LA FORTALEZA NO CAE DEL CIELO
¿QUÉ HACER CON LA IMPOTENCIA PARA ENCARAR LA VIDA?
Hola amiga(o) pensante. Fortaleza física y espiritual, dos condiciones
indispensables para la supervivencia. Pero no solo para sobrevivir, el pensante
tiene otros sueños y ambiciones que difieren de las del mortal cuerpo físico.
Lo
que satisface a un pensante no es lo mismo que satisface a su cuerpo. La vida
para él tiene que tener algún sentido, sin embargo, el cuerpo sigue con sus
monótonas actividades que le permiten mantenerse vivo y no se queja.
Este es el precio que está pagando o que debe pagar, aquella persona que
sucumbe a cualquier crisis. Y esta crisis por la que estamos pasando no es
cualquier cosa.
El
sunami que se pronostica que surgirá de este terremoto pandémico, y junto al
terremoto económico criminal provocado por mentes enfermas, es para correr a
toda prisa y llegar a la montaña más alta para no ser arrastrado y echo pedazos
con toda la porquería con la que hemos construido esta sociedad.
La pandemia llegó en buen momento, para darnos
una oportunidad de hacer consciencia acerca de lo mal y peligroso que está el
sistema, y de lo mal que estamos como pensantes para soportar o resistir
momentos duros, difíciles, y dolorosos.
Sabemos
que muchos pensantes están como los caballos de carrera, esperando que den la
señal de partida para volver a su disparatada vida que venían llevando.
Pero muchos se van a encontrar que sus ambientes preferidos, han
cambiado. No tanto como para no encontrar como arreglárselas para volver hacer
una rutina que los complazca. Y se van a olvidar que viene un sunami. Se van a
olvidar que el peligro no ha pasado así haya cientos de vacunas contra el
coronavirus.
En
el principio les dije que la vida de un pensante tiene que tener algún sentido
o significado, de no ser así, no hay satisfacciones. Compruébalo en este
momento en ti. Di si este es un dato sin ningún valor o importante de
considerar.
Comprobado el experimento, ¿qué va a hacer el pensante? Será capaz que
mañana cuando den la orden de partida, se va a dedicar a recuperar el tiempo
que no pudo disfrutar de sus acostumbradas rutinas, hasta saciarse de lo que no
pudo vivir.
Seguro habrá algunos que ni siquiera van a encontrar algo de tiempo para
reparar las grietas mentales y espirituales que le quedaron por la pandemia.
El alivio que me da, es que tú, (hablo de ti) vas hacer un recorrido por
la zona por donde pasó el huracán, a ver que daños causó. Si quedaste incólume;
felicitaciones, tus condiciones psicológicas son excelentes. Y ya sabes que te
puedes volver más fuerte “por si las moscas”.
En este momento, el futuro, examinándolo a partir de lo que ocurre en el
presente, es suficiente para ver, que ahora es que está empezando la crisis
global.
Quizás pienses que necesitas datos,
información, saber las causas de una manera detallada, para estar de acuerdo
que el cielo del futuro se está oscureciendo.
Pero no, basta con saber que un pensante no se regenera, despierta
consciencia o recobra la cordura en unos cuantos días. Este desorden
psicológico que padecen quienes dictan las pautas sociales y son protagonistas
de todos los movimientos que se producen en el planeta y de los cuales estamos
involucrados todos los habitantes, no se les va a curar de la noche a la
mañana.
Ya los herederos, socios o camaradas se encargarán de seguir con sus
malévolos juegos si llegan a morir. Así que no se hagan esperanza, esperando
que se mueran para que el mundo cambie.
También
puede sucederle a un pensante que esté de acuerdo que existe una amenaza que de
no hacer algo para detenerla, las consecuencias pueden ser mortales o
inimaginable.
Esos pensantes que piensan así, puede que se sientan impotentes para
hacer algo al respecto. Que, de hecho, no somos protagonistas o tenemos el
poder para detener esos movimientos, o acciones globales que nos involucran a
todos. A esos que le viene la idea de impotentes, les recomiendo hagan lo que
estoy haciendo. “Protejan su casa”.
La casa, eres tú. La casa, es tu mundo subjetivo. Esa no te la puede
venir a fortalecer y a proteger nadie. “Ni tu dios, si no haces tus ruegos junto
con las acciones necesarias para fortalecerte y protegerte”.
Nota:(digo tu dios, porque si lo compruebas, hay diferentes ideas en el
mundo, de quien y como es su dios)
La impotencia, hace peso en el pensante que no sabe qué hacer para
evitar o resolver un problema. Pero todos podemos hacer algo; convertirnos en
mejores pensantes. Volvernos autosuficientes psicológicamente.
La libertad que obtiene un pensante autosuficiente con su psiquis, no se
la puede quitar nada ni nadie.
Cualquier pensante que voltee su atención para mirar su pasado, va a
poder ver las veces que ha perdido el control, las veces que las emociones negativas
fueron un problema, las veces que estuvo deprimido, atormentado, nervioso, abatido,
sufrido, etc, etc, etc.
Este panorama que puede ver del pasado, le está diciendo en condición
psicológica se encuentra en este momento. Como les dije, no se recupera el
control del acto de pensar o la cordura de la noche a la mañana, si no se ha
trabajado con ahínco para borrar esas huellas o debilidades.
No hay varitas mágicas, para despertar consciencia y volverse un
pensante autosuficiente psicológicamente en un tic.
Los protagonistas que tienen al planeta y a la sociedad en esta
peligrosa condición, te están diciendo lo mismo. “Tú eres el protagonista de
tener tu mundo en tan peligrosa condición. No me eches la culpa.”
Casi
todo el mundo está de acuerdo que; “el tiempo vale más que el oro”. ¿Cuánto oro pagarían algunos ricachones por
unos años más de vida? Ninguno de ellos lo haría al revés.
¿Qué estás esperando? Observa por sobre tu cabeza; “ahí estás tú en tu
esencia, con las manos en la cintura esperando que te decidas para acompañarte.
(Esto no se entiende de manera literal).
Ha sido un placer. Buen provecho en compañía de tu esencia. Nos vemos
pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Correo: emiliofernandezr@hotmail.com
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