SECRETO PARA SER EXITOSO
SI ESO ES LO QUE QUIERES, NO PUEDES DEJAR DE LEER ESTO.
Hola amiga(o) pensante. Un sencillo acto
de pensar marca la diferencia entre la felicidad y la infelicidad, entre la
salud y la enfermedad, entre el éxito y el fracaso en la vida de un pensante.
Hay quienes no han hecho consciencia de la importancia que tiene el acto
de pensar en la vida. El hecho de que quieran educarse, adquirir conocimiento o
volverse más inteligentes, no significa que estén haciendo consciencia de lo
vital que es atender el acto de pensar.
No hay inconveniente para cualquier pensante, leer este artículo y
afirmar que es verdad, que está de acuerdo, que, para él o ella, el acto de
pensar es la vida misma, y que siempre lo ha sabido.
Estoy de acuerdo también, que
siempre lo ha sabido, y que no les estoy diciendo algo que ya no sepan. Pero…
Pero no me están diciendo cuanta experiencia, y que tipo de experiencia
ha acumulado a lo largo de su vida con el acto de pensar.
Los pensantes han estada
practicando toda la vida el acto de pensar. Esa es su experiencia, pero que tan
buena o mala ha sido esa experiencia.
Que hábitos, patrones, o maneras de pensar ha desarrollado en su tiempo
de vida. Que tan satisfecho está de su actividad pensativa.
Es sencillo comprobar la experiencia que ha adquirido usando el acto de
pensar. Solo hay que ver su mundo interior, y ver desde afuera su estado de
salud física y mental.
Su estado psicológico es el resultado de su experiencia usando el acto
de pensar.
Entonces, no se trata de saber o tener consciencia de la importancia del
acto de pensar, y lo obligado que se está de pensar desde que se nace. Mucho
menos de la experiencia.
Con el acto de pensar, el pensante debe examinar su experiencia, para
ver qué tan eficiente y que tan buenos resultados le ha dado y le está dando en
este momento.
Pero para hacer ese examen, hay que observar primero el mundo interior.
Como está con el control de las emociones, de lo que piensa, de la mente, sus
estados de ánimo, los efectos psicosomáticos, etc.
Los éxitos que la sociedad le reconoce a un pensante, no tienen tanta
importancia como los éxitos que está teniendo consigo mismo. El público que los
admira y los alaba, no está viendo como está por dentro. Solo el pensante sabe
la verdad.
El pensante que busca el éxito, triunfar en la vida como se pregona, o
alcanzar sus sueños, debe despertar de esa fantasía que le han inducido. Lo que
va a lograr para sentirse exitoso y para que le den ese reconocimiento y el ego
se le infle, queda en segundo plano ante el éxito que tiene que tener primero
con su acto de pensar en sí mismo.
Muy pocos pensantes están por ahí adquiriendo una experiencia con el
acto de pensar, observando los resultados. Se entrenan para pegar jonrones en
el béisbol. Entonces, debe ver que la bola está saliendo del estadio.
Se entrena para producir pensamientos de calidad, de tranquilidad, de
calma, de entusiasmo, novedosos, entonces, tiene que observar que se está
sintiendo de esa manera.
Se
entrena para NO producir pensamientos que son negativos para él, entonces,
tiene que observar que lo está logrando o ha logrado.
Esta es la manera de adquirir una buena experiencia. Pregunto: ¿Quién se
ha entrenado así con el acto de pensar? ¿Quién se está entrenando en este
momento para ser más eficiente produciendo pensamientos?
Este resultado es el que indica, cuanto de la sabiduría que se tiene es
en verdad práctica y de utilidad. De nada sirve solo saber la teoría.
Ya es hora de agarrar ese ego y guindarlo en un alambre en el patio para
que agarre sol. Está tan lleno de sabiduría basura que hay que golpearlo con
una escoba para que el aire se lleve tanto desperdicio, y él sol queme los hijos
egos recién nacidos.
El acto de pensar es una acción y como tal debe ser tratado. Esa acción,
ese acto, no es cualquier acto de los que debe aprender una persona tan pronto
llega a este mundo.
Sé que eso se entiende, pero lo que estoy viendo de los pensantes a mi
alrededor, es que se sienten satisfecho solo con saber y no están haciendo
nada.
Está comprobado que sin conocimiento no se puede tener control eficiente
de algo. Bien sea de tu vehículo, celular, licuadora, computadora,
herramientas, etc.
Pero para que se produzca ese control eficiente, ese pensante tuvo que
hacer prácticas observando los resultados. Hace prácticas de manejo, pero sigue
atropellando personas, o no puede estacionarse bien, entonces, todavía no ha
logrado ser eficiente con la teoría o el conocimiento que tiene.
Eso ocurre con el acto de pensar. Hay que ver los resultados en uno
mismo primero. Por favor, es en ti que tienes que observar, si no te estas
causando dolores de cabeza, angustias, depresión, estrés, desanimo, o enfermando
tu cuerpo.
En
conclusión, mis queridas amigas y amigos, no basta con saber que el acto de
pensar es vital para llevar una vida en paz y armonía interior, para que esos
estados proyecten una influencia positiva en nuestro mundo social, para que los
éxitos en el mundo exterior en verdad valgan la pena y poder disfrutarlos.
Muchos exitosos “en la vida”, su vida ha sido o es una mierda por
dentro. Eso también lo sabes.
Ha sido un placer. Buen provecho actualizando tu experiencia en el acto
de pensar. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos.
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