UTILIDAD DEL ESPACIO-TIEMPO SUBJETIVO
SI NO CAMBIAS TU VIDA A TU GUSTO CON ESTA INFORMACIÓN, YA PERDISTE LA BATALLA
Hola
amiga(o) pensante. Eres de los que creen y confían tanto en sí mismos, que sienten
que ya son perfectos; o eres de los que consideran que puedes ser mejor y te
mantienes buscando esas mejoras.
¿Qué es el espacio-tiempo subjetivo?
Es la consideración del pensante de cuanto espacio o de cuánto tiempo le
puede llevar alcanzar un objetivo.
Cualquier acción que va a ejecutar un pensante, se le presenta un
recorrido que debe hacer y un tiempo de duración. Va a el supermercado, ya sabe
la distancia y en base a ella estima el tiempo. Si desea reducir el tiempo o
acortar la distancia, debe establecer que tan rápido debe desplazarse.
Va
a preparar la comida, si ya conoce el ciclo para ese objetivo, Sabe a qué hora
debe comenzar. En conclusión, todos usamos a diario es espacio-tiempo
subjetivo.
Es
un uso natural, nadie puede decir que no lo hace. Pero que tan consciente está
de este fenómeno. Y si lo está, lo ha reflexionado suficiente para ver hasta
qué punto afecta nuestras vidas y que beneficios podemos obtener si lo usamos
con premeditación y alevosía.
La confianza en sí mismo puede estar en un grado de desconfianza mayor
que la confianza, y viceversa. Los hechos y las situaciones por la que pasamos,
de acuerdo a los resultados. Lo primero que golpea es la confianza.
Cuando
las acciones producen resultados negativos, fracasos, perdidas, el pensante que
no está parado firme, su confianza en sí mismo se tambalea. Pero no solo por el
número o cantidad de fracasos, se puede perder confianza; a veces, un solo
fracaso de un objetivo, es suficiente para mandar al pensante el extremo
opuesto de la confianza.
La confianza en sí mismo no se puede dejar que simplemente ocurra como
resultado de los hechos. El pensante debe saber que hacer para no ser efecto
involuntario de los resultados de sus acciones.
La confianza como todos los valores o condiciones que un pensante se da
así mismo, es producto de sus ideas, de sus pensamientos o consideración. Los
hechos son los hechos, nadie debe negar una realidad objetiva, pero su
condición depende de sus consideraciones al respecto.
Hay pensantes que consideran tener confianza
absoluta es sí mismo, o en sus facultades, en su talento o conocimiento;
felicidades. Estas personas no deben sufrir de infelicidad o ser un depósito de
frustraciones que le hacen peso.
Existen egos arrogantes, vanidosos o “echones”, como dicen en mi pueblo.
Se caen a mentiras, pero, aunque su ego de orgullo no lo admita, los palos que
está recibiendo le duelen y debe esconder sus lágrimas.
La gran
mayoría de los pensantes se encuentran con algún grado de insatisfacción,
buscando ser mejor de lo que son, por lo tanto, reconocen que no pueden confiar
en sí mismo al cien por ciento.
Apartando a los prepotentes con su falsa creencia, hablemos de los que
deseamos alcanzar el infinito, el absoluto o la verdad última. Como es obvio,
pensar de esta manera es reconocer que no somos perfectos.
Se
puede pensar que este sueño es un exceso de ambición, pero la experiencia de
los que trabajamos con nosotros mismos para alcanzar sueños cortos, sueños a
medianos plazos y sueños de magnitudes incalculable, sabemos que no se puede
perder tiempo disfrutando una victoria, un triunfo o un éxito, más allá de lo
conveniente.
El siguiente objetivo debe ser el que acapare toda nuestra atención. Los
obstáculos y las dificultades nunca van a ser igual a los presentados por el
objetivo anterior, el triunfalismo genera una confianza fuera de lugar. No
acorde con la realidad presente.
La
experiencia que tenemos todos, producto de nuestra manera de considerar las
cosas, nos ha demostrado con hechos, que los obstáculos o las dificultades a
vencer, su tamaño o el tamaño del problema, es resultado del tamaño que
consideremos tenemos nosotros.
El pensante que tiene una meta u objetivo de magnitud incalculable,
siempre; pero siempre se va a considerar más grande que los problemas que se
encuentra en el camino de sus objetivos menores.
El espacio-tiempo subjetivo, que abarca un pensante depende del tamaño
de sus sueños, depende del tamaño de sus metas. Depende del tiempo que
considere le puede llevar alcanzar los objetivos.
Duración, tiempo y espacio, es un cálculo que todo pensante realiza en
muchos casos de manera inadvertida, cuando traza un objetivo. El tiempo que le
lleva levantar una pared de la casa, no es el mismo tiempo que le llevará
construir toda la casa.
Esa diferencia de tiempo, muestra la diferencia de espacio que está
considerando el pensante. Su objetivo mayor es construir la casa, así que tiene
mayor altura que los problemas que se le presenten para construir paredes.
La confianza de un pensante se apoya o se fundamenta en el
espacio-tiempo subjetivo que considera puede cubrir. Los pensantes que hemos
calificados de genios por sus grandes obras, no he leído de ninguno que se haya
quedado sin espacio-tiempo. Considerando que ya logró todo. O que logró la
perfección o la verdad última.
Muchos han muertos, pero nos hemos enterado, que, en sus sueños o metas
de magnitudes incalculables, avanzaron hacia ella, pero les quedó pendiente un
espacio-tiempo por recorrer. Estos cuerpos físicos tienen sus tiempos contados,
por eso morimos tranquilos.
El mensaje, o dato que considero valioso para un pensante que quiere
sacar lo mejor de sí mismo, que no lo pueda frenar ningún obstáculo es; “no
encerrarse en un pequeño círculo de pequeños objetivos. A veces, hasta en un
pequeño círculo de forzadas necesidades diarias para sobrevivir.
Viendo esto de otra manera. El espacio-tiempo que un pensante considera
tener, determina su fortaleza, determina su confianza, determina la calidad de
sus ideas.
Todos sabemos que el mundo social se mueve por las ideas que producimos.
El mundo familiar, o el mundo individual se mueve por las ideas que producimos.
El
espacio-tiempo funciona como un limitante para la autoestima, para la confianza
en sí mismo, para la producción de ideas cuya materialización se desea cubra el
espacio de la humanidad.
El efecto negativo de la pobreza en un pensante, es peor que la falta de
educación. Vencer la barrera de la falta de la educación requerida para sumarla
al logro de objetivos, es sencillo para cualquier pensante.
Pero vencer los efectos negativos de la pobreza, ni que se eduque, se la
hace sencillo o fácil eliminar esos efectos.
La razón es sencilla. Los sueños de los pensantes que se crían en
pobreza, los objetivos o sueños son de corto alcance. Casi todos son para
cubrir necesidades; hasta las profesiones que tardan once o doce años de
estudio, se mentalizan que hacen eso como una solución a sus necesidades. La
necesidad lo condiciona.
Los espacios-tiempos determinados por un pensante consciente de la
importancia que tiene para su existencia, son los que le van a permitir
desenvolverse con autonomía y control de su vida. No importa en qué espacio
físico se encuentre.
La búsqueda de perseverancia, voluntad, constancia, para no rendirse,
para no abandonar sus sueños, se convierte en un asunto de sacrificio y
esfuerzo para el pensante que no ha creado; o considerado un espacio-tiempo
superior a el pequeño espacio-tiempo de ese o esos pequeños objetivo, en que
está dejando el pellejo de tanto esfuerzo y sacrificio.
Todavía existen pensantes que le dan una connotación moral negativa en
su totalidad, a la palabra “ambición”. El ser ambicioso puede ser negativo de
acuerdo al cristal como se mire. Pero a muchos de nosotros, nuestros familiares
no los sembraron como una conducta negativa.
Pero la ambición es la única manera de establecer una gran meta, un gran
sueño. Conquistar el mundo con tus poemas, conquistar el mundo con tus obras
artísticas o literarias. Desarrollar un producto que toda la humanidad lo desee
por sus beneficios; etc. Son grandes ambiciones.
El pensante puede vivir acosado por las necesidades, puede estar con un
pico y una pala sacando tierra para ganarse el sustento; puede tener las nalgas
planchadas de estar todo el día sentado frente el volante de un taxi o en
cualquier actividad que se vea obligado a desempeñar para mantenerse o mantener
su familia, pero…
Pero es un hombre o mujer sufrido y muerto en consciencia, si no
mantiene sus ambiciones vivas.
Hay muchas maneras de matar las ambiciones, de dejar de ser ambicioso.
Una es esa de darle una connotación negativa y dejar de ambicionar, para solo
mirar hasta donde alcance la vista para no pecar.
Las otras muchas formas, podemos resumirla a la manera de considerar del
pensante. Y esta manera de considerar, de analizar, de concluir, de decidir, ya
lo dijimos, va a ser determinado por el espacio-tiempo subjetivo en el que el
pensante se esté desenvolviendo.
Los enanos, o pigmeos, son aquellos que no levantan la vista para
abarcar mayor espacio-tiempo, debido a que no confían en ellos. Y con la
reculada de esta condición, no pueden ambicionar grandes objetivos.
He aquí un ejemplo del espacio-tiempo subjetivo. Observa: cuando pones
un objetivo, tienes una idea de cuánto tiempo te puede llevar lograrlo. Puedes
diferenciar el tiempo en construir una pared, y el tiempo de construir toda la
casa.
El espacio subjetivo está implícito en el tiempo que consideras te va a
llevar completar el objetivo. Ese es el camino que debes recorrer contado en
horas, días o semanas.
Otro ejemplo mirando el espacio-tiempo desde el punto de vista del
espacio. Piensa en un sitio que puedes ir desde la localización donde estás; a
la playa, al supermercado, a la cocina o a la luna.
Cualquiera de esos lugares que pienses ir, sabes a que distancia te
queda, de manera intrínseca el tiempo se conecta al espacio, y sabes cuánto
puedes tardar en desplazarte a esos sitios.
Como
ves, no estoy hablando un conocimiento de la física para poder experimentar el
fenómeno. Es algo cotidiano considerar espacio-tiempo subjetivo.
Yendo por este punto del escrito, se te olvidó para que hablamos de
esto. De cuál es su uso práctico y beneficioso.
Te recuerdo; voluntad, constancia, perseverancia, poder para superar
obstáculos y dificultades, confianza en sí mismo, autoestima, producción de
ideas de calidad, etc, etc, etc.
Practica a consciencia y observa el uso que le das al espacio-tiempo
subjetivo.
Si no tienes ambiciones gigantes, de esas que cuando se la dices a otra
persona, te llama exagerado, o te critica por pretender algo imposible;
entonces sabes que ese es el sueño que te va a dar espacio-tiempo para una
larga vida de muchas satisfacciones.
Ha sido un placer: buen provecho con tu espacio-tiempo. Nos vemos
pensante y no digas que no te lo dije.
Autor: Emilio R. Fernandez Ramos
Correo: emiliofernandezr@hotmail.com
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