EL CUERPO DE UNA MUJER
PROSAS DE AMOR
Hubo un tiempo que el
envase que contiene la vida, me absorbió toda la atención. La maestría del
creador se luce mostrando las exuberancias de su más hermosa creación, el
cuerpo de una mujer. Y mis testosteronas efervescentes, habidas de placer,
dictaban el contenido de mis deseos, y a eso llamaba amor. No veía la vida
contenida en el envase, y en mi desespero por poseer la figura, torpemente en
mi inconsciencia atropellaba la vida, la verdadera obra del divino maestro. Hasta
que me vi perdido, viviendo una libidinosa vida, que me llenó de frustración. Hoy
no cambio la vida de la mujer que amo, por ninguna reina de belleza.
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