¿QUIÉN FUE PRIMERO EL PENSANTE O SUS PROBLEMAS?

 ¿YA TE DÍSTE CUENTA QUE ERES EL CONDUCTOR DE TU VIDA?

   Hola amiga(o) pensante. ¿Quién fue primero, el huevo o la gallina?  En este dilema no se debe perder tiempo. Imaginen a un pensante sentado, como el pensador de Auguste Rodin, inmóvil como una estatua.  Hasta que no averigüe cuál de los dos fue primero, no va hacer nada.

   Pero en el dilema de: ¿Quién es primero, la persona o sus problemas? Es tan fácil dar la respuesta, que se sonrieron al pensarla. Está bien, saben cuál fue primero. 

      Con la interrogante, de si son los problemas o el pensante, el dilema se resuelve muy fácil. Todos responderán que es el pensante.

  ¿Esa es tu respuesta? Y es correcta. Primero está el pensante y luego sus problemas.

   Ahí es donde yo, soy el que no entiende y tengo un dilema. ¿Cómo es que la gran mayoría solo se ocupa de los problemas que crea y no se ocupa de él?

   Viven en una lucha suicida resolviendo los innumerables problemas que se produce a sí mismo, pero no se ocupa de atenderse él, que es el autor.  Entonces, ¿qué importancia tiene saber quién fue primero?

   Se supone que toda respuesta lógica es la correcta y su uso es el correcto para resolver problemas.

   El pensante es el que produce los problemas, es el que se complica la vida produciendo condiciones de vida indeseables, tiene la respuesta correcta del orden en que se deben atender las cosas, y en la práctica, lo hace al revés.

   Se supone que la inteligencia es la capacidad de un pensante para resolver sus propios problemas. La inteligencia y la lógica son inseparables, pero por qué carrizo se empeña en resolver los problemas y no atiende para nada al que los causa.

   La historia de vida de una persona está llena de malos resultados con su actividad pensativa. Propicia sus enfermedades, no tiene control de sus emociones, pensamientos, y su mente es un desorden de ideas y creencias que los van asfixiando poco a poco.

  Pero no duerme pensando en sus problemas, no come pensando en sus problemas, anda deprimido de tanto pensar en sus problemas, los problemas no lo dejan vivir en paz.

   La vaina es, que sabe que él fue primero que sus problemas. Pero le “sabe a casabe” ese conocimiento. (casabe o cazabe, es un pan ácimo o que se hace sin levaduras, con harina de yuca.)

  Cuando se trata de resolver un problema, y no se puede, o la cosa se tranca y no se progresa, lo recomendable es; que hay que volver al principio. “Hay que volver al principio”.

   El principio de todo problema, condición o dificultad que nos causamos nosotros mismos, somos nosotros. Es el pensante.

   Ese es todo el secreto, de cómo resolver los problemas que produces mediante tu acto de pensar.

   Es cierto, halla afuera, en tu cuerpo y en tu mente, hay un montón de problemas sin resolver, originados y mantenidos por ti. Todos son preocupantes, todos esos problemas agobian, mortifican y meten miedo.

  Pero si quieres alivio, si quieres empezar a quitarte dolencias y malestares de encima, has algo por ti. Deja de pensar tanto en los dolores, los nervios y tu infelicidad, y hazte un cariñito.

   Ese cariñito no es que te compadezcas de ti. Aunque sientas que te das lástima, no es ese tipo de cariño que te vas a dar. Es agarrar una estopa, agua y jabón y empezar a quitarte el sucio, luego sacarte brillo hasta quedar reluciente.

  ¿Es que acaso tienes algo contra ti oculto y no te lo has dicho?  Espero que no, ahí si vas a necesitar que alguien de desarme para que no te hieras tú mismo.

    La verdad, este artículo que parece venir con el mensaje en retroceso, dando curvas imprevistas, es una repetición del mensaje principal de actividad pensativa. El logro de la autosuficiencia psíquica.

   El pensante es un psíquico por naturaleza. Esa es su esencia espiritual. Un psíquico que le tiene miedo a su poder.

   Claro, tiene razón de tenerse miedo, ya está obstinado de que todo lo que piensa le sale mal, o le causa daño. Hasta yo en estos escritos le recuerdo que sus enfermedades físicas, lo más seguro que sea él que las está provocando.

    Yo que tú, haría esta pregunta: ¿y cómo hago para hacerme un cariñito?

    La mejor manera de atenderte, es ocuparte del control que tienes del acto de pensar.

    Por ejemplo; si alguien tienes su vehículo como un “pocillo de loco”, golpeado por todas partes, es porque es un mal conductor. Está deschavetado o falta de juicio. Como dicen; mal de la chaveta.

   A ese conductor que está mal de la chaveta, hay que volverlo a entrenar en el manejo. Pero antes tiene que aceptar y entender que el carro quien lo conduce es él. Que el carro no se condice solo.

   Si entendiste el mensaje, insiste con ese amigo o familiar que se ocupe de ejercitar el control de la actividad pensativa, para que compruebe como empieza a cambiar y a tener el control de su vida.

    Ha sido un placer. Buen provecho conduciendo tu vida. Nos vemos pensante.

    Autor: Emilio R. Fernández Ramos

     Correo: emiliofernandez@hotmail.com