EL SECUESTRO DE LA ATENCIÓN
AVERIGUA SI EL SIGNIFICADO QUE LE DAS A TU VIDA, LO DECIDES TÚ.
Hola amiga(o) pensante. La vida; lo más preciado que se tiene. Sin
embargo, se puede malinterpretar el hecho de que los pensantes se quiten la
vida, o hagan cosas tan evidentes que son lo contrario a querer vivir.
Esta mal interpretación niega el valor que tiene la vida para todo el
mundo. Pero estos hechos tienen interpretaciones y razones que muestran que es
el mismo valor e importancia que se le da a la vida, que impulsa a cometer
hechos que dicen lo contrario.
La vida es igual para todo pensante, pero no todo pensante la interpreta
igual. Esta es la diferencia, el significado que cada pensante le va dando a la
vida, es su vida.
La vida de todo individuo en este momento es el significado que le esté
dando.
Miren a su alrededor, o recuerden cualquier cosa de su pasado y se van a
encontrar con los significados, o lo que significaron para ustedes.
El universo físico o la naturaleza es una cosa, y la vida tal cual como
la vive cada quien es producto del significado que le esté dando.
La
atención, esa de la que hemos hablado en artículos anteriores, es el medio
usado para saber, para entender, para comprender y producir los significados con
que se construye la experiencia de vida.
Separen la realidad física y la realidad de los hechos, del significado
o de lo que significan para ustedes esos hechos, y observaran de que se trata
su vida.
La vida en esencia es igual para todo el que esté vivo, pero todo el que
está vivo, vive una vida distinta a otros. Una vida muy particular, pero la
sociedad y muchas personas no permiten libertad o autodeterminación para
decidir el significado que cada quien quiera darle a la vida que vive.
La atención es secuestrada, y en este secuestro va atrapado el pensante.
El único medio que tiene un pensante para hacer consciencia, entender o
saber, es su atención. Los significados con los que construye su vida los está
produciendo con una atención secuestrada en gran parte.
Desde su secuestro, el pensante no cesa de producir significados, con
muy poca consciencia del contenido que produce para sus pensamientos, ideas o
creencias.
Hasta la memoria genética de su cuerpo lo tiene obligado a interpretar y
producir significados que se añaden al sentido que va a tener su vida.
La memoria genética del cuerpo causa que se produzcan infinidades de
procesos y funcionamientos orgánicos que no necesitan de la atención del
pensante. Para ella ninguno tiene significado, pero los pensantes logran que
sus significados intervengan en sus funciones y ya ustedes ven el caos y la
alteración que somos capaces de producir al organismo.
La felicidad o infelicidad, la satisfacción o insatisfacción, la dicha o
la desdicha, no están en la naturaleza, ni son parte de la vida. Pero cada
pensante se ocupa de producir cada una de estas condiciones.
Para colmo, la herencia cultural sembrada de puntos de vistas de lo que
es bueno o malo, de lo que es bonito o feo, de los que debe ser incluido o
rechazado, le roba la atención a los pensantes desde que se nace en esa
sociedad o grupo social.
La creencias, ideas o saberes condicionan la atención. Por supuesto que
condicionan en esencia al pensante. Pero al no entender que su herramienta para
el conocimiento o la producción de consciencia es su atención, la descuida.
Es cierto, existe un instinto de defensiva de la integridad o de quien
consideramos que somos. Los pensantes pasan por etapas donde manifiestan esa
rebeldía. Su instinto es soltarse, liberarse, pero sin consciencia del camino
que más le conviene tomar.
Las huidas de casa de los padres, generaciones
completas protestando, las rebeliones con sus respectivas guerras a muerte,
todo un instinto para proteger el significado que se le está dando a la vida,
pero cuyo significado fue hecho con una atención secuestrada.
No se ven pensantes despiertos, con una atención libre generando
consciencia brillante y luminosa. Se ven pensantes que logran esa “libertad que
sueñan”, tomando decisiones con casi los mismos significados que sus opresores.
Para los grandes monopolios de la comunicación, lo único que le interesa
de ti es tu atención.
El activo más valioso para un empresario y para cualquiera que quiera
destacar, es la atención del público.
La atención es valiosísima para los demás, pero menos para la gran mayoría
de la gente.
Y se les invita con una buena explicación de las razones que debe
evaluar para decidir ponerle atención a su atención, y pareciera que el daño de
consciencia es tan grave, que ya están resignados a ser manipulados como títeres
por un sistema criminal que le importa un carajo la vida de nadie.
La práctica de poner atención en la atención no puede ser más sencilla
de lo que es. Es lo más fácil que pude encontrar para ejercitar el control del
acto de pensar.
Si mis queridos amigos. Los invite a usar el concepto o idea de “nada”
para ejercitar el control del acto de pensar; pero la idea de Nada es
impensable.
Los pensantes están tan abrumados de significados, que se les hace
imposible concebir una idea sin significado.
Cualquier práctica de mejoramiento espiritual, mental, manejo de
emociones, autocontrol, etc. exigen el uso de la atención. La famosa práctica
de la meditación con todas sus variantes, exige el uso de la atención.
Por primera vez se va a poner la atención en la atención. La mejor
manera de poner la atención en ti mismo. En quien en esencia eres. Lo que
significa que por fin vas a saber la verdad y hacer consciencia acerca de ti.
Ha sido un placer. Buen provecho con tu atención. Nos vemos pensantes.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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