LO QUE PASA CUANDO HACES CAMBIOS FORZADOS

 


LAS PROBABILIDADES DE ÉXITOS SON MÍNIMAS

Hola amiga(o) pensante. No esperes que sean los golpes y la presión que recibes los que te obliguen a cambiar.

Ocurre con frecuencia que la persona se arma de coraje y usa toda su energía psicológica y física para resistir, pero en algún punto se quiebran. El desgaste merma gradualmente su autocontrol y empieza a sufrir alteraciones emocionales, agotamientos físicos y a producir malas relaciones con la familia.

Los cambios van de mal a peor, tanto en lo interior como lo exterior. Se asumen nuevas actitudes y comportamientos buscando resolver las situaciones, pero estos cambios en su manera de ser fueron producto de la coacción recibida, hallándose en un estado emocional alterado y alto grado de confusión.

En estos cambios forzados, se ha reducido la capacidad de análisis, de discernimiento, hay confusión mental y son salidas desesperadas que al final traen a existencias nuevos problemas o situaciones más dolorosas.

Es una fuerte tendencia cuando se está sometido a fuerte presión, y sobre todo cuando es una presión que se mantiene sostenida en el tiempo, que las personas buscan cualquier tabla de salvación y se aferran a lo primero que le parece que va a ser su salvación o liberación del estrés.

Hay cambios que parecen milagrosos. La persona en peligro de muerte, bien sea por enfermedades, cuando ven que su vejes lo aproxima a la muerte, o por tener un vicio o comportamiento fuera de la ley, et.  Y ´por su propia voluntad no pueden alejarse del peligro, y viene alguien y les lanza una cuerda, esa persona se va a aferrar, se va a amarrar a ella de tal manera que no tenga posibilidad de soltarse. Se unió a un grupo religioso y sucede el milagro, hubo cambios favorables en su vida, pero el precio que está pagando es su anto-determinismo. Se vuelve un dependiente, manipulable y hasta llega a volverse un fanático compulsivo.

Para salir de la presión la gente se divorcia, cambia de trabajo, rompe amistades, migra a otros países sin considerar el peligro y las probabilidades que tiene de mejorar su vida. Son decisiones o cambios desesperados, que por lo general no se meditan, o se evalúan de manera objetiva y consciente.

El valor que tiene lograr un estado de calma y serenidad en medio de las tormentas, no tiene precio. Reconsidera mejorar o fortalecer el control de tu actividad pensativa para que puedas dominar tus estados emocionales y hacer una buena gestión de tus energías.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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