LOS TRAUMAS PSICOLÓGICOS SE PUEDEN EVITAR

 QUE HACER PARA NO QUEBRARSE PSICOLOGICAMENTE

   Hola amiga(o) pensante. Los traumas psicológicos muestran las debilidades que el pensante venía padeciendo y a los cuales no les dio importancia.

   Los puntos vulnerables de la personalidad son zonas que pueden hacer crisis en cualquier momento. Pero la carga fuerte producto del quiebre psicológico, es la sorpresa que sufre la persona al encontrarse en una condición que no esperaba le ocurriera.

  El terror de hallarse en una peligrosa condición para su cordura, la cual le temía, pero nunca había pensado que se hiciera realidad, es la parte del trauma que más lo atormenta.

  A medida que las horas y días pasen y no le desaparezca el desajuste emocional, el miedo se acentúa al punto de entrar en pánico, perdiendo así el completo control de su actividad pensativa.

  Una vez que el descontrol lo invade, los contenidos de los pensamientos que produce en esa condición son lapidarios.

   No puede producir alivio a su intranquilidad, a su miedo de perder la cordura, o de tener que vivir el resto de su vida sufriendo esa tortura mental.

   Solo aquellos pensantes que han sufrido un quiebre de su estabilidad psicológica y se han recuperado, pueden dar fe, de los que se siente al verse atrapado en esa condición.

  El pensante les teme a las enfermedades físicas, pero no se puede comparar al temor de perder la cordura, la memoria o conciencia para desenvolverse con la normalidad que siempre lo ha hecho.

  Seguir con vida, pero con un desorden mental que impida el normal desenvolvimiento, es lo peor que puede pasarle a un pensante.

   Y es lo peor, debido a que las enfermedades físicas los médicos especialistas van a ocuparse de su cuerpo y usarán todo el conocimiento que tienen para ayudar a su cuerpo, aunque él pensante no colabore mucho con su actitud.

  Pero cuando es el pensante que se quiebra y pierde el equilibrio mental, la cosa se complica, ya que se requiere la participación cuerda del pensante, y este se encuentra en el medio de la crisis.

  No se le puede pedir razonamiento, entendimiento a quien ha perdido el control del acto de pensar.

  No se le puede pedir tranquilidad al que está intranquilo. Está intranquilo en contra de su voluntad. Él es el que más desea no sentirse de esa manera, pero no puede hacer nada.

  Sería interesante que las personas que no han sufrido un quiebre psicológico; que es lo mismo que decir: pérdida del control del acto de pensar; conversaran con una amistad o familiar que haya pasado por eso.

  Aunque lo más seguro es que esa persona le de miedo recordar, no vaya a ser que al hacerlo vuelva a caer en ese estado emocional que tanto lo asustó.

   Pero seamos empáticos, tenemos la capacidad de mover un punto de vista hasta la posición que ocupa esa persona, y usando la observación indirecta podemos ver y hasta sentir lo que esa persona vivió o está viviendo.

   Hay una advertencia que debe considerar todos los pensantes: ¿conoce sus topes o puntos de quiebre psicológico? ¿ha examinado su personalidad para saber cuáles son sus debilidades?

   Te voy a decir una forma sencilla de observarte; has una lista de todos aquellos puntos, temas o asuntos donde pierdas el control en mayor o menor grado.

   Esto incluye las fobias, y muchas de las llamadas manías. Por ejemplo; miedo exagerado a las cucarachas, o acciones que se salen de lo normal.

   Manifestaciones de miedo, rabia, odio, enojo; todos estos tipos de comportamientos reactivos que no son producto del análisis o razonamiento, son puntos débiles en la personalidad.

   Y es por uno de estos puntos por donde puede ocurrir un quiebre. Y lo peor, se produce una reacción en cadena de todos los puntos quebradizos que se tienen.

   Vivía con su pareja sufriendo de celos, atormentada por el miedo a perderlo, y un día se hizo realidad su temor. Fue reemplazada por otra. Y allí está en un estado deprimente, sin saber si puede recuperar su salud y vida normal.

   Ejemplos hay muchos, y lo que, si queda bien claro, es que la mayoría de esos casos sabía de sus debilidades. A esa persona amigos y familiares le hicieron notar su equivocada actitud, pero no hizo algo para no estrellarse de la manera que lo hizo.

   La presión social, el estrés, la pandemia, la economía, y todo lo que existe en este entorno en el cual nos desenvolvemos, puede llegar a ser la pólvora que haga estallar la cordura.

   No pensar en estas cosas pretendiendo estar a salvo si no las piensa, no ha funcionado ni funcionara nunca. Evadir la realidad, los hechos o lo que se está sintiendo en un momento determinado, no va a evitar que suceda lo que está en curso. Es mejor y más conveniente no perder de vista a el tigre que ronda por tu casa; y prepararse por si intenta entrar por una ventana.

   He visto algunos conocidos quebrarse en estos últimos meses, y de verdad, no se lo deseo a nadie, sobre todo si puede evitarlo. Tú me simpatizas por el solo hecho de haber leído hasta este punto. Gracias

   Ha sido un placer. Buen provecho fortaleciendo tus defensas. Nos vemos pensante.

   Autor. Emilio R. Fernández Ramos 


  

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