EL PENSANTE Y SU VERDADERA NATURALEZA
LO QUE UN BUSCADOR O EXPLORADOR ESPIRITUAL DEBE SABER.
Hola amiga(o)
pensante. Hay que reconocer el esfuerzo y trabajo que hacen las personas para
hacer consciencia y experimentar su esencia, su verdadera naturaleza.
Ya no es suficiente
con afirmar que se tiene o se es un espíritu. Mucha gente quiere ir más allá de
esta limitante creencia, y experimentar de tal manera lo que en esencia es,
para que no le quede la menor duda.
Por estar creyendo
sin hacer un intento por observar, tomarse un tiempo para reflexionar y si es posible
comprobar, es que los han alienado y sumergido en la ignorancia y el misterio,
por quienes siempre confió que le decían la verdad que debía creer y tener fe
en ellos.
Muchos se han dado
cuenta que ya no tienen que buscar fuera de ellos sin antes ver lo que poseen.
Es decir; si
quieren saber de cuerpo humano ya tienen contacto permanente con uno. Si
quieren saber de la mente, pensamientos, emociones, o ideas, todo el día están activos
con ellos, y si quieren hacer contacto con su esencia, o verdadera naturaleza,
solo tienen que quitar las cortinas o parabanes que no los dejan sentirse tal
cual como son.
¿Cómo es que eres en
esencia algo y no lo puedes experimentar, y por qué, sí experimentas lo que no
eres con tanta facilidad?
Las personas están
convencidas que son lo que piensan que
son. La palabra “piensan” es la clave. Si no lo piensa, no lo siente, o no lo
experimenta.
Toda esta vida, que
bien la recuerda la persona, ha estado pensando para ser, Así que se puede
sentar a recordar quien ha sido y quien piensa que es ahora. Y puede tomarse un
poco de tiempo para comprobar si lo que piensa puede sentirlo.
Toda una vida
recalcando, o imprimiendo pensamientos que lo identifiquen, ha causado que el
pensante no tenga un segundo o minuto libre para sentirse libre de esas
identificaciones.
Este proceso ha
apagado la verdadera consciencia, para alumbrarse con consciencias artificiales,
o provisionales. El pensante está dormido y sueña con estar despierto. Anda
empaquetado en su personalidad sintiendo que es esa envoltura.
Pero, dentro de sus
pesadillas y dramas oníricos, tiene el presentimiento que no es lo que piensa
que es, Una fuerza lo impulsa a buscar a ese espíritu o hacer contacto con su
verdadera naturaleza.
Algunos se conforman
con la “creencia que”; después que mueran dejarán este mundo y entrarán a otro
donde no hay más remedio que ser un espíritu o quien en esencia es. (Eso es lo
que creen).
Los exploradores o
buscadores espirituales en las primeras de cambio chocan con una barrera. Muchos
han llegado hasta el pie de ese muro mental y se auto-engañan al dejarse volver
a convencer por la mente.
Toda una vida la
mente recordándole al pensante quien es, que hace, que tiene, que aspira, que
conoce y que no conoce, se ha creado una fuerte dependencia de la mente para saber
que existe o que percibe, y ahora, sin ella, está perdido.
Sin que la mente le
esté recordando quien es, no existe. Perder la memoria estando vivo causa
terror. Hay que aferrarse a esas memorias, a esos recuerdos, a esos
pensamientos producidos en las distintas experiencias de la vida.
El buscador o
explorador espiritual sabe de la utilidad de la mente para el desenvolvimiento
social, o en esta vida terrenal. Sabe que no quiero decir, que la mente hay que
destruirla de alguna manera, Solo necesitamos poder distanciarnos de ella, o
salir de su campo de influencia, para experimentar tal cual lo que somos.
Dentro de las
dificultades creadas por esa férrea dependencia de la mente, el buscador
espiritual, por lógica, debe buscar algo que ya ha pensado.
Es decir, espera
separarse de la influencia de la mente cuando lo desee, y encontrarse en su
verdadera naturaleza,
Y cuando cree que
lo ha logrado, lo que le aparece es otro yo. Un yo que ya había pensado. Ya
tenía en mente como iba a ser si se encontraba. Jajaja…Y eso fue lo que
encontró. Ahora tiene un nuevo Yo para cuando considere que se desconectó de la
influencia de la mente. Y lo llama; “mi verdadera naturaleza”.
Siguen las reglas
conocidas, o lo que es lógico para una mente: Te buscas a ti mismo, y ese ti
mismo tiene que ser de una manera que no rompa con lo que ya has presumido,
imaginado, o aprendido de cómo se es realmente y lo que se experimenta o se
siente.
Todas estas
presunciones son ideas o pensamientos, ya ese algo o alguien que se supone es
uno verdaderamente, es otra especie de personalidad que se considera es la
verdadera, por lo que se va a experimentar, lo que se supone que se puede hacer
cuando uno es eso que ha pensado que es.
Aquellos que han
resuelto este laberinto, se prepararon para experimentar LA NADA. Ya que un ser de una naturaleza distinta a la
naturaleza física no puede ser pensada.
Aquel que se
piensa, se vuelve los pensamientos que pensó.
Cuando alguien
habla de sus experiencias como espíritu a otros, debe aclarar que lo que dice, solo
son intentos de orientar; ya que no existe un lenguaje terrenal o físico para
describir lo espiritual. O lo experimentas o no lo tienes, o no lo sabes.
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