LA MANERA DE APAGAR LA INTELIGENCIA ES CREER
HASTA CUANDO NO CREES, CREES.
Hola amiga(o) pensante. Hay personas que se sienten muy inteligentes por
el hecho de no creer en algo que para ellos es tan obvio que no existe o no es
verdad.
Esa no creencia que vive afirmando, junto a los que creen firmemente que
es verdad, se suman para darle a ese algo existencia indistintamente si es
verdad o falso.
Para que alguien no crea en algo, ese algo tiene que ser pensado, y ese
pensamiento debe permanecer en la mente de la persona para negarlo cada vez que
se le presente la ocasión.
No hay manera de NO creer en lo que nunca se ha pensado. Compruébenlo. Por
ejemplo, te voy a decir algo que, para mí, creo que es verdad; (Hasta que no te
enteres y pienses lo que te voy a decir, no puedes negarlo)
“CREE que algo es falso,” La
misma expresión descubre que el proceso de no creer, es un creer.
El problema para algunas personas que No creen y de los que SI creen; no
es, si el hecho o la cosa es falsa o es verdad, Sus problemas son que no
soportan y reaccionan contra aquellos que creen lo contrario.
Los “terraplanistas” obsesionados por negar que la tierra sea redonda, y
los “terraredondistas” a punto de empezar un exterminio.
Ese es un ejemplo, pero es un comportamiento generalizado en la sociedad
donde los que “si creen en algo y los que no creen”, no se soportan, y esto
hace imposible dialogar entre ellos para llegar a un consenso.
Ambos bandos se quieren muertos, porque ya que saben que no hay manera
de hacerlos cambiar de idea.
Creer o no creer es una creencia. No hay de que vanagloriarse esté del
lado que esté. Ya que este proceso pensativo atrofia la inteligencia.
Pero para aquellos que trabajan por una calidad de vida mejor que la que
tienen, necesitan acciones lo más correctas posible, y para que esas estrategias
o plan tengan mayores probabilidades de éxito, necesitan informaciones, datos o
conocimientos lo más cercano a la verdad que sea posible.
Por lo tanto, no se trata de creer o no creer. Más bien de ser capaz de
reconocer cuando algo no se sabe, y que, por su importancia, no se puede emitir
una opinión a la ligera.
Ocurre con frecuencia que las personas se llenan de “NO creencias y de
SI creencias”, pero sin ningún criterio propio. No se permiten observar o
estudiar, sino que recogen lo que les dicen, oyen o ven, los pasan por la mente
unos segundos y concluyen con un: “lo creo o no lo creo”.
La inteligencia está ligada al pragmatismo. Ahí es donde se comprueba la
verdad.
Ha sido un placer. Buen provecho dejando de ser un creyente.
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