EL CARÁCTER Y LA PERSONALIDAD

 EL CONTROL DEL CARÁCTER TE CONVERTIRÁ EN UN PERSONA ÉXITOSA

  Hola amiga(o) pensante. Las personas que te rodean quizás te conozcan más por tu carácter que por la personalidad. Así que, lo que ellos solicitan cuando hay problemas en la relación, es corregir el carácter.

  Este término “carácter”, es de uso popular, y “personalidad”, de uso profesional. Y con una connotación más refinada para uso artístico se usa la palabra “estilo”.

  El asunto es, que algunas personas creen entender el carácter de una persona, pero no su personalidad. Pareciera que son dos asuntos de fundamentos diferentes.

  Con este entendido se actúa para enseñar, o corregir conductas, enfocados en el carácter. (Carácter; manera de pensar y actuar)

  Enseñar, o corregir una conducta o comportamiento, con la pretensión de mejorar el carácter de una persona, es el mismo procedimiento que se hace con la personalidad. Ambas se fundamentan en la manera de pensar.

   No cambias el carácter, si no cambias la manera de pensar. Los pensamientos o ideas son las bases de las conductas o comportamientos.

  El trabajo fuerte que se debe tener, es lograr instalar las ideas que motiven el comportamiento deseado.

  Esta falta de claridad es la que causa el fracaso de tantos padres y de tantas personas que reconocen que deben hacer cambios en su personalidad.

   Todo el esfuerzo que se hace, es para controlar la acción. Empiezan con castigarla después que ocurre el acto, y luego con mangueras de alta presión evaluativa se dicen todo lo bueno y lo malo que se les ocurra pensar por ser como es.

   El dato valioso a considerar es: “la manera de pensar es la clave para resolver la conducta”.

   Inclusive, si las personas usaran este dato a consciencia, cuando fueran a aprender una nueva actividad, deben asegurarse de concebirles sus propias ideas fundamentales hasta que se esté a gusto con los resultados que observe de la acción.

   No se puede cambiar el carácter ni la personalidad si no se cambia la manera de pensar.

   Ya en “actividad pensativa” hemos hablado del ciclo verdadero que ocurre para producir pensamientos y lo que se debe de hacer si se presentan dificultades para instalar el programa para el comportamiento que se desea.

  El estilo, (conjunto de rasgos peculiares que caracterizan a una persona). Estos rasgos peculiares lo son por la peculiaridad de la personalidad o del carácter.

  En la vida en general conocen tu carácter y ese es tu estilo de vivir. Tú verás si te da buenos resultados para dejarlo y fortalecerlo o cambiarlo.

  En el campo de las artes, se da el hecho de artistas, escritores, poetas, etc. Que sufren durante un tiempo, buscando conocer su estilo, o de inventar un estilo que lo distinga en sus obras.

  Tiempo perdido y sufrimiento innecesario por desconocer que su estilo no puede desligarse de su personalidad y su carácter. No existe un estilo que no se fundamente en la manera de ser de la persona.

  Así que una vez que empieza a aprender o a producir una obra, empieza aparecer su estilo. El estilo aparece solo y se debe dejar que fluya y que sean los demás quienes se dediquen a conocer la personalidad que les imprime a sus obras.

  En la medida que el artista evoluciona, sus ideas van de igual manera detrás de ese desarrollo en esa área.

  Su personalidad se ve afectada por el nuevo aprendizaje y sus obras reflejaran las mejoras, pero su carácter, o su personalidad no se le han modificado los fundamentos, su estilo sigue siendo reconocible.

  En mi experiencia escribiendo novelas, poemas, esculturas, pinturas, los únicos problemas que enfrento, es aprender las técnicas adecuadas para mejorar la calidad de la obra, pero de mi estilo no me ocupo, ya sé que todo lo que haga lleva mi marca personal, quiera o no.

   En estos días, ser emprendedor es una necesidad. Buscar nuevas fuentes de ingreso, o tener una o varias fuentes como alternativas, es lo recomendable. Siempre lo ha sido, pero mi cultura y la de muchos, nos convenció que un buen sueldo era suficiente para llevar una vida holgada y jubilarse para hacer turismo por el mundo.

  Pero para ser emprendedor se tiene que lidiar con la personalidad, el carácter y hasta con el estilo.

  Las manifestaciones que se producen mientras se vive, son sentimientos y emociones.  Nuestro carácter es una manifestación de sentimientos y emociones.

  Nuestra personalidad se distingue por esa manifestación sentimental y emotiva que va intrínseca en los comportamientos o conductas.

  Entonces, el emprendedor de estos lados del mundo, sin ninguna cultura que lo apoye, debe comenzar de cero. En su personalidad y carácter es donde va a encontrar los problemas que tiene que resolver para hacer algo que nunca ha hecho, con éxito.

   Si el carácter que se tiene es incompatible con la conducta adecuada que se debe tener en el emprendimiento, hay que recurrir a los pensamientos.

   Hay que revisar las creencias o ideas que sostienen ese carácter. No se debe perder tiempo luchando con las emociones.

   Si funges de educador con hijos o con cualquiera, aprende a llegar hasta él para que observe sus ideas.

   Observa tus ideas fundamentales, observa tus creencias fundamentales como si nunca antes las hubieras examinado, de no hacerlo de esta manera, te va a pasar como al escritor novato; como yo.

  Sucede, que como yo sé lo que quise decir cuando escribí, cuando vuelvo a leer para corregir, no veo los errores con los que se va a encontrar el lector para saber qué fue lo que yo quiero decir.

   Las creencias es la que la persona sabe, y tenemos el hábito de dejar de ver lo que ya sabemos. Lo que causa que las correcciones de uno mismo sean tan difíciles.

  No está demás cerrar este artículo, repitiendo que hay que recordar la importancia que tiene el acto de pensar a la hora de evolucionar como pensantes.

  Ha sido un placer. Buen provecho con tu carácter. Nos vemos pensante.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

 Correo: emiliofernandezr@hotmail.com      

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