VIVIR CON LOS CANTAROS VACÍOS

  


NO ME LLAMES IGNORANTE PORQUE ME OFENDES

Hola, amiga(o) pensante. No saber es ir al manantial de sabiduría con los cantaros vacíos. Esto suena extraño.

Si observan con atención se darán cuenta que la mediocridad, la pobreza de conocimiento, la lentitud que se va produciendo en las personas después que dejan de ser estudiantes, en su desarrollo personal, es producto de que ya el poco saber que tienen en sus vasijas consideran que ya se llenaron de conocimiento y lo saben todo. Sino todo casi todo.

Esto les produce una sensación de humildad y ser muy compasivos con los demás. Los pobres no saben tanto como él, me compadezco de ellos.

Siguen sin entender como muchas personas siguen admirando a ese sabio personaje que dijo: “he llegado a la conclusión que nada sé”. El que un hombre considerado sabio en su momento dijera eso, fue como una ironía o burla socarrona.  

Son personas que viven en la pequeña habitación que construyeron en sus cabezas y la miniatura biblioteca de conocimiento que tienen en ella les parece gigante. Ven el mundo exterior con un periscopio como el de los submarinos, y aprendieron a reciclar las mismas ideas y pensamientos lo que los hace sentir que se le ocurren cosas nuevas.

Es obvio que tampoco conocen su cuerpo y su mente. Saben el dicho popular de que, “lo que no se usa se atrofia”, pero como mueven su cuerpo y la mente todo el día, ¡hurra! Cumplen con ese precepto.

Como ya saben todo lo que debían saber, le ponen la tapa a sus cantaros y que nadie se atreva a llamarlos ignorantes.

No saber es sinónimo de ignorancia, una palabra despectiva, ofensiva, despreciable, por lo tanto, ni yo mismo debo pensar o reconocer que no sé.

En esta época con el fácil acceso a información de todo lo que sucede en el planeta nacieron nuevos sabios. Usted los ve en cualquier encuentro o reunión para conversar, haciendo alarde repitiendo las novedades que otros no se han enterado.

La información tiene su utilidad, pero eso no es conocimiento. Si no aborda ese asunto para un estudio profundo, no se encontrará ningún beneficio personal, más que alimentar el ego de inteligencia.

Reconocer mi ignorancia me ha obligado a no acostarme sin aprender algo nuevo todos los días. La vida es corta, pero para ver bien que tan corta y pequeña es hay que compararla con la magnitud de esta maravillosa creación llamada universo.

De niño me reía de las hormigas, me sentía un gigante ante ellas, ahora convivo con ellas como iguales.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

Comentarios

  1. Hola, Emilio, tremendo llamado a seguir aprendiendo y a declararnos ignorantes por la necesidad suprema de crecer en todos los aspectos de la vida, tanto personal, emocional, y espiritualmente. Cada dia aprendemos algo y también desaprendemos o nos desprendemos de una errónea creencia, por lo que cada dia es un nuevo comienzo.
    Gracias Emilio por tus claridades al hablar. Un abrazo amigo pensante.
    P.D. chequea tu correo, misión cumplida.

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