DESPIERTA QUE VIENEN POT TI
LO QUE HAGAS; HAZLO BIEN. BÚRLATE DE LOS ALGORITMOS QUE TRATAN DE ATRAPARTE
Hola amiga(o) pensante. Hay una gran
diferencia entre saber hacer algo y SABER hacer algo “BIEN”. Hasta para comer,
sentarse o caminar se han encontrado maneras de hacerlo bien, para obtener el
mayor beneficio o evitar consecuencias perjudiciales.
El acto de pensar es algo que todo el mundo sabe hacer, pero las
consecuencias que se han observado en los pensadores, deja ver con gran
claridad que no están ejecutando el acto de pensar: “BIEN”.
Si las personas condujeran sus vehículos tan mal como el acto de pensar,
los talleres de reparación, las funerarias y hospitales tuvieran tanto trabajo
que no se dieran abasto. Pero lamentablemente el mal control del acto de
pensar, a pesar de causar la mayor cantidad de tragedias y muertes en los
pensantes, no se le da importancia.
La fuerza que está impidiendo que la humanidad le preste atención a la
actividad pensativa, ha logrado su objetivo por varios milenios. Los
generadores de esa fuerza están entre nosotros, algunos mostrando sus rostros y
otros tras bambalinas.
La manipulación mediática global que se puede lograr ahora, no ha
terminado de ser monopolizada por quienes vienen durante generaciones
implantándola, porque las propias herramientas de globalización comunicacional moderna,
han permitido que grupos particulares ofrezcan resistencia y compitan entre
ellos y con ellos. Pero el control total de la consciencia humana VA.
Los que financian las investigaciones neurobiológicas para conocer los
secretos del pensamiento o de la producción de consciencia, no están pensando
en brindarle a la humanidad mayor autonomía, discernimiento, y poder de
determinación. La esclavitud moderna está en pleno desarrollo. Afortunadamente
el cerebro no les va a dar las respuestas que están buscando.
Los algoritmos de cómo hacer para tomar control de la producción de
pensamientos de cualquier persona, no se van a conseguir en el cerebro. Pero no
se equivoquen, ya están haciendo como los Nazis, vuelven a los laboratorios los
estudios de los poderes paranormales o mentales y revisando los llamados
milagros de grandes personajes del pasado, y posibles secretos de origen extraterrestre
para el control psíquico.
Pero hay una historia a nuestro favor: los pensantes son indomables en
esencia, no hay forma de volverlos tan inconscientes que no puedan despertar.
Mientras más se les oprime, se llega a un punto que la rebeldía se hace
colectiva y no hay fuerza minoritaria que los detenga. Lamentablemente cuando
esto ha ocurrido, ha sido por un impulso reactivo, y los pensantes no hicieron
los correctivos en sus descontroladas actividades pensativas, y se volvió a
caer en lo que ahora estamos viendo. Un pequeñísimo grupo de pensantes
queriendo hacerse dueño del sistema solar y tener a los pensantes a su servicio
como esclavos.
En eso que la mayoría de la población tiene fija su atención, es donde
menos debe tenerla. Puedes tener la seguridad de que has sido inducido o
manipulado para que fijes tu interés en eso.
Prueba burlarte de los algoritmos de las grandes plataformas que
controlan la comunicación hoy por las redes, pero todavía por la prensa escrita
y libros. Dale me gusta y dedícale, aunque sean unos segundos a cualquier tipo
de publicación, diferentes músicas, diferentes temas, diferentes tonterías, y
veras como se llena tu perfil con sugerencias de todo tipo. El algoritmo no te
puede encasillar, no le obedeces y quizás no formes parte de ninguna estadística
predecible para los dueños. Como público manipulable, eres un loco de conducta
impredecible.
Me he reído al hacer eso, pero consciente de lo grave que es para el
control de la actividad pensativa de un pensante, dejar que se le conduzca a
pensar temas que no ha determinado por iniciativa propia.
Eso que están pensando: “Yo tomo la decisión de lo que elijo prestarle
atención.” Es una defensa de su determinismo muy loable, pero existe un estado
de sugestión en un grado que el pensante jura que es decisión propia.
La iniciativa propia, es el grado de libertad más elevado que puede
tener un pensante. El hecho de que las necesidades físicas muchas veces se
impongan para que sea a ellas que se les preste atención o se les piense. O no
se pueda dejar de pensar en esa necesidad, ya es una debilidad del pensante.
Cuantos pueden meditar, concentrarse o mantener tranquilidad, estando
sometido a presión económica, hambre, malestares físicos, enfermedades, etc. Y
ya es sabido, los mejores resultados se dan cuando el pensante puede mantener
la serenidad.
Y es esta serenidad la que le permite pensar y actuar por iniciativa
propia. Esta es la libertad que devuelve al pensante el control de su poder psíquico.
Ha sido un placer. Buen provecho al despertar. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Correo: emiliofernandezr@hotmail.com
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