EL APOCALIPSIS YA ESTÁ AQUÍ

 


¿Y TÚ QUÉ ESTÁS HACIENDO?

  Hola amiga(o) pensante. Desde hace muchas décadas se viene anunciando la destrucción de esta humanidad. Muchos han optado por salvar sus almas, otros a salvar sus cuerpos.

 Ambos grupos le dedican gran parte de su tiempo y recursos para “salvarse”. Muchos de ellos viven su tiempo de vida y nada de lo que pronostican sucedió mientras vivieron.

  Mientras tanto la vida continua con toda la realidad y los hechos que cada quien vive. Muchos de estos empedernidos fatalistas, ya no viven la vida a plenitud. Una vida con sus altos y bajos, una vida con sus errores y aciertos, una vida de éxitos y fracasos.

  Así es la vida. La inocente gacela no se da cuenta que ya el tigre la ha elegido para su almuerzo, pero el resto de su especie, como grupo, sigue con el fuerte impulso de sobrevivencia y no se rendirá hasta que la última gacela muera y ocurra la extinción.

  En cambio, muchos de la especie humana, dotados de inteligencia, con la capacidad de pensar desarrollada al máximo, se están rindiendo.

  Un gran porcentaje de su actividad pensativa y acciones, la dedican a prepararse para ese catastrófico futuro, cuando la humanidad reciba su castigo por las consecuencias de sus malos actos.

 Y mientras tanto, se puede hacer mucho por el ecosistema y por aportar ayuda a los más necesitados de salud mental y física. Pero es mejor llenar las iglesias para orar y pedir clemencia, o hacer construcciones bajo tierra y armarse hasta los dientes, para desde allí ver como mueren los “incrédulos”, y a los que sobrevivan recibirlos con balas y bombas cuando quieran que les den alimento o medicina.

  Lo que parece una razonable previsión, salvar sus almas y la vida física, tiene su sesgo de fatalismo y rendición. Ambas cosas se pueden hacer mientras se vive la vida tal cual como está sucediendo.

  Es obvio que la corrección de errores y nuevas propuestas de modo de vida no puede detenerse. Se puede observar que la humanidad no vive su mejor momento, pero no es para rendirse.

  En lo individual, cada persona puede decidir lo que hace con su vida, pero las decisiones propias que no toman en cuenta a los demás, nunca han sido exitosa.

  Tampoco se puede pensar en los demás sin considerar la vida propia.

  La convivencia e interrelación de los pensantes desde los orígenes ha sido conflictiva, la comunicación entre nosotros actualmente sigue siendo problemática, pero ¿quién fue el que dijo que había que rendirse?

  Se puede salvar el alma, el cuerpo, la sociedad y el planeta mientras vivimos y disfrutamos la vida tal cual como lo que es.

  La vida es un estado natural. Existen modos de vida, estados, condiciones, pero la vida de los que están vivos, no la ha dispuesto nadie de los que están vivos.

  ¡Ah! Que se puede matar a otro ser humano. Cierto, hay quienes no sienten ningún remordimiento hacer eso, pero esto no significa que se tenga poder sobre la vida.

  No he hecho una investigación profunda para ver si existe ese ser humano que, de vida, pero no hace falta.

  Si mis amigos, ya he pensado en la clonación, y la respuesta es negativa. Ya que la célula que se debe usar para clonar debe estar VIVA.

  Como demostración de lo inteligente que somos los humanos, no se puede evitar considerar que debe haber una causa, un causante, o una causante de que exista la vida.

  Se puede vivir a plenitud la vida manteniendo esa premisa de una causa primaria. Y estoy convencido que todos nos podemos llevar muy bien, si no se le pone algún significado, o se le da algún contenido a esa CAUSA.

   Ha sido un placer. Buen provecho viviendo la vida concedida por esa causa. Nos vemos pensantes.

   Autor: Emilio R. Fernández Ramos

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