LA NADA Y YO
LA NADA Y YO
PROSAS ENGAÑOSAS
Últimamente ya no sé si voy o vengo. No sé si
estoy subiendo o bajando. No sé qué no sé, qué lo que sé es una etiqueta
escrita con mi puño y letra pretendiendo pegarla sobre la verdad que todos
presumimos que existe, pero que nadie puede mostrar. Toda la realidad habida y
por haber, pensada y por pensar se sostiene de la nada. Sin la nada previa
nadie es, así como no puede saber sin antes considerar que no sabe. Tener se ve
como un hecho natural, y como un hecho antinatural la presencia de la nada
haciendo posible experimentar la posesión. El mundo físico en que se encuentra
involucrado la espiritualidad se descubre quitando capas de incertidumbre. Lo
que hoy es una ley respetada por la mayoría, ante una nueva interrogante de
algún pensante acucioso empieza a temblar como gelatina. El microcosmos ya no
es tan micro e insignificante, es la caja de pandora que ya se ha abierto y ha
empezado a derrumbar los pilares que sostienen al macrocosmos que hasta hace
unos minutos representaba la gran verdad que explicaba lo que era este universo.
Poco a poco la nada obliga a hacer consciencia de su presencia a aquellos que
están dispuestos a aguantar la respiración para sumergirse en la vaciedad de la
existencia.
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