LA MANERA MÁS TONTA DE MALGASTAR LAS ENERGÍAS
LA ATENCIÓN VA CON LA INTENCIÓN
Hola, amiga(o)
pensante. Primero se apunta y después se dispara. La atención es esa mira con
la que se apunta el objetivo y la intención es el carburante que genera la fuerza
para lograr lo que se desea. A esto lo llaman atención con intención.
La atención que
permanece divagando en la mente entre recuerdos e imaginaciones tontas, produce
un consumo de energía innecesario que luego hace falta para las acciones que
hay que realizar para alcanzar objetivos vitales para la supervivencia y el
desarrollo personal.
Prestar atención
dejó de ser una acción voluntaria en muchas personas. Esto se evidencia por el
esfuerzo que se debe hacer para permanecer concentrados o enfocados en algo que
sabe que le va a dar beneficios.
Mientras se está
prestando atención a cualquier cosa que en nada favorece, se está derramando la
intención. Una energía que vale más que el oro, y que cuesta tanto producir
para mantener la vida.
Sin la energía de
la intención una persona no se puede levantar de la cama; no puede romper
limitaciones o alcanzar niveles superiores de las cualidades o condiciones que
ya posee. Es mejor que no se ponga retos para que no sufra fracasos.
El segundo aire,
sacar fuerza de donde no se tiene solo es posible con la intención.
Hay personas que
se autoengañan afirmando que tienen intención. Tener la intención suena bonito
y prometedor, pero la energía no es algo abstracto, debe materializarse.
Cuantas
decepciones no se sufre con estas personas que viven prometiendo con sus buenas
intenciones y nunca cumplen. La excusa de que se les olvidó es la más común,
pero todos sabemos que, si se le olvidó, sucedió por no tener intención, pero
la de verdad.
A nadie se le
olvida algo que de verdad le interesa, y aquellos cuya memoria les falla, pero
son responsables, cargan una libreta de notas u otra forma de recordatorio para
no incumplir.
Los objetivos,
metas o sueños de vida de una persona, están casi todos en el mundo exterior.
Se empieza desde muy temprana edad a ir a la escuela para prepararse lo mejor
que pueda para los retos que va a tener en su desenvolvimiento social. Eso todo
el mundo lo sabe, pero la lucha de padres, maestros o educadores es lograr que
presten atención y se les vea de lejos la intención de aprender.
Ya de adultos,
casi todos están rogando graduarse de una vez para no tener que estudiar más.
Es obvio que perdieron la brújula en el camino, le secuestraron la atención y
no se dio cuenta y no sabe que mientras presta atención a tantas cosas que no
le dan ningún beneficio están malgastando su intención, o su energía vital.
Llegar a edades
que sobrepasen los efectos de la menopausia con este desperdicio de energía, es
la causa de ver el deterioro físico y mental que empiezan a sufrir de manera
acelerada las personas.
Los malos hábitos
en el control de la actividad pensativa son tan fuertes que para corregir los
errores necesitan intención extra, y eso es justamente lo que no tienen, ya que
el tanque de combustible tiene demasiados agujeros por donde se les escapa la
energía.
El Manual del Pensante
que les he prometido, es un instructivo para autocorregir los malos hábitos y
establecer una buena relación con la mente y pensamientos. En este momento está
en proceso de registro de derechos de autor.
La atención con
intención es la formula que todos necesitamos. Echémosle un chequeo a ver como
andan.
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