EL REMOVEDOR DE PENSAMIENTOS

 

NO VUELVAS A FALLAR CUANDO HAGAS CAMBIOS EN TI.

Hola, amiga(o) pensante. Hay muchas personas que sienten la necesidad de conocerse mejor. No se explican actitudes, maneras de ser con la cual no están a gusto. Vienen arrastrando unos cuantos “porqué soy así” y no hay respuestas que les satisfagan.

Si en tu vida existen estas interrogantes, te puede ayudar a encontrar respuestas poniéndote a escribir todas las opiniones que tienes de ti, escribe todas las consideraciones, pensamientos o ideas que describan tu personalidad.

Lo que piensas de ti es lo que eres o como eres. Así como piensas te vienes comportando y esas experiencias te convencen cada día más que lo que piensas de ti es correcto.

Hay una impresión superficial de que ese comportamiento o manera de ser no depende de uno. “Nadie en su sano juicio va a estar pensando ser así de manera deliberada”.

Y si no es un comportamiento que se desee; ¿cómo se explica que uno sea así?

A pesar de tener todas estas dudas la persona afectada entiende casi con certeza, que uno se convierte en lo que piensa. Y ha estado trabajando con sus pensamientos para revertir o eliminar esa manera de ser que no le gusta.

Pero la cosa no es tan fácil. Tiene nuevas afirmaciones que se repite consistentemente y a veces está convencido que cambió, y “cataplum” retrocede a su detestable manera de ser.

Los pensamientos positivos que usa para producir el cambio parecen penetrar en la mente, pero por alguna razón no se quedan programados.

Sepa y entienda usted que la mente funciona con programas, si el programa dice que “puede”, no lo va a anular tapándolo con uno que dicte que “no puede”. O viceversa.

La desprogramación es una tarea previa para reprogramar. Los técnicos expertos en programación si usted le lleva su computadora para actualizar o hacer cambios en los programas, ellos hacen primero algo que llaman formatear. (Eliminar los programas que están activos)

Todos los procesadores de datos, hasta la inteligencia artificial que está revolucionando el mundo son imitaciones de la que hace el cerebro y la mente.

Es decir, desprogramar es lo primero que se debe hacer. Pero los expertos consejeros que venden programas de ayuda y mejoramiento personal, parece que no saben nada de desprogramación y ponen a sus clientes a programar sobre programas.

Es posible que alguien logre imponerse a la fuerza una nueva idea para ser diferente, y lo “logre”, pero su vida se va a limitar a ese pequeño aspecto de su personalidad, al cual tiene que vivir vigilando. Si no es que en algún momento hace explosión.

Otra manera bastante usada para imponer programas sobre otros y que se vean funcionando, es usar una fuerza o poder externo, que nuestro poder ante ese se vea ínfimo, casi inexistente. Esos superpoderes se encuentran en divinidades, dioses, y hasta en seres humanos que son vistos como semi dioses. Son efectos placebos donde el pensante se sale de su personalidad y vuelve a él disfrazado de creencia o fe plena en algo que viene de afuera hacia él para sanarlo.

Claro que funciona. Y porque funciona es que existe tanta dependencia y servilismo hacia todo aquello que se convierta en fuente de alivio para soportar las incapacidades que se padecen.

Las plantas y todos los seres vivos saben la verdad, se dejan llevar por su naturaleza.

En cambio, el ser humano ama tanto sus pensamientos que no le importa los dictados de la naturaleza. Se siente un Dios cuando está bien, cuando está pleno de energía, pero cuando ve la vaina jodida que la “pelona le muestra la hoz”, no le da tiempo llegar al baño, se hace encima.

Por esa “cagazón” es que se aferra a la boya en altamar y de allí no lo despega nadie.

Si quieres conocerte mejor, comienza escribiendo para ti todo, hasta el mínimo detalle de lo que opinas de ti, de quien piensas que eres o como eres. Luego lees por varios días seguidos esa lista de consideraciones hasta que te fastidien o te aburran esos pensamientos.

No te puedo explicar todo en este artículo. Haz lo que te sugiero, eso funciona como un removedor, luego se hace más fácil limpiar.

Ha sido un placer, Buen provecho.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos