PARA UNA SANA ACTIVIDAD PENSATIVA

EL ACTO DE PENSAR DEBE EJECUTARSE CON UN PROPÓSITO Y DE MANERA CONSCIENTE

Hola amiga(o) pensante. Todas las actividades que ocurren en la cabeza; como recordar, imaginar, oír canciones o voces, se les llama pensar. No importa que esté sucediendo, si no se está produciendo por voluntad propia, o por decisión consciente, se vuelve crónico el descontrol del acto de pensar.

Una actividad pensativa hecha por iniciativa propia fortalece el dominio y manejo de los pensamientos producidos, y por ende de todos los efectos negativos que ya se producen como consecuencias de pensamientos hechos en el pasado.

Algunas personas siguen insistiendo en controlar las emociones negativas omitiendo los pensamientos. Primero se produce el pensamiento y luego se experimenta su contenido en forma de emoción y reacción fisiológica

Primero percibes, imaginas o supones algo, y si ese algo que imaginas es malo para ti, veras como aparece el estado emocional negativo. No necesitas que te convenzan; pruébalo tú mismo.

La pérdida de esa iniciativa se vuelve un hábito, y la persona no se da cuenta que se ha convertido en un espectador de su propia mente, recibiendo todos los efectos psíquicos que se producen sin su consentimiento.

La salud mental es resultado de buen manejo del acto de pensar y de cualquier actividad inherente a ese proceso, como es el recordar o imaginar.

Lo peor que puede hacer un pensante es pensar sin tener ningún propósito. Observen cuanto tiempo del día hay actividad mental en ustedes sin que se lo hayan propuesto, y sin ningún objetivo beneficioso.

Todo aquel que anda por la vida con un acto de pensar al garete, termina siendo estrellado contra las rocas.

Una sana actividad pensativa repercute en una salud física a salvo de efectos psicosomáticos o enfermedades promovidas por los pensamientos en los que ya no se tiene control.

Hay que retomar el hábito o la costumbre de no permitirse andar pensando pendejadas o ser tan permisivo dejando que la mente sea la que proponga lo que se debe pensar, y dedicarle el tiempo que a ella le dé la gana. “Un poco más de respeto para sí mismo, por favor.”

  Buen provecho con tu pensar.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos