EL ACTO DE PENSAR Y MI AFICIÓN AL TRADING
NO ESTOY DE ACUERDO CON OLIVER VELEZ.
Hola amiga(o) pensante. Como actividad pensativa no puedo dejar de opinar con respecto a este vídeo de mi más admirado maestro de trading, Oliver Velez: (https://www.youtube.com/watch?v=TR0CZt7E_9s)
Admiro al gran maestro Oliver Velez y soy su seguidor por tres años, pero
su afirmación de que no se debe estar en proceso de pensar mientras se opera en
el mercado, necesita una urgente aclaratoria antes de que se produzcan malos
entendidos.
Hacer
ver que los pensamientos y el acto de producirlos son la misma cosa, puede
causar que muchos pensantes se confundan y mal interpreten su psiquis.
Oliver afirma no estar de acuerdo con René Descartes en su famosa frase;
“pienso luego existo”. (Cogito Ergo Sum). Y su argumento es; que, “cuando uno
piensa, uno no es”. Y Oliver para mi tiene razón, ya que mientras uno esté en
proceso pensativo todavía no ha llegado a un entendimiento. Es decir, todavía
no tiene un pensamiento conclusivo con fuerza decisiva que se programe en su
mente como un algoritmo que funcione en automático.
Pero no separa el acto de pensar de los pensamientos producidos mediante
el acto. Y los pensamientos pueden ser vistos como parte del error que se está
cometiendo de estar pensando mientras se tradea, o se ejecuta una actividad que
se supone ya se sabe hacer.
Se equivoca al interpretar a Descartes. La palabra “pienso” de su famosa
frase, “pienso luego existo” da como concluido el proceso de pensar. Ya se
produjo un pensamiento. El contenido o significado de este pensamiento es
producto del entendimiento que haya tenido el pensante.
En el trading o comercio de criptomonedas , o de cualquier otro activo
en la bolsa de valores, el operador no debe estar en proceso pensativo tratando
de entender sobre la marcha lo que se supone que ya tiene un entendimiento y
pensamientos conclusivos para las decisiones que tiene que tomar de acuerdo a
lo que ocurra.
Los pensamientos son otra cosa, son el
resultado del acto de pensar, por lo tanto, ya el pensante adquirió un
entendimiento y produjo el pensamiento. Ya su mente está programada para la
acción, se supone que ya no necesita estar pensando, analizando o reflexionando
en medio de la acción de tradear, de bailar o conducir un vehículo, para saber qué
y cómo debe hacer.
Así como el pensante entiende y ha concluido, así actúa, así es su comportamiento,
así son sus hábitos. Y esos pensamientos que fundamentan sus conductas,
permanecerán en su mente como patrones que se activaran en las circunstancias
para las cuales se crearon.
En esto también le doy cien por ciento la razón a Oliver Velez. Cualquier
persona que todavía se encuentre durante la ejecución de una tarea, pensando lo
que debe o no hacer, es un novato que está en proceso de aprendizaje y todavía
no ha llegado a un entendimiento que le permitan producir pensamientos decisivos
que pueda programar en su mente.
Inclusive, si ya le persona produjo pensamientos conclusivos errados y
se ha programado su mente, lo que se llamarían malos hábitos, esa persona va a
tener que trabajar duro, ya que primero tiene que desmontar esos pensamientos
que dictan sus patrones de comportamientos antes de ser entrenado con un nuevo
programa.
Para
eso es la educación, para eso es el proceso de aprendizaje, de entrenamiento o
preparación, inclusive la experiencia adquirida sin ninguna planificación o
cuerpo de conocimiento. El pensante llega a cualquier clase de entendimiento y
basado en esos pensamientos crea su personalidad. Y esa actuación la ejecuta
sin estar pensando de nuevo lo que ya aprendió a hacer.
El que
Oliver confunda pensamientos con la acción de producirlos, quizás sea por causa
del traductor a español que se hace de su charla. Pero es mi deber mencionarlo
ya que somos miles de habla hispana que no podemos oírlo en su propio idioma.
Debo mencionar que los pensamientos que clasifico como fundamentales;
esos que están destinados para actos relevantes en nuestra vida, esos que
dictaminan aspectos de nuestra personalidad, por muy importante que estos sean,
nunca deben estar por encima del pensante.
El creador no debe supeditarse ciegamente a sus pensamientos. No importa
de qué magnitud sea la idea o creencia a la que haya llegado, el pensante
siempre debe estar primero que sus pensamientos. De ahí el poder que va a tener
sobre su personalidad, actitudes, comportamientos o estados emocionales.
Ya expuesto mi punto de vista, puedo recordarles que, solo se puede
controlar la acción de pensar. Si se quiere producir pensamientos de calidad o con
mayor grado de eficiencia, el pensante tiene que tener control mientras piensa.
De ahí que los estados emocionales o sentimentales pueden causar que el
pensante entre en una actividad pensativa involuntaria en medio de una acción
donde se supone ya cuenta con un programa de pensamientos decisivos listos para
actuar.
Para el
autocontrol es recomendable el control del acto de pensar. Este control se
adquiere con prácticas y ejercicios enfocados en ese objetivo. En este blog,
hablamos mucho de eso.
Ha sido un placer. Buen provecho con tu pensar. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Correo: emiliofernandezr@hitmail.com
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