MORIENDO DE ANSIEDAD
APRENDE A COMBATIR LA ANSIEDAD
Hola amiga(o) pensante. Una imaginación
desbocada mantiene a la persona viviendo un futuro que está imaginando, como si
fuera un hecho que está ocurriendo ahora.
La atención la tiene fija en lo que presume
que va a pasar. En otras palabras, lo que su imaginación le ha dicho que puede
pasar la mantiene en un estado de ansiedad en el presente.
Existen estados de expectativas con lo que
puede pasar, que son llevaderos. Pero se puede llegar a tener una imaginación
descontrolada producto de estar cayendo en una emoción crónica de “miedo”.
Y el miedo que encabeza la lista de ser más tenebroso
y temible, es el miedo a la muerte. La sola presunción de morir por alguna
señal de peligro o malestar, dispara la imaginación a suponer como si fuera un
hecho indiscutible, que la muerte ya está acompañándola y solo es cuestión de
minutos, horas o días.
Las personas acostumbran a tener una larga
lista de cosas a las que les tienen miedo, que va creciendo a medida que se
vuelve un miedoso crónico. Es decir, su miedo ha invadido toda su vida, se ha
generalizado.
Las personas se sobresaltan por cualquier cosa
que perciban, sea sonido, algo que haga contacto con ellos, o presunción de ver
cosas.
El sentido de la vista es el que más recoge
información para el reconocimiento. Recorre con la vista tus alrededores y ese
reconocimiento te genera un grado de seguridad o confianza. Pero si está oscuro
y no se puede ver bien, la imaginación se encargará de construir lo que ya supones,
y por lo general, son cosas a las cuales les tienes miedo. Miedo a los
fantasmas, miedo a los muertos, a las culebras, etc.
La ansiedad puede llevar a una persona a
necesitar ser sedado. El descontrol pone en peligro su vida, pero los
familiares y allegados al ver que el descontrol físico y mental hacen que la
persona parezca estar poseída por un demonio o padece algún hechizo, recurren a
todos lo brujos y religiosos de la localidad, para ayudarlos.
La ansiedad se puede desarmar haciendo una
lista de los miedos más relevantes, y con ayuda si es que la necesita, de
alguien que lo oriente, puede confrontar la historia de ese miedo en particular
hasta reproducir las circunstancias en que generó esos pensamientos conclusivos,
que se convirtieron en su verdad.
Pero aquellos más valientes y decididos, pueden
encarar su miedo a la muerte hasta que ese hecho ineludible para todo ser viviente,
se convierta en un hecho natural, como lo son el día y la noche.
Toda persona debiera asegurarse que no
mantiene algún nivel de aprensión o ansiedad con respecto a la muerte.
Los hechos naturales no son ni buenos ni malos.
El que va a morir, muere, no importa si se siente infeliz o feliz. Usted decide
si quiere pasar un largo tiempo sufriendo hasta que la muerte al fin llegue.
Ha sido un placer. Buen provecho viviendo.
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