CONVIÉRTETE EN TU PROPIO GUÍA


  DEJA DE SER EL PROBLEMA Y SE EL SOLUCIONADOR HACIENDO USO DE TUS PODERES ESPIRITUALES.   
  Hola amiga(o) pensante. Son pocos los pensantes que pueden desde su esencia, como seres espirituales que son, guiar su vida terrenal. El hecho de no estar al mando de su personalidad, de poseer conductas que no se pueden explicar a ellos mismos, o de entender la razón de ser como son, responde a que no pueden separarse en quienes se han convertido.
  Esto es un impedimento para que el espíritu como causa, fuente u origen de la personalidad, use sus virtudes naturales para guiar su vida a través de las dificultades, con más probabilidades de acierto, que actuando por los patrones racionales producto de su pensar, de considerarse un cuerpo con una personalidad con problemas. Empaquetado en la personalidad es el problema, está convertido en el problema.
  El pensante en su esencia puede analizar infinidades de datos para saber lo que le conviene. No está sometido a las limitaciones del cuerpo o de su personalidad, para obtener y procesar información. En otras palabras, se le llama a esta capacidad espiritual; “percepción extrasensorial.
  Las personas que sufren este fenómeno ocasionalmente, lo llaman presentimiento, intuición, viven la extraña experiencia de saber acerca de algo relacionado con su vida, pero no saben cómo ocurrió el fenómeno de saber.
  El pensante queda intrigado y se pregunta mil veces; ¿Cómo pude saber que eso iba a ocurrir?
  Este fenómeno genera un mal entendido que desvía al pensante para tener un entendimiento de lo que hace desde su esencia. Y es que consideran que adivinaron el futuro, o que se produjo algo misterioso e inexplicable.
  Adivinar es como tener suerte de escoger el ganador entre varias cosas, y el futuro es un resultado de lo que está aconteciendo en este momento. El futuro es un asunto de probabilidades, al punto que se pueden predecir patrones de comportamiento con una certeza casi absoluta.
  Los pensantes como humanos dentro de su personalidad usan el conocimiento para hacer sus estimaciones y cálculos. Pero el pensante como espíritu abarca un campo global de los acontecimientos en el planeta u universo, y puede seleccionar la mejor probabilidad para actuar con menos tropiezo. Es decir, con más probabilidades de éxito.
  Cuando alguien se sorprende porque tuvo una especie de premonición o presentimiento que se cumplió, ocurrió que de alguna manera pudo lograr que quien está convertido, o su personalidad, oyera su proposición. Como Juan Pérez, esa idea le pasó por la mente, pero no espera que eso ocurra. No le da importancia debido a que no tuvo ese pensamiento como está acostumbrado a pensar.
  La persona pudo haber evitado muchas cosas que le hicieron daño o que no lo beneficiaron, y también pudo aprovechar mejores caminos para lograr sus objetivos.
   Lo hemos repetido muchas veces: la personalidad es el resultado de lo que piensa o considera un pensante. No es el pensante, no es el espíritu, es una creación del pensador.
  Pero si el pensante se identifica tanto, o se convierte de pies y cabeza en su creación, a tal punto que no puede separarse de ella, pierde la capacidad de usar sus virtudes naturales que podrían ayudarlo a GUIAR su vida terrenal por caminos menos problemáticos. Es decir, deja de ser solucionador y se vuelve el probema.
   Para que alguien se transforme en un guía, para él y para otros, debe conocer gran parte del camino por recorrer que está por delante. O puede tener la capacidad de computar mucha más cantidad de factores de lo que está ocurriendo en el presente para producir la más alta probabilidades de éxito.
   Todos los pensantes cuando pensamos, analizamos, estudiamos, reflexionamos, etc, buscamos ser lo más asertivos posibles en nuestras decisiones. Pero atrapados por una mente programada, limitada por la información que apenas podemos obtener desenvolviéndonos como humanos, la desventaja en el desenvolvimiento nos mantiene en peligro permanente.
  Viviendo con tantas improbabilidades de éxito en una sociedad con miles de millones de acciones o ciclos que están en curso, la vida se expone a resultados aleatorios. Ahí es donde las personas concluyen, que ese día les tocaba perder, o que las cosas le salieron mal por mala suerte.
   Por ejemplo. La diáspora venezolana, los millones de personas que salieron del país en busca de una mejor vida. Ya escribí una entrada titulada de “pandemia en pandemia”. Aunque no mencioné la mala decisión que muchos estaban tomando, en vista que no habían hecho un estudio de los factores reales con los que se iban a encarar, si tuve oportunidad de decirles algunos que averiguaran y evaluaran toda la información que pudieran para no lanzarse a una aventura llevado por un sueño o por la necesidad. Ahora, miles de venezolanos no han parado sus sufrimientos y están regresando peor de lo que estaban cuando se fueron.
   También ahora, en este momento, todos los pendejos estamos prisioneros dentro de nuestras casas, esperando que alguien por allá afuera se encargue de decidir nuestro destino.
  Pero eso no es lo peor. Lo peor es que hay pensantes prisioneros de ellos mismos. Atrapados en su personalidad, en sus patrones mentales, en su conocimiento, y ese conocimiento le sirve de muy poco para saber cuales serían las mejores decisiones que debiera tomar, para que en este negro futuro que se avecina no sea tan problemático.
  “No hay nada que yo pueda hacer contra el sistema” … (¿qué tristeza?).
   El sistema somos nosotros, nosotros somos los corderos, nosotros somos los que obedecemos, nosotros somos los manipulados, nosotros somos los que estamos aterrorizados porque no sabemos que están planeando para nuestro futuro.
  El futuro es de ellos, los que formamos el sistema no tenemos autonomía de nuestro futuro. Nosotros obedecemos reglas y si no lo hacemos nos ejecutan. Que más quieres saber del sistema.
  Entonces amiga(o) pensante. Dejemos de ser una arandela, tuerca o tornillo del sistema. A ti o a mi como espíritu no nos tienen atrapados por completo, tienen a nuestra personalidad, a nuestro cuerpo, y nosotros creemos que si nos tienen en sus manos.
  El sistema te ha dado la oportunidad en este momento de estar contigo todo el tiempo que quieras. No todo es malo, se quién eres en esencia, y no te preocupes por conocerte. Ya te conoces, quien no te conoce es la personalidad que crees que eres. Ella nunca te va a conocer, tu cerebro o mente no puede conocer lo que no tiene la capacidad de conocer.
  Sin embargo, tu si puedes dar un paso atrás de tu cuerpo o personalidad y decir: “ese que está ahí, es quien digo que soy”.
  La idea principal de este escrito, es hacer lo posible para que el pensante analice, observe acerca del hecho de que es, quien está creando y manteniendo su personalidad. No me atrevo a darles alguna práctica de las que he utilizado para lograr mejorar esa separación, debido a que no es algo que se pueda explicar en uno o dos párrafos.
   Pero si les he hablado de la Nada, si les he explicado montones de veces la importancia de experimentar esa idea como se las he definido.
   El cuerpo físico y la personalidad es real, es algo que puedes palpar, tienes tanta convicción de su realidad por que no has parado de experimentarla durante cada segundo de esta vida.
  Toda una vida siendo un “algo o alguien” del cual puedes hablar y describir como se te ocurra. Un algo o alguien que no se parece en nada a la verdadera naturaleza de un espíritu, y el pensante quiere sentirse en su esencia como siente el cuerpo, como siente la realidad de su personalidad, como entiende el mundo físico a su alrededor.
   Experimentar la Nada es la preparación del camino para experimentar nuestra verdadera esencia. La Nada es el único algo que existe que no puede ser percibido por el cuerpo o los patrones mentales que dan como resultado la personalidad.
  El pensante en su esencia funciona como el uso que tiene la Nada en este universo. Él sostiene toda la realidad que le permite existir, sostiene todos los significados o ideas que crea. Comienza y da fin a sus realidades o existencias. Sin él no hay un mundo propio, no hay existencia.
   Por otro lado, se dice; “y de la Nada surgió el universo, y a la Nada tiene que volver”.
   El uso más común que se le da a la Nada y del cual todos están conscientes, es usando como sinónimo EL CERO, que, con su no valor, se convierte en el principio y fin de todo los ciclos y valores que el pensante utiliza.
   Te has preguntado cómo es que el único símbolo que se considera que no tiene valor, es el que permite que todo el resto de los símbolos que existen y que se puedan inventar tengan el valor que se considera que tienen.
   Magia. Nada permitiendo que algo exista. Nada que No tiene significado permitiendo que todo el resto de los algos los tengan.
  Reflexiona la idea de CERO, reflexiona, reflexiona la idea de Nada y usa tu imaginación para experimentar como se siente SER NADA.
  La muerte es la terrible idea de “ser Nada”. El terror de un pensante es morir, es evitar que hagan Nada de él. Pero como puedes ver y sabes, tú te conviertes o experimentas en lo que piensas, así que experimenta “ser nada”, y reducirás tus miedos, te aliviaras del miedo que provoca la amenaza de la pandemia y las consecuencias económicas que ya están causando estragos.
  Si haces lo que te digo, tu mundo interno se va a tranquilizar. Vas a poder constatar que experimentar ser nada, o cualquier otra idea que pienses estando consciente de lo que haces, puedes desaparecer los efectos cuando lo desees, solo tienes que dejar de pensar la idea.
   El escrito va muy largo, lo dejo hasta aquí, pero te recuerdo, este es el camino para convertirte en tu propio guía. Para convertirte en solucionador, no en el problema, para tener percepción extrasensorial y aumentar las probabilidades de éxito o de reducir las probabilidades de fracasar.
   Ha sido un placer, y si necesitas algo más de información aquí estoy. Buen provecho siendo quien en verdad eres. Nos vemos pensante.
    Autor: Emilio R. Fernandez Ramos

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