INCLUYE EN TUS PLANES LA SALUD


LA ACTIVACION ECONOMICA Y EL COVID-19, UN DILEMA QUE PREOCUPA.
    Hola amiga(o) pensante. Calma, pero no al punto que dejes de pensar en la realidad que estás viviendo y reestructurando tus planes de acción para adecuarte a los nuevos retos con lo que nos vamos a encontrar en la medida que se reactiven las actividades y el desenvolvimiento social.
   La reactivación de la economía se impondrá, aun sin vencer el covid-19. De seguro ya lo sabes, ya lo has pensado y has hecho planes considerando como ha afectado tu trabajo y tu vida en general.
  Pero el enemigo va a seguir rondando, la amenaza sigue. Las autoridades impondrán normas preventivas, pero nadie garantiza que no ocurra el contagio, y nadie garantiza que vayas a sobrevivir.
  Ya la posible cantidad de muertos que ocurra por la reapertura de las actividades, se han calculado, pero nadie garantiza que no seas tu uno de esos.
  Hay muchos dispuestos a correr el riesgo. De hecho, ya hay muchos que lo están corriendo. Ya habrá muchos que van a estar obligados a correr ese riesgo.
   Los médicos y enfermeras les tocó la obligación desde el primer momento, y ya ves la cuota de muertos que se está pagando. Son los médicos, conocedores de cerca de la real situación con la enfermedad y sus tratamientos los que debieran tener más oportunidad de sobrevivir y caen igual que cualquier persona.
   Soy reiterativo en proponer que nuestra mejor defensa es el sistema inmunológico en lo que a nosotros nos compete. La razón principal es que nosotros mismos podemos hacer algo para fortalecerlo y podemos hacer algo para no debilitarlo.
   Las personas en medio de esta presión, que han fallado en mantener buen control de su actividad pensativa, o han estado sufriendo de estrés, han debilitado el sistema inmune de su organismo.
   El estado emocional en el cual han permanecido la mayor parte del tiempo, fue y es determinante en la horadación que pueda haber sufrido el sistema inmune.
   Salir a la calle así, o reincorporarse al trabajo, los pone en desventaja a la hora de un contagió.
   La calma o tranquilidad no se logra con actividades usadas como distracción. Puedes concentrarte en ver películas, en leer, en lo que consideres que te ayuda a no pensar en la situación, pero si ya estás tocado por el estrés, y no te lo puedes quitar de encima, va suceder que esa energía negativa se va mover por dentro de ti, pero de manera silenciosa. Causando el mismo daño.
   Lo otro que puedes hacer para ayudar a tu cuerpo es alimentarlo, proveerlo de los oligoelementos necesarios para que él mismo se mantenga fortalecido y por lo menos pueda compensar el desgaste que se le causa por el estrés.
  Alimentos que contengan zinc, y toda la variedad que forman parte del complejo b, fortalecen el sistema inmune. En ultimo caso los suplementos de estos elementos ayudan, pero consulta a un medico para que te recomiende las dosis de acuerdo a tus condiciones físicas.
   Los planes hechos para encarar la nueva realidad, para enfrentar la situación económica y entrar en un ambiente más competitivo por el desempleo y las condiciones en la que encuentran las empresas, deben incluir la salud.
   Los débiles, las personas que ya tienen enfermedades o condiciones físicas negativas, son las personas más probables de morir. Así ha estado ocurriendo. No es por el hecho de que sea viejo o tenga una edad que pase de los cincuenta.
   Lo que ha ocurrido se fundamenta en el deterioro físico que sufren casi todas las personas mayores. Y esas personas mayores, la mayoría nunca se ocupó de ser un pensador que pudiera influenciar en su organismo de manera consciente. Nunca se ocupó en mantener un cuerpo tonificado, flexible y fortalecido con ejercicios.
   La mayoría de los mayores de edad fueron personas como lo son la mayoría de los jóvenes o menores de 50 años. Sabían que su cuerpo envejece, que ese envejecimiento causa una pérdida de condiciones físicas, y solo se conformaron con aspirar que dios les diera larga vida.
  Y muchos de los que han muerto por el covid-19 tenían larga vida, pero una larga vida padeciendo de toda clase de enfermedades e impedimentos por su mala salud.
   La muerte es inevitable, pero soy de los que piensa que podríamos lograr que la muerte natural, por causa de enfermedades cuando se es viejo, no sea por vivir una cadena de enfermedades por décadas, con una bolsa de fármacos en el hombro, hasta que ya el cuerpo no aguante más y se muera.
   Es tu vida, y haces con ella lo que desees, pero hay que reconocer que no todos pueden hacer lo que desean. Sobre todo, si han hecho un cambio de opinión repentino como puede suceder en estos momentos de crisis que se está viviendo. Eso es parte del precio que se debe pagar por no haber recapacitado antes.
   Pero no se gana nada con lamentarse o ponerse a llorar, sobre todo si se quiere seguir viviendo o manteniendo las condiciones de vida que se tenía antes de la pandemia.
  Nunca es tarde para comenzar hacerse responsable y consciente del acto de pensar. O de negarse a producir pensamientos que no se desean, por su negatividad.
   Tú puedes hacer algo por ti, deja que el gobierno y los expertos hagan lo suyo. No te abandones.
   Ha sido un placer. Buen provecho con tus planes de salud. Nos vemos en la próxima pensante.
    Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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