ENTRENADOS EN LAS PAILAS DEL INFIERNO
VENEZOLANO QUE SE RESPETE NO PONE SUS ESPERANZAS EN NINGÚN GOBIERNO
Hola amiga(o) pensante. Ha soplado una brisa de tranquilidad, hubo un
ligero cambio de dirección en el país que tiene el poder de afectar cualquier
país del mundo.
Lo que no significa que los hombres y mujeres que no pertenecen a las
elites de los distintos pueblos, respiren aliviados. Las esperanzas no se
pueden dejar en los hombros de los gobernantes, ni en manos de ninguna otra
persona.
Poner
las esperanzas en otro, y confiar en que se van a dar lo que anhelamos, es no
darle poder a nuestra capacidad pensativa.
Los beneficios que indirectamente se reciban, son bienvenidos y muchos
de ellos agradecidos, pero eso no significa bajar la guardia o aflojar la
intención que tenemos puesto en nuestras acciones.
No
hay ninguna diferencia con quienes sienten que, con el cambio de gobierno de
USA, sus esperanzas se ven afectadas.
Nuestras
vidas, o nuestro destino, no puede estar en manos de otros. Siempre habrá
movimientos a nuestro alrededor que pueden favorecernos o afectarnos de manera
negativa.
El
equilibrio psicológico evita los derrumbes anímicos y emocionales. Pero para
mantenerse equilibrado, se necesita tener control del acto de pensar.
Observa
los contenidos de tus pensamientos cuando estás abatido o decepcionado. Y
obsérvalos cuando estás entusiasmado.
Ni
el desánimo ni el entusiasmo se pueden salir de control del pensante. Si esto
sucede, se pierde la objetividad y hablan las emociones descontroladas, sean emociones
buenas o malas.
Aquel
que mantenga el control de su actividad pensativa, la emotividad incitada por
los acontecimientos; hecho que es natural experimentar, no lo saca del
equilibrio que debe mantener.
Ganar,
perder, subidas y bajadas, son acontecimientos que se viven a diario. Estos
sucesos producen reacciones emocionales a favor o en contra. Y ambas deben ser
sometidas para volver a las manos del pensante que las sufre.
Contradigo
a muchos teóricos que sugieren grandes beneficios guiándose por las emociones. Las
emociones son un subproducto de los pensamientos y los pensamientos un producto
del acto de pensar.
No
se puede incitar o hacer soñar a la gente que puede controlar las emociones sin
controlar los pensamientos; y que puede controlar los pensamientos sin
controlar el acto de pensar. Y para colmo, asumir que hay inteligencia
emocional.
Más obvio no puede ser. Y si existe algún temor de convertirse en una
persona fría, calculadora, que no siente ni frío ni calor; es un temor
infundado.
La
calidad de los sentimientos; incluyendo el amor, mejora en la medida que el
pensante se mantiene en control de su acto de pensar.
Lo
más cuerdo, racional y analítico que una persona puede estar; es cuando se
encuentra en control de sí mismo. Y por ende de su acto de pensar.
El pensante es el que piensa, es el que ejecuta el acto de pensar. Es
mortal y peligroso si las circunstancias le hacen perder el control.
Las esperanzas deben sostenerse en nuestros hombros y no se debe perder
el equilibrio con ella porque los hechos no sucedan como uno lo desea.
Los que están felices y los que están decepcionados por el cambio de
gobierno de USA. No pueden perder de vista sus esperanzas, ni depender estrictamente
de lo que pueda hacer o no el gobierno.
Los inmigrantes venezolanos sobrevivientes, están entrenados en las
pailas del infierno. Sí no han aprendido la lección y siguen poniendo sus
esperanzas en manos del gobierno o de cualquier otra persona, y solo se dedican
a esperar que les cumplan. Se merecen vivir de decepción en decepción.
Ha sido un placer. Buen provecho convirtiendo tus esperanzas en
realidad. Nos vemos pensante.
Autor:
Emilio R. Fernández Ramos
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