NOVATO TODA LA VIDA
ES EN EL COMIENZO DE LA VIDA CUANDO SE INSTALAN LOS
CIMIENTOS QUE SUSTENTAN NUESTRA PERSONALIDAD
Hola amiga(o)
pensante. Desde el mismo instante que se nace, se está obligado a tener
comportamientos. Se está obligado a tener acciones físicas, pero mucho más
vital, a tener conductas basadas en los conceptos o creencias que tienen los
pensantes que nos rodean.
Se aprende a mover y a utilizar el cuerpo,
pero casi todas estas acciones físicas tienen sus condicionadores morales, de
bueno o malo, etc. Acciones, “como comer con las manos, puede ser tan malo que
merezca una reprimenda o castigo”, “rascarse los genitales porque pica, puede
ser un acto obsceno”.
Y a todas
estas, el pensante es un novato, desconoce la realidad del mundo al que ha
llegado y no puede perder de vista las reacciones de quienes le rodean para
poder crear la personalidad que convenga utilizar para poder sobrevivir.
Es como si un
escultor que modela su figura en arcilla, cada detalle que pone, tiene que ver
a su alrededor para cerciorarse que es aceptado. Hay muchas miradas
fulminantes, muchos puños amenazadores, mucha competencia que usan la
hipocresía y la mentira, y este novel pensante está obligado a crear su
personalidad a como dé lugar.
Lo que, si se
puede comprobar, es que ese pensante que acaba de nacer, comienza de cero a
crear su personalidad. Por el camino va colocando pilares, poniendo y quitando
detalles, y llega a adulto sin darse cuenta de lo que ha estado haciendo o sin
prestarle la debida atención.
Venia
construyendo una personalidad y ni se enteró de lo que hacía y de lo que sigue
haciendo. Y como todo novato y de paso inconsciente de que estaba construyendo
su personaje para vivir, no hay la menor duda que hay muchas cosas que
necesitan reemplazo, corrección y otros aspectos de su personalidad que son inadecuados
para lo que quiere hacer. Es decir, está usando el tenedor para beber la sopa,
y no entiende porque siempre se le derrama.
Son muchas
las correcciones que hay que hacerle a la personalidad y nadie se salva de la
obligación de buscar, encontrar y hacer los cambios que debe hacer, si es que
se quiere convertir en un profesional.
Así que nadie
puede señalarte por NO ser perfecto. Pero, hay unos cuantos pensantes que no se
dan cuenta que el tiempo pasa, los hechos pasan, las experiencias suceden y la
realidad del entorno cambia permanentemente. Como es adulto, él y los demás
creen que ha madurado, y como eso es un hecho por la edad, debe saber todo
acerca de si mismo y debe ser capaz de redimensionar su personalidad y
convertirse en la persona ideal para él y todo el mundo.
No solo hay
que tener la flexibilidad para poder hacer cambios en la personalidad para
estar al día sin tantas complicaciones; también hay que hacer consciencia que
los cimientos o bases de la personalidad se instalaron cuando se era un
pensador novato, miedoso y desinformado.
Cuando se
nace, se comienza siendo un aprendiz. Se comienza con una total desinformación
del mundo al que se ha llegado. Si piensas como yo, que considera que he vivido
vidas anteriores a esta, te puedo informar que igual se llega como un novato.
La realidad presente es otra, es desconocida, y el cuerpo no puede funcionar de
manera adecuada hasta que no se desarrolle.
Y agrego el hecho
de que existen causas y razones para ocluir ese pasado. (No me gusta dejar
misterio, pero trato de responder posibles preguntas obvias y este es un asunto
que es solo para aquellos interesados en el tema)
Lo que, si se aplica a todo el mundo, es el
hecho de que comenzamos a construir nuestra personalidad desde que nacemos, y
justamente lo hacemos como novatos y desinformados.
Durante el
trayecto por la vida, de manera instintiva hacemos cambios o mejoras a
comportamientos que podemos observar que no son los adecuados.
Pero muchos de
esos comportamientos, no son vistos, o son resistentes y el pensante no los
puede modificar, y este, que está obligado a seguir la vida todos los días,
debe acostumbrarse a caminar con esa piedra en el zapato, y pasado cierto
tiempo asimila y se puede adaptar al comportamiento hasta que lo siente como
algo natural. O vive toda su vida con la decepción de tener una conducta que no
le agrada, y admitiendo que ha sido incapaz de cambiar. Por ejemplo; la timidez
o el miedo escénico.
La prioridad
para el pensante es sobrevivir a como dé lugar. Ni su cuerpo ni él quieren
morir, así que muchos pensantes adoptan conductas que por lo menos le garantice
la vida. No importa en que se conviertan, lo importante es seguir vivo.
Muy pocos pensantes
mantienen la suficiente rebeldía para no buscar mecanismos de adaptación para
poder sobrevivir en un ambiente donde está en desventaja y no puede imponer sus
puntos de vistas o manera de pensar. O para convertirse en quienes no quieren
ser, por gusto de los demás. Pueden estar encadenados, encerrados, pero en su
mundo son libres, su pensar es libre.
Por el hecho
que son pocos los rebeldes, siempre hay mayor cantidad de los que siguen a
otros pensantes como corderos, bien sean a líderes en el mundo de la
delincuencia o lideres del mundo social.
Los rebeldes
son pensantes inconformes con ellos mismos. Saben que esa personalidad que usa
no es como la desea, pero lleva muchos intentos fallidos para hacer la
transformación que desea. Para ellos y todos los interesados, les puede ayudar
a encontrar salidas en “actividad pensativa”.
El rebelde no
está satisfecho, y si muere antes de lograr hacer aflorar lo que lleva por
dentro, muere insatisfecho. La resignación no es una actitud que está dispuesto
a asumir. Es un rebelde con causa, y está consciente que es con él mismo que
tiene esa rebeldía.
Un novato
encargado de colocar los cimientos de su personalidad, en un ambiente rodeado
de pensantes que todavía no han podido resolver sus propias dificultades, y no
hay manera que se pongan de acuerdo para mostrar la forma adecuada de guiar y
orientar a los aprendices a que no cometan los mismos errores que ellos y que
sepan como mantener una personalidad actualizada, tiene todas las
probabilidades de cometer muchos errores.
Actualizar la
personalidad no es igual que actualizar el conocimiento o estar informado de lo
que sucede en el mundo de los pensantes terrestres.
Un psicópata
bien educado e informado es un excelente psicópata. Cuando se trata de la
personalidad, es otra cosa. Este mismo psicópata a muy temprana edad creó los
pensamientos que le dictan ese comportamiento criminal, y llegó a adulto con la
incapacidad de tan siquiera poder juzgar o evaluar su comportamiento.
Podemos decir,
que ese pensante está poseído. Poseído por sus propios pensamientos, poseído
por sus propias creencias. Él está sobreviviendo como debe vivir, no tiene
alternativa.
Menos mal que
son unos pocos pensantes que se han quedado atrapados en conductas antisociales
extremas, y esos no leen actividad pensativa.
Para mí lo
importante es que se sepa, que todos, todos pagamos novatadas con nuestra
personalidad. Y muchos no han podido hacer todos los cambios que desean para no
tener comportamientos que van en contra de su voluntad. Así que siguen siendo
novatos y quizás mueran siéndolo.
Una persona
que padece de timidez, una persona que se deprime muy seguido, una persona que
reconoce su falta de confianza en sí misma, etc. puede ver aspectos de su
personalidad que le “gustaría cambiar o mejorar”.
Eso sin contar
con los “puntos ciegos” de su personalidad. Es decir, aquellos aspectos que no
puede ver, pero que, si los viera, haría algo de inmediato para corregir.
Como de hecho
sucede con frecuencia, hay pensantes que no cesan de buscar respuestas y
adquirir datos o información para evaluar, y constatar con su personalidad. Y
si descubren algo que no habían visto, sucede
una especie de milagro; de inmediato hacen el cambio a su personalidad y se
sienten felices y agradecidos.
Entendemos que
la vida con sus duras circunstancias nos absorbe de tal manera que solo se
tiene tiempo para el día a día. Pero, debemos estar consciente que una
enfermedad física o mental, quiera o no, ese pensante se va a tener que parar.
Imaginemos que se muera, el mundo que le interesaba, del que no podía despegarse
unos minutos para dedicarse a él, va a seguir su curso sin él.
Hoy la
pandemia tiene a muchos confinados, aprovechemos el impedimento para practicar
la paciencia, y para ejercitar la desconexión del mundo exterior con el
propósito de atender nuestro propio mundo.
Ha sido un
placer. Buen provecho dejando de ser un novato. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio
R. Fernández Ramos
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