LA VERDAD Y EL PODER DEL OBSERVADOR

 NO SE TE OCURRA DEJAR DE LEER ESTO. TE EXPLICO COMO HACER PARA MEJORAR TU MALAS CONDICIONES FÍSICAS Y MENTALES.

   Hola amiga(o) pensante. No te puedes quejar de mí, en actividad pensativa no solo enunciamos los problemas o dificultades que se le presenta a un pensante en el uso de su actividad pensativa. Siempre les doy algo que pueden hacer desde la simplicidad de su mundo propio.

   La verdad siempre es la mejor respuesta, es la mejor solución, es el camino que debemos seguir para tener éxito o buenos resultados en los que nos propongamos hacer.

   El dato, la teoría que hay entender es: “Cada vez que se intenta corregir, mejorar, curar, sanar, aliviar, resolver cualquier condición física o mental, el pensante debe observar. Observar el hecho tal como es, no tal como fue.

   Ya es un cliché decir; “que una cosa es ver y otra observar”. Cuando se observa, hay atención, y al haber atención hay consciencia, al haber consciencia hay intención o un interés manifiesto en saber la verdad.

   Y cuando el pensante se acerca a ese saber, se está acercando a la verdad, Y cuando se piensa o se razona con la verdad, se tienen las mejores respuestas y soluciones.

   Vamos a usar este valioso dato, en las condiciones mentales y físicas productos de nuestra manera de pensar o producto de nuestros pensamientos, ideas o creencias.

   El pensante lo único que necesita es observar. Poner atención, que al hacerlo está consciente, y para su beneficio se ha salido del engranaje infinito del tiempo.

   Cuando observa como lo describimos, el pensante está justo en el ahora, cada segundo que pase, se mueve el tiempo, pero el pensante se mantiene en el ahora. Es decir, cuando un pensante observa, para él, el tiempo no pasa. Por ejemplo; ha transcurrido 10 minutos, el tiempo se movió en el reloj, pero el pensante permanece en el ahora.

   Observa esto; todo pensamiento o idea que esté creándole una condición indeseable al pensante, “está en el pasado”. Ya lo pensó, y permanece en el transcurso del tiempo pensándolo.

   En otras palabras, lo pensado queda como un registro, “mental”, tiene persistencia en el tiempo. Persistencia que solo el pensante puede hacer que deje de tenerla. Y para hacerlo debe observar, debe hacer consciencia de su verdad. Eso que pensó, esa conclusión o decisión a la que llegó, fue en su momento la verdad.

   Por lo tanto, necesitas hacer consciencia de tu verdad. El hecho que ahora no te parezca bien, o que no te gusta la idea o lo que creíste de ti, no te soluciona nada. Eso debes haberlo comprobado cientos de veces.

   Pero no tienes que hacer una regresión, o rememorar el pasado para lograr desconectarte de los efectos de lo que hayas considerado.

   Si algo te está molestando, físicamente o algún estado emocional negativo que no deseas experimentar, pero no se te quita. Lo equivocado que debes estar haciendo es sentir.

   Sientes el dolor, sientes la tristeza, sientes la ansiedad, sientes nerviosidad, angustia, etc, etc. No paras de sentir, tu atención está en el malestar que estás experimentando.

   Algo así como una reacción continua que no se detiene, y no se detiene porque el pensante no se ha detenido. No ha detenido su tiempo. No se ha detenido en el ahora, y dejar que el resto del universo siga su continuo tiempo.

    Todo efecto psicosomático o condición mental es producto de los pensamientos pensados. Una vez pensado, la persona no necesita ponerle atención para que persista en el transcurso del tiempo.

   La solución es prestar atención, observar los efectos que se están sintiendo en el ahora,

   Quizás algunos pensantes interpreten que, él ahora es un pedazo de tiempo; llamase segundo, minuto, décima de segundo, etc.

   El ahora no se puede cronometrar, prueba repetir la palabra ahora. No importa lo rápido que lo hagas, cada ahora que digas, cuando terminas de pronunciarla ya es pasado.

   El ahora (sin tiempo) solo es posible para un observador. Para una consciencia como en esencia somos.

   Con un poco más de claridad de lo que es “el ahora”, o estar en el presente”, la persona puede empezar a observar.

   Entonces, observa tu tristeza, observa tu angustia, observa tu nerviosidad, observa tu insomnio, observa tu pensar descontrolado, observa tu presión en la cabeza, observa tu mareo, observa tu dolor…Todo lo que tienes que hacer es observar.

   El hábito es permanecer sintiendo lo que se siente, y no tomarse un segundo para observar lo que se está sintiendo.

   Por eso funciona el cambio de atención cuanto tienes un malestar físico o emocional. Ocurre algo relevante, de gran interés y te enfocas en la novedad y mientras estás observando lo nuevo, dejas de sentir el malestar.

   Esto también es una experiencia común, pero nosotros solo usamos el cambio de atención como ayuda. ¿Has visto como el pediatra distrae al niño y le pone la inyección y el bebé ni cuenta se da que se la puso?

   Tú lo puedes hacerlo con tus males, no pongas la atención en “COMO TE ESTÁS SINTIENDO”. Si lo haces recurres al pasado para saber cómo estás ahora. Así que cambia a observar cómo estás ahora. Seguimos, más adelante vas a observar mejor lo que debes hacer.

   Voy a explicar de otra manera por si las moscas. La costumbre es sentir el dolor sin observar el dolor, o lo que sea. Lo sientes y te quejas, te lamentas, estás dedicado a sufrir y mientras más sientes tu sufrimiento, más aumenta el sufrimiento.  

   Más intenso y doloroso se hace. Los pensantes intentan cambiar la atención o desean que ocurra algo que les distraiga la atención, para recibir el alivio que produce no estar tan pendiente del malestar, porque saben que no pueden seguir pensando en lo mal que se sienten, ya que peor se ponen. Necesitas pensar en otra cosa o de otra manera. En otras palabras, tratan de huir con su atención a otra parte a ponerla en otra cosa, pero que sea buena.

   Yo no te puede enseñar a observar, es algo que ya tu sabes hacer. De los malos hábitos es a lo que me estoy refiriendo. Y todo hábito, rutina, o patrón de comportamiento que no nos está dando buenos resultados, algo tenemos que hacer para buscar otra manera de proceder.

    Por eso te invito a observar, como lo explique en el principio. Mantente observando el hecho, lo que ocurre, no emitas juicios hasta que no termines de observar.

  Cuando alguien observa con el propósito de saber, de entender, de hallar la verdad, no tiene prejuicios, no usa las creencias o ideas que ya ha concluido. Se supone que está en un ahora, y este ahora no es igual a ningún otro ahora del pasado.

   Observa esto otro. Te sigues llamando cómo te llamas, porque te mantienes considerando que todo los ahora que viviste y lo que seguirás viviendo son iguales en lo que se refiera a tu nombre.

   Pero así lo hacemos con toda la personalidad. En la mañana no nos despertamos siendo alguien diferente, consideramos que somos el mismo que se acostó a dormir hace 8 horas. Y de paso lo seguiremos siendo en el tiempo que está por venir.

   En verdad me da risa cuando veo o leo a gurús aconsejando que hay que estar en el ahora, en tiempo presente, pero no les explican a sus seguidores de que se trata el ahora, o el presente.

  Si se entiende a que me refiero cuanto sugiero que se debe observar. Y todo lo que implica este acto, La persona lo que necesita es crear el hábito de observar sus problemas, sus malestares, sus sentires.

  Existe la costumbre de explicar a los demás cuando estamos enfermos, como nos sentimos. Tú lo haces, yo lo hago, todos lo hacemos.

  Pero cuando yo explico lo que siento, no uso la memoria, no recuerdo como me sentía un segundo antes, o como me sentí esta mañana, o como me he sentido toda la semana. No carajo, eso no se hace, estás hablando en pasado. Estás considerando que el pasado es igual al presente.

   La persona no está observando el ahora. Has la prueba en este momento, observa cómo te sientes, y describe ese sentir para ti en voz alta.

  Una vez que describas lo que observas, vuelve a observar como si fuera la primera vez y describe “lo que ahora” observas. Si quiere repite el proceso cinco o seis veces, y luego me dices, si todas esas veces que describiste lo que observaste de tu malestar, fueron iguales.

    De hecho, ahora vas a estar mejor que antes. Has la prueba, no te quedes con la boca abierta creyendo todo lo que escribo en esta vaina. Jajaja. (cuidado, con los amigos uno no se enoja para siempre)

   Ha sido un placer. Buen provecho observando, vuélvete un fanático de la observación quiero ver tus sonrisas. Nos vemos pensante.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

   Correo: emiliofernandezr@hotmail.com

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