CONSEJOS INFALIBLES PARA VIVIR SINTIÉNDOSE JOVEN

 


¿QUIERES VERTE JOVEN O SENTIRTE JOVEN?

  Hola amiga(o) pensante. Hoy les voy a dar a todos mis consuetudinarios lectores unos datos muy valiosos. De eso estoy seguro, ya que se trata de como volverse y mantenerse joven.

  Lamentablemente para aquellos pensantes que no han podido establecer diferencias entre lo que tienen, poseen o usan, y lo que son en esencia, van a tener que lograr superar esta etapa para poder progresar en la nueva concepción de sí mismo.

  La identificación con el organismo físico condiciona y limita la capacidad de un pensante para hacer una realidad experimentable a todo aquello que considere o piense.

  Por todas partes se ven cuerpos envejeciendo, perdiendo condiciones, y muriendo en un determinado tiempo. Las ideas que contradigan estas irrefutables realidades deben provenir de un ser irracional.

  Pero esto solo lo piensan quienes no han llegado a experimentar la diferencia, distancia o separación que tienen con su cuerpo físico y su mente o cerebro.

  Es normal y lógico que una persona se observe en el espejo para ver qué está pasando con su juventud. En la imagen del cuerpo comprueba los estragos de los años que ha vivido.

  Desde niño, ha estado comprobando como se ven las personas a los 20, 40, 50, 60, 70, 80 años, etc. y ha estado estableciendo diferencias con su cuerpo, pero adquiriendo la convicción de cómo se va a ver cuando llegue a esas edades.

  La gran mayoría de los pensantes van embarcados en sus cuerpos sin poder hacer nada para detener el ciclo biológico de vida de ese cuerpo humano. Llegan a tener la impresión que es hasta un castigo envejecer.

  El envejecimiento es inaceptable, y la ciencia financiada por los ricachones, todavía sus experimentos para lograr duplicar o triplicar el ciclo de vida de un cuerpo humano, está a nivel de ratones de laboratorio.

  Quienes tienen recursos económicos recurren a las cirugías cosméticas para recuperar la apariencia juvenil perdida. Pero observen esto: la actitud de estas personas son sus deseos de borrar de su imagen física las señales evidentes de envejecimiento.

  Estas personas quieren VERSE JOVEN. Ninguna de ellas quiere SENTIRSE JOVEN. O hacer algo para sentirse joven.

  Todos por todas partes quieren verse joven cuando los años comienzan a dejar huellas, y los pocos que de alguna manera lograron sentirse joven son los que llegan a edades avanzadas con relativa buena salud y una mente clara.

  La premisa de la gente es: “Si hago que mi cuerpo se vea joven, yo me siento feliz y mantengo mi autoestima bien valorada”.

   Les pregunto: ¿Observaron donde yace el problema de los envejecidos junto a su cuerpo?

 Una cosa es verse joven y otra muy diferente sentirse joven. Por más que se estire la piel para que no se vean las arrugas, la vejes del pensante no cambia. A menos que él haga el cambio.

  Observen esto: cuando el cuerpo fue joven, se sintieron joven, pero fue un sentir que experimentaron siendo efecto del cuerpo. No fueron ustedes quienes produjeron esa experiencia con sus pensamientos.

  Ahora tienen los años que tienen sus cuerpos en este momento y se sienten como tiene que sentirse alguien a esa edad. Siguen sin producir sus propios decretos, postulados o consideraciones que produzcan el estado como deben o quieren sentirse.

   Pensantes que no está dirigiendo sus propios estados de ser, envejecerán más rápido que su cuerpo físico.

 ¿Y saben porque envejecerán más rápido y estrepitosamente que su cuerpo?

  Porqué tienen montones de egos que mantener. Los valores que sustentan la personalidad se apoyan en las condiciones y apariencia física. Las debilidades o deterioro físico se convierten en motivos de vergüenza y pérdida de sus virtudes y facultades espirituales.

  Mucha gente cuando se enferma se esconde, hace todo lo posible para que nadie se entere. Si es una persona mayor se ve obligado a mostrar las canas, arrugas y el deteriorado cuerpo, pero ahí están ellos para echarle la culpa a la edad del cuerpo.

  Casi nadie se interesa por el cómo se siente y se comporta la persona. Si tiene 65 años, es normal que camine encorvado y sus temas de conversación sean quejumbrosos, carentes de entusiasmo por la vida.

  “Ya no soy el mismo de antes”, es una expresión que no solo se refiere al cuerpo. El pensante es presa de sus ideas de identificación y está convencido que ha perdido poder para producir sus propios estados emocionales y sentimentales.

  Es cierto; nadie ha podido rejuvenecer su cuerpo, pero lo que sí han hecho muchos es aceptar esa “verdad incuestionable”, y resignarse a seguir siendo cada día más viejos. Resignados a su impotencia, por lo menos pueden DISFRUTAR en algo ser viejos.

  Son viejos y a su alrededor todo el mundo le recuerda que son viejos y como tal deben sentirse y comportarse.

  En los recintos organizados para persona mayores, les enseñan a revivir con actividades la juventud vieja, una juventud que es irreal, falsa, imposible de mantener. El engaño funciona un poco y se sienten unos viejos felices.

 La ley es que hay que comportarse de acuerdo a la edad que tenga el cuerpo. Las conductas van intrínseca a la edad o a la etapa del ciclo de vida del cuerpo.

  Si un pensante con un cuerpo de 6 0 7 años se comporta como se supone que debe comportarse o ser una persona de 30 años. Su vida no va a ser normal; no le permitirán que SEA. Excepto ser un fenómeno anormal.

  Este sistema social se ha ocupado de mantener a los pensantes ignorantes de sí mismo. Ignorantes de su verdadera naturaleza, ya que de esta manera no pueden usar el poder que tienen sobre sí mismo.

   La espiritualidad ha sido encadenada desde hace muchos miles de años, y ya se preparan las identificaciones no fungibles para los pensantes en los futuros modo de vida en los metaversos.

  Los van a etiquetar; “como la característica de los NFTs (token no fungibles) en las cadenas de bloques o “blockchaing” para identificarse en los metaversos. Serán un código encriptado que no podran modificar sin pedir permiso al sistema. De hacerlo, el SISTEMA los va a rechazar y serán echados en el portapapeles y declarado spam.

  Me salí del tema. Este es otro punto para conversar en otra ocasión.

  El asunto que importa en este momento son los consejos valiosos para hacerse joven por el tiempo que quieran.

  Como ustedes son asiduos seguidores de actividad pensativa se les va a ser fácil entender la importancia de la autonomía pensativa que debe tener un pensante.

  Aquel que no pueda experimentar su individualidad en la trilogía que hace con el cuerpo y su mente, no es apto para hacerse joven.

  Sentirse como se siente el cuerpo, es lo que se ha estado haciendo por milenios. Pero sentirse como se decreta, no ocurre si no se dan las circunstancias o los hechos que tradicionalmente se reconocen como factores causantes de ese tipo de sentir.

  Pruebe sentirte triste sin ningún motivo de esos que ya se conocen que causan tristeza. Ninguna de la emociones bajas o altas nos hemos puesto a producirlas y a experimentarlas por simple gusto de hacerlo.

  Los sentimientos que son de una naturaleza superior a lo emocional, No nos hemos puesto a producirlos porque nos da la gana de hacerlo y experimentarlos.

  Crear o producir condiciones espirituales para alguien que es efecto involuntario de la vida y sus circunstancias; es cuesta arriba revertir el rol en el que ha caído.

  Alguien que solo puede producir pensamientos después de los hechos para darles el contenido o el significado que estos se suponen deben tener como ha sido acordado, no es libre para producir en él condiciones de juventud.

  La realidad física y la realidad acordada de lo que debe ser lógico, le impide creer que pueda causar sentirse joven y actuar como un joven.

  Las consideraciones son ideas o creencias que no permiten que otra idea entre en la data como una contrariedad que impida hacer un cómputo confiable.

  Es posible que la idea de hacerse joven, signifique que va a tener que comportarse como lo están haciendo la mayoría de la juventud en este momento. “Un viejo haciéndose tatuajes, con una gorra con la visera hacia atrás, bailando reggaetón, perdiendo el tiempo hablando estupideces por las redes con otros jóvenes, etc.”

 ¿Quién carajo que su cuerpo tenga cierta edad va a querer comportarse de esa manera?

  Entonces, sentirse joven y comportarse como un joven es indeseable, nadie con cierta experiencia de vida querrá abandonar comportamientos que siente gusto y placer por ser así.  

  Sentirse jóvenes para los prejuiciosos es algo así como volverse irresponsables de sus compromisos u obligaciones que haya contraído. Estas personas no han entendido la esencia de la juventud.

  El hecho que, para la mayoría de los jóvenes, así como lo fuimos nosotros cuando nuestros cuerpos lo eran, y que se carecía de un grado de capacidad de reflexión y de análisis notable, no significa que volverse a sentir joven se está obligado a reducir la capacidad analítica porque si no, no se experimenta ser joven.

  Si sentirse joven significa que ya el cuerpo puede volver a tener una sexualidad desbocada y amanecer todos los fines de semanas en fiestas, parrandas y aventuras extremas. Siguen siendo los mismos prejuicios condicionados por las limitaciones impuestas por la identificación con el cuerpo.

  Aquel que quiere ser joven, pero no se acepta serlo si el cuerpo no revierte el ciclo y vuelve a tener 18 años, entonces no hay nada que hacer con esa persona.

  ¿Qué gano entonces con sentirme joven? Es una pregunta que yo me haría.

  El solo hecho que un pensante se sienta joven, su cuerpo retrasa su ciclo de envejecimiento y recupera el 85% la salud que el pensante le ha estado contrarrestando con su mal estado psicológico y vivir untado, refregado y presionado al cuerpo tratando de convertirse a como dé lugar en carne, huesos, fluidos y todo tipo de células orgánicas.

  La libertad que el pensante logre, es libertad que le está concediendo a su propio cuerpo. Tan importante es la libertad para el pensante como la libertad de la autonomía del organismo genético para mantenerse en buen funcionamiento en pro de la supervivencia.

   Sentirse y manifestar ese estado de juventud por encima de las condiciones y limitaciones físicas, es la verdadera vida del pensante en acción. La vitalidad que produce, es la vitalidad de un joven emprendedor con los sueños tan i8luminados como el sol.

  El ciclo de vida de un espíritu puede requerir muchísimos ciclos de vida de cuerpos físicos. El tiempo no lo envejece y su meta principal no es sobrevivir para mantener la especie.

  Tus hijos o tus nietos son hijos y nietos de tu cuerpo, del cuerpo es que llevan factores de su sangre, no de ti. De ninguno de esos pensantes que tanto se ama, tienes tú algo que ver con su creación espiritual.

  Es necesario un cambio muy profundo de los puntos de vistas que sustentan las culturas de las cuales heredamos el conocimiento.

  Aquellos que quieran tratar de crear en ellos condiciones de juventud; comiencen por recordar la vitalidad que sentían cuando jóvenes de manera general. Recuerden sus estados de ánimo, entusiasmo, la paz o ausencia de grandes preocupaciones o mortificaciones por los hechos, lo que significa casi inexistencia del estrés.

  Recuerden con que ganas se acostaban a dormir y con qué ganas se levantaban para que los dejaran hacer lo que les provocaba ese día. Y si les provocaba dormir toda la mañana y lo podían hacer, era con gusto que dormían.

  Y si tenían algo pendiente que querían hacer, se levantaban bien temprano con el mismo nivel de entusiasmo.

  Claro, se dependía de los padres y se asignaban tareas, y salía a relucir la flojera o ganas de no hacer eso, pero se sentían jóvenes, con vitalidad de sobra. Ocurrían cosas importantes, pero a excepción de hechos traumáticos o dolorosos, el sabor de la juventud no se perdía.

  Se era joven porque el cuerpo lo era, pero hace bien recoger de manera general ese sentimiento de juventud para que ayude a construir la nueva juventud que se quiere crear.

  Esta juventud creada fuera del lugar que exige la etapa del ciclo de vida físico, tiene que tener otras características adicionales y diferentes, a aquella juventud que ya pasó.

  Por ejemplo; puedes seguir manteniendo algunas de las rutinas diarias, pero el estado de ánimo, el entusiasmo, la calma mental, las ganas y el empeño que pones en lo que haces, debe parecerse a esos estados de vitalidad que recuerdas de la pasada juventud.

  No te compares físicamente. Ese es otro grave error de los pensantes. Vivir comparando el cuerpo a como era y como está ahora. Siempre se van a encontrar con resultados negativos; es decepcionante ver como merman las condiciones físicas.

  Entendido esto, y puesto en práctica, viene ahora otro dato valioso para que la juventud se extienda en el tiempo, y en el caso que el cuerpo muera; entonces, se muere joven con un cuerpo viejo.

  El dato es; hay que rehacer los gustos de todas las actividades que hacemos ahora.

  Vuelve a recordar tu vieja juventud, pero ahora presta atención el gusto con el que hacías aquello que tú elegías hacer. Lo que hacías obligado o renuente, no, deja eso a un lado. Solo aquello que decidías hacer por iniciativa propia.

  Si ya recordaste el gusto que sentías de esos momentos, ahora eres un gran afortunado. Si mis amigos, son unos grandísimos afortunados, ya que ahora pueden decidir casi todo lo que quieren hacer. No son dependientes de sus padres o familiares.

  Es posible que alguien diga como yo: “quiero entrar en la bolsa de valores para tradear o comerciar, pero no tengo capital, no puedo hacer lo que me gusta”.

   Si por eso, o algo parecido, la persona lo usa como excusa, para no seguir con el proceso; es un tonto. En mi caso no he perdido el tiempo; tengo 3 años de estudios y prácticas del funcionamiento de la economía mundial, las criptomonedas y los tokens no fungibles o NFTs, en la novedosa cadena de bloques o economía no centralizada, que no me preocupa el tiempo, puedo seguir estudiando y haciendo demos hasta que consiga ese capital.

  Solo a los que se sienten viejos les preocupa tanto el TIEMPO. Saben que cada día que pasa es un día menos de vida. Por eso se empiezan a estresar por todos aquellos objetivos que sufren alguna demora en concretarse.

  Si recordaron sentirse joven, pueden haberse dado cuenta que el tiempo no les importaba en ese entonces. Los únicos que vivían apurados y estresados eran los adultos a nuestro alrededor.

  En febrero del 2022 mi cuerpo cumple 72 años, y yo, estoy empezando a vivir. A diferencia de mi vieja juventud donde estudiaba obligado, hacia mandados obligado, rezaba obligado y muchas otras cosas que no me provocaba hacer, ahora soy libre y escojo mis tareas, algunas son necesarias o por deber, pero ya les dije, esta nueva juventud tiene sus propias particularidades, y algunas las consideramos convenientes y el hecho hacer eso no quita el sabor de la juventud que se está saboreando.

  En resumen, tienen tres cosas que hacer para sentirse jóvenes; a) que la identificación con el cuerpo no les impida experimentar su individualidad: b) recuerda que sentías cuando tu cuerpo fue joven y cuál era la actitud hacia las actividades y la vida en general en ese entonces. (La no preocupación por el tiempo; estados de ánimo, entusiasmo, etc.) Y c) reducir hasta donde se pueda las actividades que no se puedan sentir gusto en hacerlas. A los compromisos, deberes o actos necesarios que les gustaría cambiarlos por otros, sirven para ejercitar su nueva juventud, mientras desarrollan planes para hacer los cambios que desean.

  La juventud espiritual no es una actitud, es un paquete de actitudes que produce el pensante para que recaiga en él de manera directa.

  La costumbre es dejar que la personalidad esté sometida a los influjos exteriores, como los que produce la identificación. Una personalidad vieja, desgastada, con partes disfuncionales es una burda imitación de lo que le sucede al cuerpo.  

  ¿Qué las parece amistades? Este es un tipo de regalo que les hago, que se usa para acompañar todos los regalos que tú mismo y otros te den.

  El tema puede expandirse para una mejor presentación, pero está concentrado y pienso que haría bien estudiarlo, leerlo no va a ser suficiente.

  Ha sido un placer. Buen provecho navideño. Nos vemos pensante.

  Autor: Emilio R. Fernández Ramos      

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