SER COMPAÑEROS DE VIDA

  


HAZLO BIEN Y NO TE FRÍAS EN LAS PAILAS DEL INFIERNO

PROSAS

Ser compañeros(as) de vida, es un compartir de vidas, tú pones tu vida física, psicológica y espiritual y yo pongo las mías. El propósito no es compartir propiedades, inclusive ni los hijos, ese hecho como todos los que acontezca que permitan una experiencia y generen consecuencias, deben ser asumidos en su totalidad por ambos. El sufrimiento o el disfrute que puedan producir estos hechos, son platos servidos de manera íntegra para que cada uno lo ingiera en su totalidad. Mientras se es compañero(a) de vida, ambos tienen los mismos derechos sentimentales y emocionales sobre todo aquello que compartan.

Ser compañeros o compañeras de vida a largo plazo o sin límite de tiempo, requiere mantener especial atención a los pormenores que pueden roer “la relación” debilitando su solidez y contaminando sentimientos que luego amargan y producen urticarias al abrazar y ser abrazado, al besar y ser besado, al sexualizar y ser sexualizado. Las vidas que se comparten rompen los ciclos del tiempo, se entra en una continua permanencia de; “aquí estoy contigo y para ti disponible”. Las despedidas son solo unos estiramientos de la flexibilidad de los sentimientos cuando los contactos no pueden ser directos, cuerpo a cuerpo o sin dispositivos de por medio. Para intentar ser compañeros(as) de vida se necesita una cuota inicial de; “amor”. Aquellos que lo intentan sin el sentimiento sincero de amor, las vidas que comparten se les fríen en las pailas del infierno. Pero ojo, la manera de relacionarse determina la vida y consistencia de ese amor.

 Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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