PASARON LAS FESTIVIDADES. ¿Y AHORA QUÉ?


DESPUÉS DE LA FIESTA LA CASA QUEDA HECHA UN DESORDEN

  Hola amiga(o) pensante. Ya se hizo el “sacrificio” para pasar navidades y año nuevo lo mejor posible, remembrando viejos tiempos cuando las festividades no se podían calificar de sacrificio.

  Fue imposible dejar de hacer la comparación y darse cuenta de las diferencias de estas festividades con las anteriores. Esa alegría y entusiasmo natural y espontaneo que empezaba a emerger tan pronto se pensaba en la cercanía de la fecha, desapareció.

  Se tuvo que hacer un esfuerzo para motivarse y no causar que familiares y amigos notaran el desgano y la decepción, y con ello causar que sus esfuerzos por animarse se les derrumbara.

  Las sillas vacías de familiares ausentes alrededor de la mesa fueron más que las sillas ocupadas. Fue inevitable sentir ese golpe en los sentimientos y mostrar signos de dolor.

  Los familiares y amigos forzados a emigrar, imposibilitados para estar presente en el seno familiar, consiguieron alivio y compañía a través de las telecomunicaciones. Pero no es igual un beso y un abrazo a través de una pantalla de un teléfono celular.

  Bien, ya pasó esa triste experiencia, ellos y nosotros debemos volver a enfocarnos en la realidad y las circunstancias que se están viviendo. “La vida continua”.  

  Cada quien debe volver a reencontrarse consigo mismo, para poner los pies en la tierra y enfocarse en lo que ocupa su tiempo. Ya pasaron las festividades; ¿y ahora qué?

  Aquí es donde hace falta saber qué hacer para volver el mundo interior a un clima de sosiego y serenidad, para tranquilizar el espíritu y pueda soltarse de toda esa carga sentimental negativa.

  No se debe volver al trabajo o a las actividades cotidiana con tantas fisuras dolorosas. Pero, ¿sabes y puedes hacer algo para llevar la paz y la tranquilidad a tu mundo interior?

  Hay quienes no saben hacer una introspección, meditar o usar la idea de Nada como tantas veces se lo he explicado, para reiniciarse y accionar sin el peso de la carga emocional y sentimental negativa residual que les haya quedado.

  Aquellos que se encuentren en esa situación, por lo menos reconozcan que deben habilitarse para poner orden en su mundo, y que no les vuelva a pasar. Nadie puede hacer ese trabajo por ustedes; lo lamento.

  Ha sido un placer. Buen provecho con el nuevo orden en tu mundo. Nos vemos pensantes.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos 

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