¿REINICIAS O REINCIDES? EL VALOR DE LA INICIATIVA
EL PENSANTE DEBE APRENDER A RESETEARSE ANTES DE REPETIR UNA ACCIÓN EN LA QUE HA FRACASADO
Hola amiga(o) pensante. Iniciar y reiniciar; cualquier pensante se
encuentra en algún momento iniciando un ciclo o reiniciándolo debido a que tuvo
dificultades en su ejecución.
Hay pensantes adictos a reiniciar; fracasan por aquí, fracasan por allá,
pero según ellos son persistentes, no cesaran de cerrar sus ojos y poner todo
su esfuerzo por lograr ese objetivo.
Gran parte del tiempo de vida están dedicados
a reiniciar o a repetir, pero sin hacer ningún cambio en su personalidad. Así
como son, así como están actuando es que van a lograr lo que desean.
Uno que otro de estos persistentes que
justifican su manera de actuar por el principio filosófico que la persistencia
siempre da buenos resultados, dedica algo de tiempo a encontrar culpables,
motivos y razones por la cual las cosas no salieron como quería, y vuelven a la
carga siendo el mismo, con su misma manera de pensar y de actuar.
Para comprender el fenómeno hay
que entender la palabra iniciar, en su significado exacto. Lo primero que hay
que saber es que todo inicio parte de cero. Y lo que se llama reiniciar, debe
por lo tanto de igual manera, partir de cero.
Después de un fracaso, ese segundo intento que se hace, debe partir de
un estado de ser, de cero. No se puede emprender una nueva acción con las
alteraciones que quedaron por el fallido primer intento.
Debido a que las personas no saben ni pueden, aunque lo intenten, lograr
un estado “CERO”. Que significa desaparecer todo vestigio de emociones o ideas
evaluativas de su comportamiento por lo que ocurrió; se acostumbran a reincidir
más que a reiniciar.
Es decir, son reincidentes. Y el reincidente comete los mismos errores
que tanto daño le hacen en el logro de sus objetivos, debido a que no hace
cambios en su personalidad o la manera de encarar esa situación.
Los pensantes que son reincidentes por su incapacidad de resetearse, o
lograr un estado de serenidad donde no haya partículas emotivas, sentimentales
o de ideas prejuiciosas, carecen de iniciativa.
La autodeterminación que cree tener o la libertad que siente al tomar la
decisión de entrar en acción, carece de pureza. No es una determinación limpia.
Toda esa carga residual se va a cumulando en el trayecto de la vida. El
envejecimiento espiritual, el deterioro de la consciencia, la disminución de la
vitalidad para vivir la vida, con el paso del tiempo se van acentuando. Toda
esa minusvalía se la achacan al tiempo o a los años que cumple el cuerpo.
El aspecto psicológico es el factor dominante en la relación entre
pensantes. Los ciclos de acciones casi siempre involucran a otras personas. No
hay manera de estar exento de la influencia de otros en los ciclos de acción
que se emprendan.
Ignorar el propio estado psicológico, impide ver el estado de los demás
y esto es una desventaja muy grave. No tanto por lo que los demás hagan o dejen
de hacer que afecte de manera negativa los ciclos de acciones; no hay manera de
hacer un análisis que llegue a conclusiones acertadas.
Los filtros psicológicos que por lo general usa el pensante, no está
consciente de ellos y la conclusión a realidad a la que llega, esta
distorsionada, pero él no lo ve así.
Para poder ser un pensante de excelente iniciativa, hay que tener la
capacidad y habilidad para lograr hacer un reseteo. Debe poder cerrar los
programas mentales y controlar su actividad pensativa para alcanzar un estado
de calma o serenidad plena.
Es en esta condición que su observación se agudiza, su discernimiento no
está siento interferido por sus emociones o sentimientos residuales, y puede
efectuar la acción como si fuera la primera vez.
Por esa razón, recomendarles a los pensantes el valor de la aceptación o
el perdón, sin enseñarles el valor o la importancia que tiene su habilidad para
lograr la paz interior y como logarla, es una pérdida de tiempo.
El control del acto de pensar hace libre a un pensante. Son esos
pensamientos que va a producir de acuerdo al estado que se encuentre para
ejecutar el acto de pensar, los que lo convierte en quién es y como es.
Para lograr ser quien se quiere ser, o llegar a ser, no se debe
descuidar el control que se tiene de la actividad pensativa.
Recuerden queridos amigos, en la línea temporal de la vida de toda
persona, se encuentran registrados muchos momentos donde se perdió el control
del acto de pensar, y esos pensamientos son los que la mente a veces usa en
contra de la voluntad o sin que el pensante pueda observar lo que afecta a su
pensar y a su comportamiento.
La iniciativa puede ser motivada por otros, o por cualquier causa, pero
el acto de iniciar siempre ocurre en el interior del pensante. Él decide, él
está de acuerdo, él siente que es libre; y esto, para ser cierto, el pensante
debe tener control de sí mismo. Sus valores no son comprados, ni adquiridos por
contagios, fueron fundamentados desde su consciencia.
Ha sido un placer. Buen provecho reiniciando de verdad. Nos vemos
pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Comentarios
Publicar un comentario