LA VIDA DE UN MORTAL


OBLIGADO A ENVEJECER

Una contradicción dañina: “no se quiere envejecer, pero tampoco se quiere morir”. Se puede evitar llegar a viejo muriendo joven. Pero con la muerte, nada que ver.

La lucha contra el tiempo que empiezan todos aquellos que ven en su cuerpo los efectos del ocaso, descuidan lo más importante; LA SALUD PREVENTIVA.

Envejecer con todo tipo de achaques y enfermedades, es el precio que pagan quienes no se dan cuenta de las consecuencias a largo plazo de los excesos y desarreglos cometidos contra la salud.

Cuando se es joven y el cuerpo fuerte y saludable, hay la tendencia a creerse inmortal. Muchos mueren y no les da tiempo darse cuenta que eran mortales, y los que sobreviven son ahora un poco de viejos enfermos, luchando contra la muerte.

El cuerpo busca adaptarse a los efectos del cigarrillo, del aguardiente, de las drogas, de la contaminación atmosférica, los excesos con las comidas, etc.: pero tiene que salirse de sus zonas de seguridad para la mejor supervivencia.

La memoria genética acumulada por millones de años, ya tiene un sistema inmunológico capaz de resolver los problemas tradicionales, pero en 30 o 40 años de vida el cuerpo no puede hacer modificaciones para que los pulmones llenos del pegote de la nicotina, o de un hígado destrozado por los efectos del alcohol o drogas, pueda funcionar bien.

La gente más le presta atención al cuerpo, porque el malestar o la enfermedad impide seguir haciendo los mismos desarreglos que se acostumbran.

Muchos, aunque ya se están muriendo, no pueden abandonar el vicio o la compulsión de seguir haciendo eso que saben que les hace daño. ¿Verdad obesos, fumadores y alcohólicos?

Aquel que no quiere envejecer, ya se sabe que va a fracasar. Todos lo saben. Pero cada quien elige si quiere llegar a viejo achacoso, siendo una carga pesada para la familia.

Familia que ahora se pelean, pero para que sea el otro quien se encargue del viejo o la vieja. La otra pelea es después que se muera si deja alguna herencia.

Del estado psicológico depende lo que se pueda hacer por la salud física. Aquí hay bastantes datos.

Autor: Emilio R. Fernández Ramos  

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