CONTROL: FACTOR DECISIVO EN UNA EMERGENCIA

 EL COMO SE PIENSA Y LO QUE SE PIENSA DEPENDE DE UNO

 Hola amiga(o) pensante. Muchas de las dificultades psicológicas que padecen los pensantes, que se le hacen difícil de resolver, se deben a que no separa para su observación, el tema de: “lo que se piensa”, de “cómo se piensa”.

 No encaja por completo decir: “eres como piensas”, para referirse a “lo que piensa”.  El cómo se piensa es el modo o la manera de llevar a cabo el acto o la acción de pensar.

 Los problemas que surgen por el modo o manera de pensar son todos aquellos que tienen que ver con el control del acto de pensar.

  Todas las alteraciones emocionales que sufre una persona, (rabia, angustia, intranquilidad, etc) son problemas con el control.

  Por supuesto, la persona ya en descontrol, “lo que piensa” parece ser lo relevante en la situación que está pasando.

  Los fracasos para cambiar actitudes o comportamientos, se originan básicamente a que se está tratando de cambiar lo que se piensa. Se quiere cambiar: “la manera de pensar” o los contenidos de lo que acostumbra a pensar.

  Cuando una persona se propone a cambiar una conducta, ya sabe lo que le conviene, lo que le hace daño, lo que debe o no debe hacer. Es decir, el tipo de pensamientos que debe pensar son conocidos. Pero aun sabiendo lo que debe o no debe hacer, sigue metiendo la pata.

  No se trata de saber lo que debe pensar. Lo hace, piensa lo que se supone debe pensar, pero no le funciona. Y no le funciona debido a que la falla está en el acto de pensar. En cómo piensa o ejecuta la actividad pensativa.

  Adoptar o querer adoptar nuevas ideas o nuevos puntos de vistas, es un proceso libre, cuyas únicas dificultades que se presenten son por fallas en el control del acto de pensar y no en el hecho de tener una creencia anterior que se lo impide.

  Ya el aceptar o estar de acuerdo con una nueva idea, significa que se tiene voluntad y control en cualquier idea anterior que se haya tenido o se tiene.

  Mucha gente anda tratando de cambiar su manera de ser, tratando de cambiar lo que piensa. Y no todo el tiempo se trata de ignorancia o falta de entendimiento.

  Es cierto; existe una parte del registro mental de la vida de una persona de la cual no está consciente y necesita ayuda para encontrar y poder reevaluar toda esa experiencia. Única manera de cambiar esas ideas que alguna vez pensó en circunstancias no muy buenas. Estos son casos especiales.

  Pero dentro de lo que cualquier persona puede hacer con su personalidad, está en el entendimiento de las fallas que se puedan estar cometiendo en la acción de pensar, las que van a permitir que se hagan correcciones.

  No existe un libro de reglamentos como el manual del conductor, para que la persona se guie de “como se piensa” para ser un buen pensador.  

  El niño apenas abre los ojos al mundo, y ya está obligado a pensar. Lo ayudan en todas las actividades que van a ser acciones cotidianas, pero en el acto de pensar, de razonar, analizar, reflexionar o discernir, lo dejan solo.

  Y lo dejan solo debido al hecho que no se ha desarrollado conocimiento acerca de este aspecto del ser humano. Se le educa, proceso para proveerle información, ideas, etc, pero en su actividad pensativa se supone que el cerebro al igual que el corazón y todos los órganos del cuerpo va a cumplir esa función de pensar por instrucción genética.

   En conclusión, cuando el pensante teniendo una nueva comprensión o idea que desea incorporarla a su personalidad para ser de una manera diferente, no puede hacer esos cambios, su problema verdadero se encuentra en el control del acto de pensar.

  Si reconoce que tiene problemas de control, debe estudiar de nuevo todo acerca del control. El entendimiento objetivo de este o cualquier acto de control, va a permitir aclarar dudas y malos entendidos con respecto al control.

  Luego de descartar que haya algo negativo con el control, como muchos suponen, es que se va a observar cuáles son sus hábitos o comportamientos cuando está pensando.

  De las personas a nuestro alrededor solo observamos los resultados del proceso de pensar. Es de ese mensaje que evaluamos si nos gusta o no lo que pensó.

  Sin embargo, es fácil de observar su descontrol al evaluar lo que dice cuando está bravo, iracundo, o asustado.

  La calma, serenidad o tranquilidad, es una muestra de estar en control del acto de pensar. Y este estado permite tener voluntad sobre lo que se piensa.  

    ¿Qué es lo que se busca con lograr la calma, tranquilidad o serenidad?

   Ustedes conocen las razones por las cuales desean esos estados. Pero a todas esas importantes razones, hay que agregar una más importante que todas: “control de la actividad pensativa”.

  Es este control que permite que todos esos estados deseables y beneficiosos se materialicen.

  Esto se lo dice alguien que apenas ayer llegue a casa después de haber estado cinco días hospitalizado por un infarto.

  La calma y tranquilidad en una situación de emergencia, es un factor decisivo en los acontecimientos.

  Ha sido un placer: Buen provecho con el control. Nos vemos pensante.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos  


Comentarios

  1. Gracias Emilio por seguir con el ánimo suficiente después de haber pasado por esa situación de salud tan delicada, y por compartir tus sabias reflexiones y ayudarnos a estar atentos al control del acto de pensar.

    Sigue recuperandote bien amigo pensante y cuidate mucho.

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    1. Gracias mi querida amiga. Seguimos dando pelea. La imagen es una obra digital todavía inconclusa, pero la puse para significar que me mantengo volando.

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  2. Por cierto, me llamo la atencion la imagen, ¿tiene algún significado especial, o es una de tus creaciones?

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