EL DESTINO DE UNA FLOR
PROSAS
No todas las
flores conocen su destino.
Sin querer,
oí las reflexiones de una flor rebelde antes de ser cortada. Les decía a las
otras:
Ayer dejé de
ser un capullo como muchas de ustedes. Nuestras plantas madre se llenan de
orgullo por nuestros destinos y nos recomiendan poses exhibicionistas: mostrar
vanidad, arrogancia y osadía para ser la que robe todas las miradas.
Impedidas de
mostrar nuestra identidad natural, solo somos un símbolo, un gesto de amor que
será utilizado por aquel que nos elija.
En mis
sueños de retoño, oí un ave de plumas blancas posada en mi rama. Quizás por
compasión, me describió el futuro que nos espera.
Cuando
nuestra belleza se consuma, iremos sin misericordia al cesto de basura,
malolientes y despreciadas… O moriremos en la inclemencia del clima cuando
todos abandonen la tumba del difunto o el símbolo patrio.
En la
memoria de quien haga la ofrenda o nos regale, solo quedará la impresión que
causamos.
En la memoria de quienes nos exhiban, solo habrá pensamientos para quien hizo
el gesto amoroso usándonos a nosotras.
Y en nuestra propia memoria... quedará la certeza de haber sido usadas.
El ave
blanca me recomendó que les dijera:
"Cuando
sus vidas se apaguen y sus pétalos se marchiten, no bajen la cabeza por
vergüenza, sino por orgullo: despertaron el amor en los hijos preferidos de
Dios.
Los que se
hacen llamar... seres humanos." Este es el verdadero destino de una flor.
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