EL AMOR Y LA ESPIRITUALIDAD
EN MOMENTOS DÍFICILES PROTÉGETE CON AMOR. DESTAPA ESTE REGALO NAVIDEÑO
Hola amiga(o) pensante. El amor es una
categoría de sentimiento que invade terrenos de la espiritualidad. El problema
es que la gente empieza a hacer consciencia de eso cuando la vida terrenal comienza
a mermar de una manera amenazante.
Para entender el amor hay que superar los impulsos del cuerpo y las
necesidades amorosas producto de la convivencia. En la sociedad no todo el
mundo está satisfecho con el amor recibido desde que nació y los sistemas de
compensación que se plantea lo alejan de la espiritualidad.
El amor que produce un cerebro está enfocado en el sexo, en la
supervivencia de la especie. Los cuerpos al estar actos para la reproducción
demandan esta necesidad fisiológica y se entremezcla con el amor sentimental para
ejecutarlo, generando un producto que a veces se consume la vida y el pensante
no logra separar el amor de lo físico y sus variadas experiencias amorosas.
Un ser espiritual que no pueda entender el amor para poder producir esta
poderosa calidad de energía de la que es capaz, producirá siempre pensamientos
de baja calidad amorosa.
La calidad de un pensamiento se mide por la
proporción de beneficios comparado con los daños causados.
Todos los pensamientos son alterantes de la
verdad, el pensante se altera a sí mismo para experimentar un artificio que lo
aleja de su naturaleza. Es un medio ingenioso para conseguir sus propósitos en
un campo de juego ficticio.
No debe haber un pensamiento al cual un pensante tenga que supeditarse a
él por completo. No existe idea o creencia, ni cantidad de fe puestas en ellas,
que obligue a un pensante a estar por debajo de su propia creación.
Sin embargo, esta cultura, esta sociedad lo obliga a que “respete” sus
pensamientos o creencias, al punto que no se atreva a dudar o por iniciativa propia
a observar y hacer sus propias evaluaciones de las creencias que formó, donde
muchas de ellas las tragó sin masticarlas.
Sometido a una esclavitud de sus propios pensamientos decisivos, que
fueron inducidos por otros, no se atreve a cuestionar, aun sabiendo que era un
niño, o no tenía conocimientos como tiene ahora cuando acordó con esas ideas, pero
le da miedo observar una verdad diferente.
Las religiones explotan al máximo esta condición no espiritual del
pensante, para hacerlo creer que lo está haciendo bien y lo alejan de su
naturaleza amorosa.
El amor es el lindero que separa al espíritu de la involucración que
tiene con este universo y su relación con otros pensantes. Es la puerta de
salida para un reencuentro consigo mismo, pero las creencias a los cuales se
somete, lo alejan de esa salida.
El amor se tasa por las demostraciones consideradas buenas, y cada quien
tiene sus propias opiniones de lo que es bueno o le gusta, por esa razón la
gente ha generado tantas diferencias en el entendimiento del amor, que cada
quien adopta una posición diferente.
Por ejemplo, llegamos a un nuevo mundo como lo
hizo Colón, la sola presencia ya es un factor que altera la naturaleza de ese
mundo. El amor máximo que se puede mostrar, es retirarse.
Pero como somos creyentes “amorosos”, vamos a cuidar la naturaleza y a
sus habitantes, eso lo juramos por dios.
¿Necesita la naturaleza que nosotros la cuidemos? ¿No se trata de
cuidarla del peligro que representamos nosotros? O no será mejor que nos
larguemos y la dejemos en paz.
¿Es el amor un sentimiento para responder a nuestros caprichos,
necesidades fisiológicas y sociales? O es una manifestación espiritual que nos
libera y nos devuelve a la verdad.
Los creyentes en una deidad le atribuyen a ella un amor más allá de lo
incondicional, pero intentan llegar hasta esa deidad sin entender su propia
manifestación de amor.
Ideológicamente magnifican el amor y le atribuyen un grado de pureza
absoluto, pero miden el que sienten por lo que dan y reciben de otros.
El amor es luz para ver la verdad, pero el hecho de que todo el mundo ya
sabe cuál es la verdad y conoce la imagen de la verdad, da como un hecho que ya
alcanzó la iluminación.
Pensantes iluminados y propietarios de un amor de una pureza absoluta
que ya no tienen más nada que ver y entender. Así son casi todos los guías y
maestros espirituales encargados de pastorear a un rebaño obediente, confiados
en el amor que le profesan esos líderes.
El amor es una herramienta muy útil para los que se distraen escribiendo
poemas, canciones, historias y aventuras como yo. Su carácter infinito hace el
tema inagotable, pero no solo en el campo de la fantasía tiene uso, es un tema
muy serio en las relaciones sociales.
La psiquis del pensante no se escapa a los efectos del amor. Existe toda
una ciencia con variedades de procesos para auxiliar a los pensantes enrollados
en los hilos del amor.
Se le dado un carácter de complejidad y de amenaza a una manifestación
natural del espíritu o del pensante. Existen diferentes tipos de amores, como
el de padre, hermano o pareja, pero todos con sus respectivas características y
propiedades.
Y así muchos dicen entender el amor de Dios, que es sinónimo de la
verdad absoluta. Y no entienden el amor que los caracteriza en su esencia.
Ya he
dado distintos argumentos que pueden ser examinados para que lleguen a sus
propias conclusiones, pero mi propósito no es desordenarles sus acomodadas
ideas que tienen del amor, algo voy a dejarles para que prueben a ver que ven.
Primero, el amor no lo produce el corazón. Asegúrense que su mente no
usa en sus cómputos generales este dato como una verdad, y que si no es el
corazón es el cerebro o las mariposas en el estómago, o amor que proviene de
las vísceras.
Todo
pensante en este momento sabe quién es; revisen esos pensamientos, esas ideas o
creencias. Las creencias se distancian de las ideas, al no poder observarlas
como puedes ver a una idea que tengas, se usa la fe. “Cree que es un espíritu y
esa es la verdad”, “cree en su Dios y esa es su verdad”.
El amor ES en este momento para cada uno de ustedes, la idea que se
hayan formado. Ese concepto de amor es su verdad, ese es el amor que usan en la
práctica, con sus padres, parejas, amigos, hijos, particulares, etc.
Esto es lo que causa tantas dificultades entre
los seres humanos para enamorarse en su búsqueda de pareja.
Entonces, si el amor es un concepto, una idea o una creencia, el pensante
tiene que salirse de abajo de ese amor y ocupar su lugar de creador, de causa o
productor de amor.
Pero les advierto, para alcanzar esa iluminación espiritual que produce
el amor, no pueden ser dominados por sus ideas, pensamientos o creencias.
Lo lamento ciudadano, su patriotismo, su lealtad, su honor son productos
de sus ideas. O usted las tiene a ellas o ellas lo tienen a usted. Y si ellas
lo tienen a usted, otros también pueden tenerlo a su disposición, creyendo que su
nivel de ética es lo máximo.
Si tiene dificultades para asegurarse que no hay una idea o pensamiento
escondido en su mente que le cae a latigazos, y no sabe qué hacer para
encontrarlo y eliminar al condenado pensamiento, dele duro con ejercitar el
control del acto de pensar.
Recuerde que toda actividad o acción, como es la comunicación o el
control de algo, no se mejora renunciando y no saber más de eso. Si sigue bravo
con su pareja o hijos, va a empeorar la situación.
Hay que desarrollar un método, o buscar a
alguien que lo haya hecho, para ejercitar y recuperar o tener un mejor control
de esa acción.
Si tiene buen dominio de su actividad pensativa, significa que puede
enfocarse y mantener la atención firme en lo que hace.
Entonces mis queridos amigos, ejerciten estar a gusto con quienes
piensan que son.
Revisen de vez en cuando para ver si encuentran un detallito con el que
no están conforme, y aumenten la generación de ese sentimiento de gusto o de
agrado por quienes piensan que son.
Ese que ustedes piensan que son; ES SU CREACIÓN. Esta creación está
construida con pensamientos, ideas y creencias.
Deben aceptarlas o aceptarse primero para poder retomar el control de su
creación. Esta es la primera etapa de
demostración de amor por ustedes mismos. Hacerse responsable de su obra.
En estas vacaciones navideñas o forzados por la pandemia, tienen en que
distraerse. No respondo por la felicidad “sin sentido” que empiecen a
experimentar y por el buen humor y cordial tono emocional que usen en sus
relaciones personales.
Ha sido un placer mis amistades. Buen provecho queriéndote en esta
navidad. Nos vemos pensante.
Autor: Emilio R. Fernández Ramos
Hola Emilio, muchas gracias por ese regalo navideño, por ese amor que pones en ayudarnos a rescatar el control del acto de pensar, y hacernos conscientes de que podemos cambiar nuestro enfoque para bien, si mantenemos la atención puesta en los pensamientos que estamos creando a diario, y así lograr anticiparnos a ellos.
ResponderBorrarQue sigas rodeado de mucho amor amigo pensante, y que diciembre renueve el espíritu de todos los venezolanos a través del amor.
Recibe un fuerte abrazo.
Gracias mi querida amiga. Que tu amor y el amor de todos nosotros sea siempre nuestro principal ingrediente en esta convivencia terrenal. Un fuerte abrazo.
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