LA BUENA Y LA MALA FE
UNA FE QUE ACTÚA COMO PLACEBO
Hola amiga(o)
pensante. La fe es un recurso muy valioso para las personas. Tener o no tener
fe, consideran que es determinante para lograr lo que desean.
No se vale tener fe
a medias tintas; o se tiene o no se tiene fe. La fe siempre recae en algo. A
veces uno mismo es ese algo.
El que envía o
produce la fe, no es en quien debe recaer. Si es en sí mismo, existe una
dualidad algo confusa.
Entonces; ¿de qué
se trata la fe?
(Fe
Descripción
La fe es la seguridad o confianza en una persona, cosa, deidad, opinión,
doctrinas o enseñanzas de una religión, y, como tal, se manifiesta por encima
de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad. Wikipedia)
¿Ya saben con
claridad de qué se trata la fe? De no tener una completa comprensión, producir
una fe efectiva, será cosa de suerte. Lo más probable es que siempre se tenga
una mala fe.
¡Ah! Pero para la
gran mayoría “mala fe” es la que otro tiene hacia él. “Me tiene mala fe”;
“actuó con mala fe”. Confunden intención con fe.
La mala o buena
intención, que se quede en pensamientos o palabras, es un baño de mierda que se
da la misma persona. Por eso hay que cuidarse de las personas malas
intencionadas que si actúan. Y de los que dicen ser buenos intencionados, pero
no actúan.
No debe confundirse
intención con fe. La intención es la energía invertida o usada para una acción
con un propósito, y la fe es un estado espiritual y mental que anima la
voluntad de una persona.
El estado de fe, o
ser fe, es muy distinto a tener fe en algo o en alguien. Colocar la confianza en alguien o algo es lo
que se acostumbra a llamar fe.
Este tipo de fe, se
basa en la esperanza o en la confianza de recibir el beneficio de alguien o
algo; o que ese beneficio o maleficio lo reciba otro. “tengo fe que recibirás
tu castigo”.
Cuando alguien
quiere venganza, pero no quiere o no puede ejecutar ninguna acción para
vengarse, recurre a pedir con fe. Pero como se estarán dando cuenta, aquí estamos
hablando de intencionalidad, no de fe.
La fe para su buen
uso debiera ser entendida como un estado espiritual o mental que alcanza una
persona y que lo acompaña en la realización de sus sueños. Eso es tener buena
fe. Una fe que sirve de plataforma de apoyo para realizar los sueños sin miedo
al fracaso, aunque este ocurra.
Hay quienes piensan
que la fe que tienen es muy poca y por esa razón no se le cumplen sus deseos. Y
ven como solución darle más fuerza a sus creencias. Mientras más fuerte crea, o
con más intensidad crea, más fuerte es la fe.
Entonces, ustedes
los ven como se contorsionan, gritan, oran con alaridos, cantan como si fueran
raperos; lo hacen tan rápido que no se les entiende nada. Hacen un gran
esfuerzo por identificarse con aquello que considera que les va a cumplir sus
deseos, y caen en el fanatismo. Una fe obsesiva, resultado de una creencia
obsesiva. Eso es lo que llaman tener fe para poder ser beneficiado con
milagros.
Pero increíble; el
fanático tiene el beneficio de producir efectos placebos. Le ocurren alivios y
experimenta cambios favorables que confirman el milagro producido por su fe. Y
así creen que se vuelven uno con aquello que han depositado su fe, y resulta
que están disfrutando de un efecto psicológico llamado “PLACEBO”.
Los hipocondriacos
son muy conocidos en la medicina, y los médicos tienen a la mano medicinas de
mentira, que funcionará como placebo por la confianza, la fe, o autoridad que
ve en el médico.
La fe equivocada
puede actuar como un placebo, y eso ha creado una especie de realidad o verdad,
en la cual se encuentran atrapados, muchos, muchísimos seres humanos.
Lo lamento, pero no
puedo evitar decepcionar a muchos. La verdad hay que decirla y usted lo puede
comprobar si se propone a hacerlo. No huya o me mande al carajo sin intentarlo.
Lo necesitamos, la humanidad los necesita.
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