ALERTA: ¡CONFUSIÓN! – ¡CONFUSIÓN! - ¡CONFUSIÓN!

 EL ESTADO IDEAL PARA DOMINAR A LA POBLACIÓN. APRENDE A SALIR DE LA CONFUSIÓN.

 Hola amiga(o) pensante. Por lo general el pensante es renuente a cambiar sus creencias, sus hábitos, el status quo, o su zona de confort.  

   Inclusive, les da miedo a examinar una idea novedosa, que a simple vista contradice su creencia, por miedo. Miedo a correr el riesgo de encontrarse con algo que le haga sentido, que no lo pueda negar de manera rotunda. Y sale corriendo o vociferando todo tipo de razones a ciegas, sin haber visto de que se trata la idea.

   En las religiones hay muchos de estos pensantes, pero se pueden encontrar en cualquier parte y en cualquier tema. Son pensantes que se niegan a ver hacia adelante, hacia el futuro, hacia el progreso. Están cerrados a los cambios, sin embargo la parálisis y el deterioro lo hacen retroceder; los hacen cambiar hacia abajo, hacia atrás.  

   El pensante produce sus creencias, luego se deja atrapar por ellas. Fue libre para pensar la creencia, ahora la creencia le quitó la libertad, y el auto determinismo.

   Luego encontramos estos pensantes intentando alcanzar elevados estados de consciencia o trabajando para cambiar su personalidad de tal manera que sea mejor de lo que es, o volverse más fuerte psicológicamente. Pero no pueden soltarse de sus creencias, de sus hábitos, manera de ser o de pensar.

    El deseo de aprender, o el interés por adquirir conocimiento para transformar en positivo la vida o la manera de ser, es un impulso natural. No hay que hacer esfuerzo para desear ser mejor de lo que se es.

    Pero cuando llega la acción de encarar los nuevos puntos de vistas, los nuevos planteamientos, las nuevas ideas, se examinan como el que recoge una asquerosidad del piso. Usa guantes, ve para otro lado y se tapa la nariz. Luego tenemos a este pensante entendiendo o interpretando cualquier cosa que le venga a la imaginación.

    Desde cristo por su relevancia, nos venimos a través del tiempo y encontramos miles de mártires que pagaron con sus vidas, con su bienestar, el hecho de haber propuesto nuevas ideas.

   Eso sigue ocurriendo, debido a que es una actitud generalizada de los pensantes. En esta era moderna de las telecomunicaciones globales se terminó de “poner la torta”, se terminó de complicar la vida del pensante.

   Ahora el acose es para que crea, para que agarre todas esas ideas que le bombardean de todas partes, de todos los temas o asuntos, y las crea. Haga suya toda idea que le hagan llegar por cualquier vía.

    Antes era ortodoxo, muy convencionalista, lo que está acordado no se toca. Se escudaba en la moderación para no ser ofensivo, ahora no sabe de que palo ahorcarse.

   Confusión, confusión, confusión, el estado ideal para dominar a cualquier pensante.

   Examinen lo que es un estado de confusión. Observen los comportamientos de pensantes en confusión. Vean los resultados de personas que actúan en un estado de confusión.

    Ahora observen como está la humanidad en este momento. ¿Qué creen ustedes que van a ser los resultados de una población que se encuentra en confusión?

    Fáciles de dominar, fáciles de manipular, fáciles de conducir a donde los quieran llevar. Y no nos ha dicho a donde nos llevan, pero sabemos sus intenciones. Sabemos lo que quieren de nosotros, así que no sueñes con que mañana va a salir el sol y la humanidad recobrará su bienestar.

    Inclusive, si dejaran que todas esas personas en estado de confusión actúen por su cuenta, se atropellan, se matan unos con otros. Ya hay conatos de comportamientos que dejan ver la lava hirviente del volcán antes de que haga erupción.

     El problema se presenta cuando se le pide a un pensante que examine la idea de confusión, y luego se autoanalice, a ver si se está quemando por dentro y no se ha dado cuenta.

     El pensante está harto de creencias, lo han estado alimentando tapándole la nariz para que trague todo lo que le metan en la mente. Ahora las creencias lo tienen atrapado, le han quitado la libertad. Ya no es autodeterminado, ha perdido el criterio y está en confusión.

   Observa amiga(o) pensante. Imagina una confusión como estar dentro de un huracán, fuerzas externas dominan, tienen el control. Para un pensante el huracán no viene de afuera, la inducción viene de afuera, los golpes vienen de afuera, la fuerza viene de afuera. Como consecuencia de esto el pensante desarrolla su propio huracán.

    A su alrededor puede haber muchas personas tranquilas, pero él tiene su huracán por dentro. Y cuando hay muchos pensantes huracanados juntos, se desata el caos y las consecuencias dejan muchas víctimas.

    Otro dato valioso, la magnitud de los problemas a resolver llevan al pensante a crear su huracán. La presión y fuerza de los problemas conducen al pensante al estado de confusión.

   En toda confusión lo que vamos a encontrar es problemas. Los problemas propios no son los mismos problemas de todo el mundo, como muchos suponen.

    Esta manera de ver los problemas como una generalidad no ayuda al pensante a la hora de querer resolver “sus problemas”. Es como la idea que tienen muchas personas de que un sinónimo es igual a la palabra original. Similar no es igual, no es idéntico, se puede usar, pero se van a encontrar diferencias. El problema del pensante se parece al del vecino, pero no es igual.

   Para resolver un estado de confusión, hay que encontrar los problemas. Hay que hacer una lista y examinarlos, y ya te he explicado bastante en otros artículos, lo que es un problema para cada pensante y lo que debes hacer para quitarte el efecto problemático que te estás generando, que es el que te tiene atormentado, y en estado de confusión.

    Es en este estado de confusión que los pensantes toman esas decisiones para hacer cambios en su vida y la mayoría de las veces, le va peor y su vida no cambia a estar mejor que antes.

   Alerta, no te permitas llegar a un estado de confusión. O a sufrir conatos de confusión; es decir, dos o tres confusiones al mes, o a la semana. Al final te hundes en la depresión o en el estrés y no tendrás fuerza o energía para reponerte por tu cuenta.

     Ha sido un placer. Buen provecho apagando huracanes en tu mundo. Nos vemos pensante.

     Autor: Emilio R. Fernández Ramos

     Correo: emiliofernandezr@hotmail.com

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