EL AMIGO DE LOS INCOHERENTES ES EL SUFRIMIENTO


NI DIOS SOPORTA A LOS INCOHERENTES

Hola, amiga(o) pensante. Ni Dios ni nadie soporta los incoherentes que por un lado piensan y afirman una cosa y por otros lados se contradicen.

Cambiar la manera de pensar con respecto a algo es otra cosa, esa es una actitud plausible. Poseer la cualidad de reconocer que lo que se piensa no es tan cierto y útil como otras ideas planteadas es una virtud.

Pero aquellas personas que con ellos mismos sin querer o queriendo asumen una posición totalitaria y luego por algún motivo actúan contrario a su creencia, la verdad es que están con muy poca integridad.

Por ejemplo. Usted oye con que devoción muchas personas afirman que su vida la han entregado a Dios. Que sus vidas la dejan en manos de Dios. Su destino lo dejan a la voluntad de Dios. Y luego cuando sufren un accidente, les pasa una tragedia, o algo está mal con ellos, corren a pedirle a Dios que no les haga eso, que los cure, qué los proteja, que no le pase nada malo. Etc.

La pregunta inquisitiva es: ¿de verdad pusiste tu vida en manos de Dios?

Y si es así porque vas a llamarle la atención a tu Dios para que te quite, te cure o te salve de lo que te mandó. ¿Pusiste tu vida en sus manos, sí o no?

Soy de los que piensa que las personas deben manejar estas incoherencias. De no hacerlo, la fe que creen tener no resiste mucho peso.

Una mente con un pensante que no mantiene firmeza cuando la situación requiere con apremio que se mantenga firme, coherente e integro, no puede servirle de base para que apoye su fe, su confianza y certeza.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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