¿ERES CAPAZ DE DAR LA VIDA POR TI? DEMUÉSTRALO
¿HARTO DE TEORÍAS Y
PARLOTEOS? ENTONCES, ESTO ES PARA TI. LEE
ESTA VAINA COMPLETA Y CAMBIARAS TU VIDA.
Hola amiga(o) pensante. Tanto el lector,
como el que quiere desempeñarse como orientador o guía, deben estar claros,
clarísimo, que la sola teoría sin la práctica, puede hacer a un pensante
letrado, pero inefectivo.
Si NO eres de los que viven leyendo, para
tener temas de que hablar para que lo vean como una persona muy “educada”,
estás conmigo. “Me gusta verle el queso a la tostada”. La teorías que les veo
sentido las pruebo, a ver si funciona o no funcionan.
Actividad pensativa es el resultado de una
práctica que desarrollé y que llamé: “Haciendo Nada”. (Hay anécdotas acerca del
porqué de este título y no; “pensar nada”).
Si vas a interpretar a la ligera “hacer
nada” o “pensar nada”, vas a caer envuelto en todas las connotaciones o
interpretaciones que se le da a “hacer nada”. Y casi todas son negativas
El que “no hace nada”, o no piensa nada, es
un flojo, no tiene futuro, es un sinvergüenza, etc. Una respuesta a tus padres
o a tu jefe “que no vas hacer nada”, y estás botado o te ganaste una paliza por
mal educado.
Aunque en algunos momentos de reflexión
algún pensante, concluye ante ciertas situaciones, que lo mejor es “no hacer
nada”, o no pensar nada.
Entonces amiga(o), no te dejes llevar a la
ligera y pon atención como si fuera la primera vez que oyes; “HACER NADA”.
“PENSAR NADA”.
Lo primero que quiero que observes es que;
“NO hacer nada”, no significa lo mismo que; “hacer nada”. “No
pensar nada”, no significa lo mismo que; “pensar nada”.
Si no puedes ver la diferencia, te sugiero
que le dediques un tiempo de reflexión y llegues a una conclusión, de si hay o
no diferencia de significado.
Hay prácticas como la meditación, de la que
han surgido innumerables corrientes, pero todas te piden que; “no pienses”, te
piden que evites pensar.
Con la práctica de “hacer nada”, yo te pido
que pienses.
El que te pide que “no pienses”, para
solucionar los desórdenes psicológicos o para alcanzar estados elevado de
consciencia, es posible que esté consciente de lo que quiere que su alumno
haga, pero la expresión “no piense”, si se interpreta literalmente, conduce al
fracaso. No produce los resultados esperados.
Existe la idea que se puede “no pensar”. Es
como decir que se puede existir sin existir. No tiene sentido.
Este super dañino mal entendido o creencia,
es el resultado de pensantes que consideran que están pensando solo cuando
recuerdan, cuando tienen el monitor o pantalla de la mente encendida y están
viendo imágenes o viendo como mueven pensamientos.
Tienen la atención centrada en el proceso de
pensar, y cuando no la tienen, sienten o consideran que no están pensando. En
otras palabras; “la vida está apagada”.
Vamos a ver esto con un ejemplo, espero que
no se pierdan. La personalidad es un compendio sincronizado de ideas o
creencias que han producido a lo largo de su vida. Eso es pasado, pensaron
ideas, ya las pensaron y en este momento “no las están pensando”.
Miras o pones atención en el monitor de tu
mente (o dentro de tu cabeza) y no ves los pensamientos que te hacen ser como eres
moviéndose por ningún lado.
Lo
que observas es que “no estás pensando” esos pensamientos que hacen tu
personalidad, o tu manera de ser. En otras palabras, no reconoces que estés
pensando en ese momento.
Sin embargo,
te doy un grito ofensivo; y de inmediato me dices molesta(o) “a mi no me grites”.
La actitud con la que respondiste, es la actitud basada en tu manera de pensar,
en tus ideas o creencias.
¿Pero no lo estabas pensando en ese momento y
como es que apareció la actitud?
Viene
la respuesta inconclusa de; “fue la mente, es una respuesta automática”, “los
pensamientos están en la mente y ella activa el programa”, Yo no intervengo
para nada.
Observa este ejemplo, con este “yo no
intervengo para nada”. Eres un árbol
grande, fuerte y frondoso; alguien construye una casa en el árbol (muy de
moda). Es una gran casa, con cocina, nevera, muebles, camas, sillas, etc. Allí
vive una familia y se reúnen con familiares para celebrar un cumpleaños. Todos
están en la casa. La casa es fuerte y resiste, muy buena la casa.
El
árbol no está de fiesta, está muy ocupado con sus raíces trabajando para buscar
minerales, agua y otros nutrientes. La fiesta, todo el movimiento se efectúa en
la casa.
El árbol siente que le caen líquidos mal olientes,
siente que le arrancan hojas, siente movimientos como si estuviera mareado, y
recuerda que tiene una mente; perdón que tiene una casa montada. Construida en
sus ramas.
“En la mente, perdón, en la casa están
sucediendo cosas que me hacen daño, y yo no puedo evitarlo”. Piensa el árbol.
Pero como tú eres un árbol especial,
extiendes un punto de vista que te separe de tu cuerpo y tu personalidad, y te
observas de lejos por completo.
Y observas que la bendita mente, perdón; la
bendita casa quien la sostiene eres tú. Y que sin ti no hay mente, perdón, no
hay casa, y que los que tienen ese desorden en la casa, los sostienes tú, no
los sostiene la casa. Lo puedes porque tienes un tronco como árbol muy fuerte.
¿Me expliqué?, ¿entendiste la idea?
El hecho de que no estés atento para verte
pensando, no significa que no sostengas lo que has pensado, no sostengas la
casa con todo el perolero que tiene adentro.
Mantener los pensamientos, sostener los
pensamientos ya pensados, ES PENSAR. No pensar es apagar la vida. Este fenómeno
solo es posible para un espíritu. Su naturaleza no es de este universo.
Un ejemplo de esto. Tienes tu celular y lo
apagas, la pantalla está obscura no ves nada, y juras que está apagado. Y
cuando lo enciendes, te prende la pantalla y vez la hora y la fecha exacta, y
empieza a mostrar lo que recibió mientras estaba “apagado”.
¿Pero estuvo el celular completamente
apagado? NO. No estuvo completamente
apagado. La batería tiene carga que sigue usando para mantener vivo el celular.
Si la batería se descarga por completo, y queda sin energía, es como si muriera,
y tuviera que iniciar “otra vida”.
¿Entiendes? Con cuerpo o sin cuerpo el
pensante existe, esté consciente o no. Él es la fuente de energía de vida, es
la batería cargada; por eso siempre, siempre, siempre piensa y sostiene lo que
piensa. Esto también es pensar. No se te olvide. Si usas este dato, ya eres un
pensador que ha duplicado su eficiencia.
Pedirte u obligarte a no pensar, va contra
tu esencia. Con la razón de tu existir en este universo. “Piensas, luego
existes”. Mientras existas, estás pensando.
¿Ya entendiste el punto? Eso espero. Por favor, reflexiona ese punto
desde todos los ángulos hasta que estés satisfecho con tus observaciones, que
pueden llegar a ser diferentes a las mías. Ahora, vamos a la segunda parte de
la incomprensible expresión “hacer nada”, “pensar nada”.
La otra gran dificultad que se presenta con
Nada. El pensante intenta pensar nada y luego me dice: “¿Cómo carajo pienso
NADA?”. Ya me lo han dicho y yo muy obediente, se los repito.
Entonces, tenemos la seguridad que vas “a
PENSAR”, no a “NO PENSAR”.
Para pensar en una idea representada con la
palabra Nada, hay que buscar el significado.
¿Qué significa nada?... Nada. Nada por aquí,
nada por allá, nada por ningún lado. Nada es nada. No te esfuerces en ponerle
un significado, es como si intentaras ponerle valor al cero. Si logras darle un
valor al cero, ya no es cero. Si llegas a darle un significado a Nada, ya no es
la idea que debe tener nada.
Haz una prueba ligera y piensa nada…. ¿Verdad
que te sientes desorientado y no sabes cómo se piensa nada?
El pensante siente que no sabe pensar nada.
Se le pide que piense en cualquier cosa conocida o no y lo piensa. Si no lo
conoce con alguna pista que se le dé, lo imagina y se forma una idea que luego
puede corregir. Pero con nada, se vuelve nada.
Vamos con un ejemplo del CERO antes de
insistir en la nada. (Para mí el cero, es para uso comunitario, social, y es un
sinónimo con sus variantes usos, de nada. La nada es para uso personal,
individual. Se usa en la elaboración de ideas significativas o con significado
para ti en exclusividad).
El cero es por definición un concepto, una
idea simbolizada. Carece de valor.
Vamos a un ejemplo con el cero: La maestra le
pone al niño inteligente una operación de restar: “2 menos 2.”
El niño no coloca el cero. Y la maestra le
pone también su cero en matemática. El niño genio le dice: “maestra no hace
falta poner el cero, 2 menos 2, no queda NADA”.
La maestra también inteligente le dice: “¿Y cómo
se yo que tu sabes la respuesta? Es posible que creas que 2 menos 2, da como
resultado 4. Yo no lo sé. Para saberlo debes poner el símbolo cero”.
La maestra no puede estar dentro de la
cabeza del niño, no puede saber que piensa. Pero supongamos que el niño sabe
que 2 menos 2 queda nada o cero, su inteligencia sigue brillando, no importa si
la maestra le pone como nota cero.
Yo tampoco sé si tú sabes o no usar la idea
de nada. Yo no se lo que tu piensas, necesito que lo muestres. A mí o a tu
familia les vas a mostrar que usas la nada de manera consciente, con tu salud
mental, tu estado de ánimo, tu vitalidad y entusiasmo contagioso por la vida. Eso
es parte de la función del símbolo CERO en la práctica, en el mundo objetivo,
en el mundo social. Todos saben que no tiene valor, pero hay que pensarlo, hay
que ponerlo, hay que usarlo para que se puedan ver los resultados grandiosos
que se ven cuando se usa.
Tienes miles de millones de años que no usas
la idea de Nada de manera consciente. Por esa razón vivimos en altibajos, un
pasito para adelante y dos para atrás; un día sonriente y otro día llorando.
Hace apenas
unos trescientos años ante de cristo que se nos ocurrió la idea del CERO. Y
hubo que enfrentar a medio mundo para que reconocieran la importancia de su uso
para la humanidad.
Te pido que pienses nada y quieres que yo te
explique o te describa que es la nada. Algo en ti se niega a creer que la nada
pueda ser un algo. Tus creencias, todas ellas son acerca de algo. Y ahora vengo
yo a pedirte un pensamiento que signifique nada.
Y
viene el otro pensante y me pregunta; “¿Cómo hago para pensar nada?” “Si me llegas
a pedir que “No piense nada”, me pongo a meter “freno” para que no aparezcan
cosas en la pantalla de la mente y eso si lo puede hacer. Eso es hacer algo,
pero ¿hacer nada?”
¿Qué nada es esta?
Creo
que ya les conté una anécdota con los alumnos de Lao Tse o Lao Tsu, uno de los
filósofos más relevante de China, autor del “Tao te king” (Recomiendo leer):
Uno de los muchos alumnos le preguntó:
“¿maestro que es el Tao?”
Y el maestro Lao le respondió: “el Tao, es
el Tao”.
Hubo uno de los alumnos que se le iluminó el
rostro mientras sus compañeros se les notaba la confusión o su no
entendimiento. Y un compañero de este alumno al que los ojos le brillaban de
alegría, le preguntó cual alumno chuletero, (que se copia en clase)
¿Entendiste?
El iluminado le respondió que sí, y su
compañero le dijo; “dime que es el Tao.” Y el sonriente compañero le respondió;
“el Tao, es el Tao”.
La nada, es la nada.
Esa iluminación va a ocurrir en ti cuando
alcances a experimentar la idea de nada. Y muchos querrán saber cómo se siente
experimentar la condición de nada.
Me enteraré que les dijiste; “no hay
palabras para explicar lo que se siente, pero si puedo decirte, que en mi mundo
interno se han encendido todas las luces, he vuelto a mi esencia.”
“Haciendo Nada”, es “pensar Nada”. Enfoca tu
atención en el acto de pensar la idea de Nada.
No tengas prisa, no te esfuerces, no pelees
contigo, sonríeles a tus resistencias, a las fuerzas que te obligan a salirte
de tu concentración.
No te decepciones porque llevas cinco
minutos de práctica y todavía “no puedes centrarte en la idea de nada”.
El hábito de ejecutar el acto de pensar como
lo haces, no se afloja con el primer remojo. Sígue echando agua todos los
días, aunque sean cinco minutos.
En la perseverancia, en la constancia se
sabe que tanta voluntad puedes activar. Si se te olvida hacer la práctica, o no
tuviste tiempo, o tus malestares no te lo permitieron, si el zumbido de los
zancudos o el fastidio de las moscas no te dejó pensar nada. No importa que
excusas te des, dale un beso y despídelas con cariño para empezar de nuevo.
Demuestra que te tienes paciencia, que te
quieres y eres capaz de dar la vida por ti. Aunque Maduro (presidente de
Venezuela) te pida que des la vida por la patria, mándalo al carajo, si no
puedes dar la vida por ti, no la puedes dar por nada ni nadie. He dicho.
Ha sido un placer. Buen provecho pensando
nada. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
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