.

¿Cuánto tiempo te puedes mantener enfocado o prestando atención a algo sin que saltes a tu mente a recordar, imaginar o a pensar?

Hagan la prueba. Cada persona debe saber con certeza cuánto tiempo puede dominar su atención. En caso que esté prestando atención a una sola cosa y pases a otra cosa inadvertidamente, ya es una deficiencia. Los reto mis amigos, a que permanezcan un minuto atento a algo, o haciendo consciencia solo de ese algo. A ver, ¿quién es el valiente que quiere saber la verdad?

El que pueda hacerlo un minuto, puede darse a sí mismo una palmadita en el hombro de congratulación por su capacidad para generar claridad y así aumentar su inteligencia. Mientras más tiempo se pueda mantener enfocada la atención a voluntad, aumenta la claridad y se pueden observar cosas que antes eran invisibles para uno.

El que no pueda, aunque sea con un minuto, ya sabe que anda guiando su vida en penumbras, predispuesto a tropezarse todo el tiempo. Y tomando decisiones casi al azar, a ver cómo me va, o a ver si sale bien la jugada.

Aprovechen para observar que la atención requiere de una fuerza o motor impulsor que se llama INTERÉS.

En todo aquello que te INTERESA no hace falta forzarse para mantener la atención enfocada en eso. Pero el problema de esta sociedad es que el interés no nace de ellos a voluntad. Las personas andan en la vida viendo cosas por todas partes que les están mostrando, y entre ellas hay muchas que le despiertan interés y de inmediato se entusiasma a prestarle atención.

Pueden permanecer en “tik tok” 2 horas pegados a la pantalla del celular y el mundo a su alrededor desaparece, pero cuando deciden enfocarse en algo, no aparece el bendito interés para no tener que hacer esfuerzos para poder mantenerse enfocado.

Eso los saben los comerciantes, el gobierno y todo aquel que quiere vender sus productos o manipular a la gente; “despertar su interés”. Una vez que tiene amarrado su interés, el muy bobo no puede evitar que su atención se pegue a esa cosa.

Y alguien le advierte; “no pierdas tu tiempo en eso”, “tienes cosas más importantes que hacer”, “ponte a estudiar”, y puede despegar la atención de la película de Neflix para ir a estudiar, pero una fuerza invisible como la gravedad no lo deja permanecer relajado y concentrado en lo que hace. Está allí ansioso por continuar viendo la película.

Así vive la gran mayoría de las personas, caminado con bastones como los ciegos, porque cuando no es la mente, es la sociedad mercantilista que lo tienta a prestar atención a lo que ellos quieran. O en su mente no ha terminado de pensar algo y ya la mente lo manda a otra cosa, o lo pone a ver la misma película una y otra vez.

Todo el que quiere comunicarse, necesita que le presten atención, pero debe estar consciente que debe captar el interés de la persona.

Si le dices a tu hijo, a tu pareja, o a alguien; “tengo que hablar contigo”, necesitan saber de qué.  La curiosidad, o el tener experiencias previas contigo cuando dices; “tenemos que hablar”, puede mandar ese interés a correr despavorido, o esperar ansioso por esa charla.

Entonces, antes de enfocarte en algo, asegúrate que sientes la vivida energía del interés dentro de ti. Cuando estás interesado en algo, solo el creador te puede impedir que te enfoques en saber, entender o lograr lo que te propones.

Y qué “casualidad”, tu inteligencia en ese asunto que te has podido mantener enfocado se agiganta.

Ha sido un placer. Buen provecho.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos   

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