CORRIGIENDO LA PERSONALIDAD

 SITUACIONES DONDE LA COMPRENSION NO ES SUFICIENTE, SI SE DESEAN BUENOS RESULTADOS

  Hola amiga(o) pensante. He tenido la experiencia de ver a muchos pensantes hacer maravillosas cogniciones. Nuevos entendimientos de sus condiciones mentales y espirituales, que los hacían expresar con alegría el nivel de consciencia que habían logrado.

  Sus resplandecientes sonrisas y excelentes indicadores dejaban por sentado que, con ese nuevo conocimiento de sí mismo, los cambios positivos en su personalidad y en su esencia espiritual podían darse como un hecho.

  Pero en la gran mayoría pude constatar que sus personalidades continuaron adoleciendo de las mismas debilidades que se suponían ya habían desaparecido en el momento que se dio cuenta, en el momento que comprendió lo que ocurría con su condición, y tenía respuesta de la causa que le obstruía su progreso o le causaba esa debilidad.

  Después de un tiempo entendí el motivo. Ellos vivían un periodo de tiempo de luna de miel disfrutando su ganancia, su saber, su comprensión, como el que recibe una dosis de mariguana, cocaína u otra droga alucinante que lo eleva a la estratosfera y permanece flotando mientras dura el efecto.

  La comprensión, el saber no es suficiente. Este es un universo en continuo movimiento, no hay condiciones fijas o inamovibles. El cambio es permanente, y un pensante de naturaleza espiritual, está interactuando involucrado con el movimiento de manera permanente.

   Esto significa que las ideas o la data que tenga un pensante no pueden permanecer engavetadas o en un archivo sin darle ningún uso. Si no las usa o las pone en acción, no pasa nada. No hay cambios de verdad.

  La personalidad que el pensante trae, o que tiene en uso para el momento de la cognición o la adquisición de la nueva comprensión que da respuestas a sus situaciones de conflicto, es la prevalente.

   Si no usa ese nuevo conocimiento para hacer las modificaciones en la personalidad, ese aspecto que desea corregir o mejorar, va a seguir bajo el control del patrón que ya trae en uso desde hace mucho tiempo.

   Y esto es lo que no hacen los pensantes, no le dedican tiempo a efectuar la modificación. Ha entendido que su vivienda podría estar mejor si hace esto, aquello o lo otro, pero lo único que hace es llevar esas maravillosas ideas en la cabeza.

  Es decepcionante pensar que por el hecho de entender algo, ya nos transformamos en quienes queremos ser o como queremos ser.

  Al pensante se le olvida que ese aspecto de la personalidad, ese nuevo o mejorado rol que ha entendido debe tener; lo va a usar en terrenos o en un ambiente que está en permanente cambio, donde no podemos predecir con exactitud las ideas que los otros pensantes van a poner en acción y que tanto afecta nuestro movimiento.

   Este olvido es producto de no entender que ese patrón de comportamiento, ese desempeño que sueña con tener, debe ejercitarlo en la realidad hasta lograr que el patrón alcance un nivel de automatización donde no haga falta recordar la cognición o lo que sabe.

  El pensante debe entrenarse con su cuerpo y mente en la actividad para la que desea ser eficiente. Ellos son las herramientas que va a utilizar y estas deben responder a su voluntad en las distintas circunstancias que se produzcan durante su ejecución.

  Lo que comprendió o entendió de su personalidad en unos pocos segundos, le va a llevar algo de tiempo habilitarlo. Y este lapso de tiempo es el que el pensante no quiere o no sabe que es imprescindible llevar a cabo si de verdad quiere buenos resultados.

   La práctica hace al maestro. La teoría que no se somete a prueba, o se lleva a la práctica, puede ser muy buena, pero no beneficia a nadie.

   Como les decía al principio, vi muchos pensantes iluminados de entendimiento, pero para ese entonces yo también ignoraba que solo habían logrado caminar una parte del camino con su entendimiento acerca de sí mismo, y que ese saber no iba a servir de nada si no lo ponían en uso el suficiente tiempo, hasta que se convirtiera en un patrón de comportamiento al gusto.

   La otra cosa que ocurre en la vida de un pensante, es que sin entendimiento desarrolla patrones de comportamientos, conductas o roles que luego no sabe o no entiende la razón de ser como es.

   Necesita atención psicológica, o anda buscando quien le explique el porqué de su comportamiento.  

   Este es el caso de muchos pensantes. Su personalidad es un compendio de patrones de comportamiento desarrollados en su interacción con el ambiente y los demás pensante, con poco o ningún entendimiento previo.

   Pretenden ir corrigiendo sobre la marcha la personalidad, pero esta corrección por lo general, solo alcanza el nivel de adaptación.

   El pensante debe entender que está corrigiendo su conducta y debe tener una idea clara, o saber cómo es que quiere ser; que es lo que quiere lograr o tener. Y ese conocimiento previo lleva su trabajo para poder adquirirlo.

  La personalidad no escapa de ser una realidad tangible. Si no se manifiesta no puede ser percibida.

  Existen quienes por conveniencias no muestran ciertos aspectos de su personalidad. Sin embargo, estas conductas ya pasaron por el proceso de uso y aplicación y son una realidad a la hora que el pensante lo decida.

  Los intereses económicos de los farmaceutas venden la idea de que los medicamentos corrigen comportamientos psicológicos. Pastillas para la depresión pueden ayudar a que una persona no se suicide, pero no la va a curar.

   Las personas prefieren seguirlas tomando para no sentir la depresión, pero hasta que no haga su trabajo de entendimiento y uso de ese conocimiento adquirido, para corregir las debilidades de su personalidad, siempre va a estar en peligro.

  En el desenvolvimiento social, en cualquier actividad que un pensante considere desempeñarse, se le exige práctica. La práctica le da experiencia y ese es el valor que se le da a esa persona.

  Esa persona ha estado desarrollando un rol, un patrón de comportamiento. En otras palabras, ha trabajado con su personalidad para exigencia de un trabajo.

   No hay ninguna diferencia de hacerlo con cualquier aspecto de la personalidad. O para cualquier desenvolvimiento o desempeño que se desee tener.

   Adquirir conocimiento es satisfactorio. Saber nuevas cosas produce un efecto placentero. Pero el que desea acción y producir efectos en este universo, está obligado a conectar ese conocimiento mediante la práctica al mundo que lo rodea.

   Ha sido un placer. Buen provecho llevando tus ideas a la acción. Nos vemos pensante.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

 

  

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