EL AMOR Y EL PLACER
EL AMOR Y EL PLACER
(Poema)
Al amor lo acompaña el placer, pero al placer no lo
acompaña el amor.
Cuando la búsqueda del placer está como objetivo
prioritario, no hace falta el amor para lograr erupciones placenteras que
cubran de magma hirviente las ansiedades del alma.
Mientras el amor se comporta como una serena y
aterciopelada brisa que baña con suavidad el alma; el placer se comporta como
estallidos de coloridos fuegos artificiales que retumban en todo el vecindario.
Todo el mundo puede enterarse cuando alguien se está
revolcando como perro en un podrido, por sus vociferaciones y expresiones de
júbilo que no puede evitar.
El amor va en dirección contraria al placer. Mientras
el amor sale hacia afuera desde la misma esencia del alma, el placer es un
flujo de entrada causado por aquello que se está consumiendo.
El placer padece de dos anomalías; es la causa de la
adicción y los vicios, y a veces conduce al fastidio y al aburrimiento.
Muchas parejas se separan, cuando uno de ellos o los
dos, confundió placer con amor, y luego de comerse esa pizza todos los días, el
placer se desvaneció y empezaron a ver en otra dirección para buscar uno nuevo.
Y como causante de ruinas humanas, el placer es el
pegamento que hace soldadura a los distintos vicios y adicciones.
Pero tampoco es que haya que tenerle miedo al placer. Basta
con conocer sus limitaciones y no confundirlo con el amor, mucho menos con la
felicidad.
La felicidad y el amor son inseparables. No te lo
pierdas.
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