MIS VIEJOS ZAPATOS
MIS VIEJOS ZAPATOS
(Poema)
Para que cambiar las suelas de los
zapatos si sigo caminando por el mismo lodazal. Ya estoy acostumbrado al
chapoteo y es como un canto melodioso que me recuerda los tiempos de vida
vividos. Vendrán otros tiempos, es inevitable que el tiempo pase y el clima
cambie, no sé si serán tiempos mejores o peores, lo que sí sé, que la piel de las
plantas de mis pies se han endurecido y no sufriré de ampollas si el camino se
vuelve pedregoso y las afiladas esquirlas se divierten tomando muestras de
sangre entre los quejidos y lamentos de; “hay mi madre”. Por lo menos por ahora
no tengo que dormir de pie y puedo mientras duermo poner airear lo que me queda
de zapatos, y disfruto en la mañana al caminar, el contacto con el barro frío y
endurecido como un regalo mañanero. Esa es mi taza de café absorbido por los
pies y disfrutado en el paladar de mi alma. Medito mientras camino, dejo que el
cuerpo se ocupe de sortear los escombros y las zonas más peligrosas. En mis
contemplaciones no pude encontrar en las expresiones de cada nuevo día señales
de felicidad, de amargura o tristezas. Los rostros de los días son
inexpresivos, se dejan suceder sin ningún sentimiento por aquellas vidas que lo
están viviendo. En un momento de descanso, sentado a la vera del camino de la
vida, contemplé mis piernas hasta llegar a los pies enzapatados a la usanza de
los que transitan por el fango, se parecen tanto uno al otro, que por fin me di
cuenta que son piernas y pies gemelos. Reí de mi tonta observación y el día
iluminó su rostro y se rio conmigo. Probé seguir riendo y el día se fue
volviendo alegre, los olores del pantano y el trepidar de los lamentos
adquirieron musicalidad. Seguí ensayando diferentes melodías emocionales y
sentimentales dirigiendo mi vida interior con la batuta prestada del maestro
creador de vidas. Al final del concierto, mis deteriorados zapatos acomodaron
sus largas lengüetas y explayados de risa junto conmigo, nos pusimos de pie
para continuar el camino de la vida. Mis zapatos hasta rotos ahora son felices.
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