EL CUERPO DE UNA MUJER


PROSAS DE AMOR

Hubo un tiempo que el envase que contiene la vida, me absorbió toda la atención. La maestría del creador se luce mostrando las exuberancias de su más hermosa creación, el cuerpo de una mujer. Y mis testosteronas efervescentes, habidas de placer, dictaban el contenido de mis deseos, y a eso llamaba amor. No veía la vida contenida en el envase, y en mi desespero por poseer la figura, torpemente en mi inconsciencia atropellaba la vida, la verdadera obra del divino maestro. Hasta que me vi perdido, viviendo una libidinosa vida, que me llenó de frustración. Hoy no cambio la vida de la mujer que amo, por ninguna reina de belleza.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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